Abengoa cede el testigo a Isolux
Justo cuando el grupo andaluz supera (oficialmente) la suspensi¨®n de pagos, la constructora entra (oficialmente) en preconcurso
Estas cosas pasan. Resulta que Abengoa cierra oficialmente su crisis (oficialmente) y, justamente en ese momento, estalla (oficialmente) la de Isolux con la presentaci¨®n del preconcurso de acreedores. Es decir, repetici¨®n de la jugada 16 meses despu¨¦s con otro protagonista. Ni un momento de calma en este agitado mundo de la empresa. Abengoa ha pasado todo ese tiempo para salvar el concurso de acreedores con un ajuste de caballo desde que present¨® el preconcurso en noviembre de 2015. Ahora Isolux, como entonces el grupo andaluz, lo mismo: no ha podido evitar acogerse al art¨ªculo 5bis de la Ley Concursal que permite conceder al deudor y sus acreedores un periodo m¨¢s amplio para negociar un acuerdo de refinanciaci¨®n y obtener adhesiones suficientes a una propuesta anticipada de convenio. Y todo indica que el camino no va a ser precisamente de rosas para la constructora que lleg¨® a meterse entre las grandes del sector.
Desde luego que hay diferencias; sobre todo, en la cuant¨ªa de la deuda (9.400 por 2.200 millones). Pero los dos casos se parecen como una calcoman¨ªa. Las dos empresas se hab¨ªan excedido en sus proyectos y diversificaciones, entrando en energ¨ªas renovables todav¨ªa poco desarroladas como la termosolar; esa aventura elev¨® su apalancamiento a cantidades que han resultado inaguantables; la presentaci¨®n del preconcurso tuvo unos meses de calentamiento en los que trataron de encontrar una soluci¨®n externa con la entrada de alg¨²n inversor (Gonvarri en el caso de Abengoa y varios fondos en el de Isolux), que fracas¨®; los anteriores presidentes, tras frustrarse ese intento de enderezar la nave (uno en el verano de 2015, otro en el de 2016) fueron sustituidos por la presi¨®n de la banca (Jos¨¦ Dom¨ªnguez Abascal sustituy¨® a Felipe Benjumea y Nemesio Fern¨¢ndez-Cuesta a Luis Delso, aunque bien es verdad que en este caso no ven¨ªa de dentro de la casa como en el otro); en el paquete de acreedores se repiten los nombres de los bancos y bonistas y su involucraci¨®n en la gesti¨®n parece inevitable tras verse abocados a perdonar gran parte de la deuda y entrar en el capital de la compa?¨ªa; el n¨²cleo duro de accionistas ha visto reducida su participaci¨®n a la m¨ªnima expresi¨®n; han tenido que poner en marcha planes de reestructuraci¨®n para volver a los or¨ªgenes, lo que supone desprenderse de esos activos que sumaron en tiempos de opulencia mal digerida y dar entrada a nuevos socios... Al final, dos almas gemelas con muchos millones (y empleos) de por medio y unas p¨¦rdidas hist¨®ricas.
Isolux, no obstante, parte con la negativa del Santander a negociar (la entidad c¨¢ntabra vendi¨® su deuda a Goldman Sachs), que no ocurri¨® entonces. Mientras negocia con el pool de bancos (ya sin el Santander) la inyecci¨®n de entre 300 y 400 millones de capital, Isolux, que ha aprendido del proceso de Abengoa, quiere evitar el largo peregrinaje y ya ha puesto en marcha un programa de desinversiones de activos considerados no estrat¨¦gicos para centrarse en los negocios de ingenier¨ªa y construcci¨®n, desarrollados por Isolux EPC, donde prev¨¦ dar entrada a un socio industrial. El plan, que ha llevado a reducir la plantilla, prev¨¦ lograr recursos con los que pagar parte de su deuda, el denominado tramo b, de unos 750 millones. Tras vender un parque e¨®lico en Argentina y la filial de plantas fotovoltaicas T-Solar, trabaja para desprenderse del resto de activos.
Abengoa, por su parte, ya lleva tiempo en ese proceso; pero tras la firma definitiva del plan (con el 94% de adhesiones de los acreedores) la pasada semana, se tiene que desprender ahora de la joya de la corona, Atl¨¢ntica (antigua Abengoa Yield), que ha sido la prenda que ha utilizado como garant¨ªa para la financiaci¨®n recibida. El grupo que ahora preside Gonzalo Urquijo (sustituy¨® en noviembre pasado a Antonio Fornieles, que hab¨ªa suplido a Dom¨ªnguez) espera obtener unos ingresos de alrededor de 1.000 millones de euros por el 41,49% que posee. Esta cantidad, que ser¨ªa la mitad del total de las desinversiones previstas, permitir¨ªa enjugar notablemente las deudas, reducidas tras el plan a 5.8030 millones, de los que 3.450 son deuda financiera. Adem¨¢s, prev¨¦ vender la planta de cogeneraci¨®n de M¨¦xico por unos 500 millones; el negocio de bioetanol, por 140 millones; las l¨ªneas el¨¦ctricas transformadoras de Brasil y las desaladoras de Ghana, India y Argelia. Los ingresos enjugar¨¢n la deuda asociada al dinero nuevo recibido como parte del proceso de reestructuraci¨®n.
Aunque hay algunas diferencias, los dos casos se parecen como dos calcoman¨ªas
Isolux se suma, adem¨¢s de Abengoa, a los casos de Martinsa-Fadesa (7.000 millones), Reyal-Urbis (3.600 millones), H¨¢bitat (2.840 millones), Pescanova (2.700 millones) y Sacresa (2.600 millones).
Adi¨®s a una sede emblem¨¢tica
Abengoa dir¨¢ adi¨®s a la sede de Palmas Altas, en Sevilla, que en seis a?os se hab¨ªa convertido en emblem¨¢tica. El plan de ajuste implica venderla, como ya hizo con la que ten¨ªa en Madrid en el eje de la Castellana para irse a otra tres veces m¨¢s barata en la zona de Las Tablas y, muy a su pesar, con el camnpo solar de Sanlucar la Mayor. La empresa se siente sevillana y buscar¨¢ otra sede sevillana, aunque mucho m¨¢s barata, porque en Palmas Altas solo ocupa edificio y medio de los siete que hay y cuesta muy caro. Ya no tiene tanta plantilla, que ha pasado de 6.000 a 3.400 empleados en Espa?a y de 22.000 a 14.600 en todo el mundo entre 2015 (la empresa lleg¨® a tener m¨¢s de 26.000 empleados en sus momentos ¨¢lgidos, aquellos en los que entraba en los discursos de Obama como ejemplo de energ¨ªa renovable).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.