Comprar casa, coche y hasta ropa ha pasado de moda. Ahora se lleva el alquiler
Un cambio en los patrones culturales y econ¨®micos impulsa este tipo de disfrute de bienes y servicios
La casa en la playa, el coche, la bici, pero tambi¨¦n la lavadora, la ropa o las plantas. Si hace unos a?os el deseo de poseer algunos de estos bienes hubiera llevado casi autom¨¢ticamente a adquirirlos en propiedad, o por lo menos, a intentarlo, ahora es cada vez m¨¢s f¨¢cil y com¨²n alquilarlos durante un tiempo. El auge del alquiler, que desplaza la vieja idea de propiedad, se explica en parte por un cambio de patrones culturales y econ¨®micos. ¡°Hace unas d¨¦cadas, el alquiler no estaba bien valorado, puesto que era s¨ªmbolo de bajo poder adquisitivo¡±, se?ala la profesora de la escuela de negocios EAE, Debora Gonz¨¢lez Celdr¨¢n. ¡°Eso ya no es as¨ª¡±. Seg¨²n esta experta, la apuesta de la sociedad por la modificaci¨®n en sus h¨¢bitos de consumo ¡°no es una moda pasajera¡±, sino un elemento que ha venido para quedarse.
La vivienda vacacional: comprar para alquilar
El auge de la llamada econom¨ªa colaborativa impulsa el intercambio de productos y servicios. En este sentido, Celdr¨¢n subraya el papel destacado que han tenido ¡°la tecnolog¨ªa y las redes sociales¡±. El ejemplo tal vez m¨¢s evidente es el de las plataformas de alquiler de viviendas vacacionales, cuyo m¨¢ximo representante es Airbnb. Aunque esta plataforma web se defina como el lugar en que unos anfitriones ¨Clos propietarios¨C comparten una habitaci¨®n o una vivienda entera en lugares tur¨ªsticos a cambio de dinero, este tipo de negocio bien se puede enmarcar en el m¨¢s amplio mundo del alquiler.
La contrataci¨®n de vivienda tur¨ªstica a viajeros residentes en Espa?a entre 2014 y 2016 gener¨® un negocio de 12.318 millones de euros, de los cuales 2.622 millones corresponden a alquileres y 9.696 millones a gastos de estancia en los lugares en los que se ubican, seg¨²n el ¨²ltimo Bar¨®metro de alojamiento vacacional en Espa?a, elaborado por la plataforma web HomeAway y la Universidad de Salamanca. Con ocho millones de viajeros espa?oles que ya se han alojado en una vivienda tur¨ªstica ¨Ceran cinco millones en 2014¨C, este tipo de producto represent¨® el a?o pasado el 36% de las contrataciones de alojamientos tur¨ªsticos, frente a hoteles y casas rurales. Fue el 34% en 2014.
¡°El fen¨®meno del alquiler vacacional ha superado cualquier expectativa¡±, dice Celdr¨¢n, y eso ha provocado un movimiento del mercado inmobiliario en la misma direcci¨®n. ¡°Estas plataformas han favorecido el aumento de la demanda de adquisici¨®n de viviendas vacacionales, pero como una inversi¨®n para rentabilizarlas mediante su alquiler a trav¨¦s de internet¡±.
Sin coche, mejor
Si una de las caracter¨ªsticas de un elevado estatus econ¨®mico era la propiedad de una segunda vivienda, poseer un coche era seguramente otro factor importante. Tener veh¨ªculo propio, sin embargo, se eval¨²a menos positivamente que antes, debido sobre todo, en opini¨®n de Celdr¨¢n, a que ¡°las facilidades y el abaratamiento de la financiaci¨®n de un coche se han incrementado notablemente en los ¨²ltimos a?os, de manera que cualquier persona con unos ingresos medios puede disfrutar de un autom¨®vil de gama media o alta por una cuota mensual moderada¡±. La crisis tambi¨¦n ha actuado como vector de cambio del comportamiento de los consumidores frente a ciertos s¨ªmbolos de clase social y poder econ¨®mico. As¨ª, se?ala la experta, si la sociedad se muestra m¨¢s atenta hacia conceptos como la sostenibilidad de las ciudades, la econom¨ªa verde, o la econom¨ªa solidaria, los servicios y los bienes que definen el estatus no ser¨¢n los mismos que antes o modificar¨¢n algunos de sus aspectos.
De hecho, prescindir de un coche de propiedad si se vive en una gran ciudad es hoy m¨¢s f¨¢cil que nunca, puesto que, en algunas de ellas, es posible alquilar un veh¨ªculo para desplazamientos puntuales. Prueba del ¨¦xito que obtiene en Espa?a esta nueva manera de concebir el autom¨®vil, de las 30 urbes donde se ha asentado Car2Go (la empresa alemana de alquiler de coches el¨¦ctricos del grupo Daimler-Mercedes Benz), Madrid es la ciudad con mayor n¨²mero de usuarios por veh¨ªculo y cada uno de ellos se alquila entre 12 y 15 veces al d¨ªa, seg¨²n datos de la compa?¨ªa. Desde hace seis meses, Car2Go compite en Madrid con Emov, un servicio equivalente propuesto por el grupo Peugeot-Citr?en, que alquila 500 coches Citro?n C-Zero.
Las claves del ¨¦xito de esta nueva manera de desplazarse, en palabras de Celdr¨¢n, son ¡°la facilidad y rapidez del proceso de alquiler, que tarda apenas unos segundos a trav¨¦s de su aplicaci¨®n para m¨®vil, y la cercan¨ªa, puesto que el coche que buscas suele estar mucho m¨¢s cerca que la oficina de cualquier empresa de alquiler de coches como Avis o Europcar¡±.
La bici p¨²blica, bien valorada
La excelente acogida de servicios como Car2go o Emov no es el ¨²nico indicador del cambio de paradigma de movilidad en las grandes ciudades y, al mismo tiempo, de la expansi¨®n del concepto de alquiler. Los vecinos de Madrid, en una encuesta de satisfacci¨®n llevada a cabo por la Organizaci¨®n de Consumidores y Usuarios (OCU), asignan casi 47 puntos sobre 100 al servicio p¨²blico de bicicletas BiciMad, gestionado por una empresa remunicipalizada a finales de 2016.
Este sistema, que en Barcelona se puso en marcha ya en 2007, convence a muchos usuarios sobre todo por ¡°la cercan¨ªa de los puntos de recogida y devoluci¨®n de la bici, lo que fomenta el uso de la bicicleta para desplazamientos cortos, y el hecho de que no necesitas transportar la bici en servicio p¨²blico ni preocuparte por su estacionamiento o aparcamiento, ni mucho menos por el robo de la misma¡±, en palabras de Celdr¨¢n. Aunque la inversi¨®n p¨²blica en carriles bicis haya ido aumentando, seg¨²n la experta, los vecinos de Madrid encuestados por OCU punt¨²an muy negativamente la falta de un n¨²mero congruo de v¨ªas ciclistas (en 2016 estaban solo 283 de los 575 kil¨®metros previstos por el Plan Director Ciclista).
?No tienes lavadora? ?Y qu¨¦?
Si viviendas tur¨ªsticas, coches y bicis son probablemente los primeros ejemplos que nos surjan a la hora de pensar en bienes y servicios que cada vez m¨¢s adoptan el alquiler para llegar al usuario, menos indagado es el desarrollo de las lavander¨ªas autoservicio, hasta hace poco desconocidas en Espa?a. Con casi 200 tiendas abiertas en todo el territorio, y un pu?ado de pr¨®xima apertura, Colada Expres es una de las cadenas de este tipo de servicio en las que es m¨¢s frecuente toparse en Espa?a.
¡°Nuestro objetivo es ofrecer un nuevo servicio a la demanda actual de un cliente que busca satisfacer una necesidad b¨¢sica como es lavar y secar su ropa, en tan s¨®lo una hora, bien por comodidad o bien porque carece de una lavadora propia en su domicilio¡±, explica la empresa en su p¨¢gina web. ¡°A diferencia de las tintorer¨ªas, las lavander¨ªas son un negocio de baja inversi¨®n y amplios m¨¢rgenes¡±, explica Celdr¨¢n. ¡°Esto fomenta la oferta de este tipo de empresas, consiguiendo reducir los precios de los servicios y generando demanda¡±.
?Cu¨¢ntas veces usar¨¢s tu vestido de novia?
No es el ¨²nico caso de segmentos en los que el alquiler se ha hecho un nicho inesperado. El de la ropa para las bodas es otro. ¡°Quiz¨¢s siempre ha estado el concepto de low cost en el alquiler y este es un ejemplo¡±, dice Celdr¨¢n al destacar que el objetivo que subyace a esta opci¨®n es la reducci¨®n del presupuesto de una boda. ¡°Hace unos a?os era habitual alquilar el frac o el chaqu¨¦ del novio y dem¨¢s familiares¡±, seg¨²n esta experta, pero lo que es realmente nuevo es que tambi¨¦n el alquiler del vestido de novia se haya convertido ¡°en un negocio m¨¢s¡±.
Aun as¨ª, solo el 0,6% de las novias lleva un vestido de alquiler en el d¨ªa de su ¡°s¨ª, quiero¡±, frente a un 68% que acude a una marca especializada en bodas y a un 20% que lo encarga a un dise?ador de este tipo de indumentos, seg¨²n el Libro imprescindible de la boda, escrito por el profesor de marketing Carles Torrecilla de la escuela de negocios ESADE, en colaboraci¨®n con el portal bodas.net y el buscador Google. En la tienda Innovias de Madrid est¨¢n disponibles 200 modelos, cuyo alquiler var¨ªa entre 325 euros y 525 euros cada uno, un precio que incluye arreglos, tintorer¨ªa e IVA. Por el contrario, el precio medio de un vestido comprado, seg¨²n el informe de Torrecilla, es de 1.750 euros.
En el extranjero, ya est¨¢n surgiendo tiendas de alquiler de otro tipo de ropa que tiene un per¨ªodo de utilizaci¨®n muy limitado, la de beb¨¦. Sus cat¨¢logos cuentan con miles de piezas, algunas de ellas fabricadas?seg¨²n criterios sociales y medioambientales responsables.
Todo lo que te imaginas y m¨¢s
Mobiliarios para la celebraci¨®n de un evento, aparatos para el bricolaje casero, material de deportes o para el audiovisual, hasta plantas, relojes, transportines para animales y mucho m¨¢s es lo que se puede alquilar en plataformas como Relendo o Alkiloo. En estas webs se alquilan ¡°productos de muy poco uso ocasional y de un precio medio o alto, por lo que interesa plantearse esta opci¨®n¡±, subraya Celdr¨¢n. La profesora cree que la r¨¢pida obsolescencia de determinados bienes puede explicar el ¨¦xito que tiene su alquiler, puesto que con este planteamiento el usuario se asegura el disfrute de las ¨²ltimas novedades y mejoras. Minimizar el riesgo y reducir la inversi¨®n inicial en un negocio a trav¨¦s del alquiler de ciertos bienes es otro factor a tener en cuenta.
¡°Esta tendencia ser¨¢ claramente creciente en todo el mundo¡±, afirma Celdr¨¢n. ¡°El aumento de la competencia en el intercambio y alquiler de productos y servicios es igualmente exponencial, lo que demuestra que la demanda de este tipo de servicios se incrementa d¨ªa a d¨ªa¡±, concluye.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.