¡°Los Gobiernos deber¨ªan celebrar la llegada de innovadores como Uber¡±
El Nobel de Econom¨ªa considera a Macron la mayor esperanza para la econom¨ªa en muchos a?os
Edmund Phelps ha llegado a Madrid con pocas ganas de hablar sobre Donald Trump. ¡°No voy a responder ninguna pregunta sobre ¨¦l. No quiero desperdiciar as¨ª mi tiempo. Es demasiado est¨²pido¡±, dice el Nobel de Econom¨ªa de 2006. Su respuesta resulta sorprendente, porque Phelps (1933, Illinois, EE UU) lleva tiempo lanzando afiladas puyas contra el presidente de su pa¨ªs. Ha comparado su pol¨ªtica de acoso a las empresas con el corporativismo de Adolf Hitler y Benito Mussolini en los a?os treinta; y pronostic¨® que empujar¨ªa a EE?UU a la recesi¨®n.
Phelps cree que los planes de Trump ¡ªel ¨²ltimo, recortes por valor de 3,2 billones de euros, que afectar¨ªan sobre todo a programas sociales¡ª suponen entrar en ¡°terra incognita¡±. Nadie sabe si podr¨¢ sacarlos adelante; as¨ª que este economista que ha dedicado su vida a asuntos como la relaci¨®n entre desempleo e inflaci¨®n ¡ªmenos directa de los que se cre¨ªa antes de sus investigaciones¡ª prefiere hablar de otros temas.
En Una prosperidad inaudita (RBA Libros), Phelps analiz¨® la prosperidad lograda en EE UU gracias a millones de trabajadores que desarrollaron productos innovadores, un proceso que, seg¨²n este economista, entr¨® en declive el siglo pasado. ¡°La satisfacci¨®n era un factor clave. Un trabajo divertido, en el que los empleados se involucraban, generaba ese ambiente innovador¡±.
?Qu¨¦ deber¨ªan hacer las empresas para recuperar ese esp¨ªritu? ¡°La respuesta f¨¢cil es que las deber¨ªan ser menos burocr¨¢ticas. Las compa?¨ªas en EE UU y Reino Unido del siglo XIX eran lugares informales, donde se usaban los nombres de pila. Pero adem¨¢s, tambi¨¦n hace falta una pol¨ªtica p¨²blica de apoyo a las start ups¡±, responde.
El economista compara la pol¨ªtica de Trump con la de Hitler y Mussolini
Al recordarle su frase ¡°Cuando me siento pesimista sobre EE?UU, pienso en Europa y me siento mejor sobre mi pa¨ªs¡±, Phelps suelta una sonora carcajada. ¡°?De verdad dije yo eso?¡±, asegura entre risotadas. Pero mantiene el mensaje: critica al viejo continente por haber abandonado antes que otros el esp¨ªritu innovador que tanto echa de menos. Phelps, invitado por IE para participar en el Foro de Liderazgo, considera que los ¨²ltimos vestigios de innovaci¨®n en Europa se evaporaron a principios de este siglo.
Llama la atenci¨®n este discurso en un mundo que en las ¨²ltimas d¨¦cadas ha vivido la revoluci¨®n digital, quiz¨¢s el mayor cambio tecnol¨®gico desde los tiempos de la m¨¢quina de vapor. ¡°S¨ª, es cierto. Pero se ha dado un fen¨®meno dual. La innovaci¨®n ha ca¨ªdo en picado en las industrias tradicionales, y se ha centrado en la comunicaci¨®n e informaci¨®n, sectores relativamente peque?os".
Un ejemplo de trabas a la innovaci¨®n lo encuentra en las nuevas empresas de veh¨ªculos con conductor. ¡°Al llegar Uber, la gente que esperaba un coche bajo la lluvia encontr¨® una alternativa. ?Celebraron los Gobiernos la llegada de nueva competencia? No. Muchos decidieron bloquearlos. Entiendo que los taxistas est¨¦n enfadados, yo tambi¨¦n lo estar¨ªa si Columbia [la Universidad neoyorquina donde ense?a] diera con diez economistas mejores que yo. Pero eso no es lo importante, sino que las avenidas est¨¦n llenas de nuevas ideas. Si no, es mejor olvidarlo todo y matarnos directamente¡±, asegura con un toque de humor.
Pese a tanta cr¨ªtica hacia Europa, Phelps detecta un motivo de optimismo: el nuevo presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron. ¡°Su victoria fue la mayor esperanza para la econom¨ªa en mucho. En tanto tiempo que¡ prefiero no recordar el ¨²ltimo buen l¨ªder para la econom¨ªa¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.