¡°Creo que este sindicato se ha vacunado contra los problemas de corrupci¨®n¡±
Ignacio Fern¨¢ndez Toxo cede el liderazgo en el congreso de CC OO que se inaugura hoy. Ha estado desde 2008 al frente del sindicato. Ha sido, dice, una etapa dur¨ªsima
Ignacio Fern¨¢ndez Toxo (El Ferrol, 1952) cede el liderazgo en el congreso de CC OO que se inaugura hoy. Atr¨¢s deja 30 a?os encadenados de altas responsabilidades. Desde 2008 ha sido el n¨²mero uno de la central. Para dirigir CC OO, desaloj¨® a su antecesor, Jos¨¦ Mar¨ªa Fidalgo. Pocos esperaban entonces la intensidad y la duraci¨®n de la crisis, ni siquiera en la organizaci¨®n, pese a que s¨ª fue una de las pocas voces que advirti¨® de los graves problemas que afectaban a la econom¨ªa espa?ola.
"Ha sido una etapa dur¨ªsima", admite Toxo. En ella se ha encontrado con las consecuencias de la crisis, tambi¨¦n con la corrupci¨®n o la p¨¦rdida de prestigio sindical. Por todo esto, y por los cambios sociales, puso en marcha un proceso de reflexi¨®n que le lleva a presentar un proyecto de reorganizaci¨®n del sindicato, que deja en manos de Unai Sordo.
Pregunta. ?Por qu¨¦ se va?
Respuesta. Tengo 64 a?os. Ha cambiado el pa¨ªs y necesitamos que cambie el sindicato.
R. ?Y basta con el cambio generacional?
P. El cambio generacional no ser¨ªa suficiente si no viene acompa?ado de otros en la organizaci¨®n. El sindicato tiene que interiorizar gran parte de los cambios que se han producido. Esto exige tener muy presente una realidad de empleo que se caracteriza por el nomadismo, con gran rotaci¨®n de un trabajo a otro y del empleo al desempleo, y por la feminizaci¨®n. Eso debe acompa?arse de estructuras m¨¢s flexibles. Y hay que tener en cuenta que la negociaci¨®n colectiva est¨¢ m¨¢s desarticulada por la reforma laboral.
P. Pero esto no es nuevo.
¡°Algo como las tarjetas ¡®black¡¯ no puede repetirse en CC?OO¡±
R. La novedad es el cambio en la negociaci¨®n colectiva: la prioridad del convenio de empresa sobre el convenio sectorial [tras la reforma laboral], que daba cobertura a los trabajadores de las peque?as empresas. Hoy, conforme avanza la negociaci¨®n en la empresa, es imprescindible: o el sindicato renuncia, y eso conduce a la individualizaci¨®n de la relaci¨®n de trabajo, o busca nuevas formas para relacionarse con estos trabajadores y vuelca los recursos en extender la afiliaci¨®n.
P. ?No estaban volcados?
R. En teor¨ªa lo estaban, pero hay que reconocer que el sindicato se ha apoyado mucho en su capacidad de intervenir en la gran empresa. Ahora tiene que ser un objetivo prioritario incrementar los niveles de afiliaci¨®n y financiarse exclusivamente o casi exclusivamente con ese ingreso. El gran desaf¨ªo para los sindicatos en Espa?a es dar un salto de afiliaci¨®n importante. Romper esa barrera del mill¨®n, mill¨®n poco menos o poco m¨¢s, e intentar que se afilie un colectivo m¨¢s importante del que lo ha hecho desde que se recuper¨® la libertad sindical.
P. Est¨¢ subiendo mucho la precariedad. ?Hay que resignarse?
R. No. La flexibilidad no est¨¢ re?ida con la seguridad. En Espa?a, las empresas apuestan excesivamente por la flexibilidad externa, el despido, para mejorar la productividad. En otros lugares se apuesta por la flexibilidad interna, las empresas invierten m¨¢s en formaci¨®n, cualificaci¨®n.
P. M¨¢s all¨¢ de la destrucci¨®n de empleo, ?tanto ha cambiado el mercado laboral con la crisis?
¡°El gran desaf¨ªo de las centrales es dar un salto importante en la afiliaci¨®n¡±
R. Se ha deteriorado seriamente. Los j¨®venes se incorporan cada vez m¨¢s tarde, hay un envejecimiento de la poblaci¨®n activa pese a que se ha expulsado a gente mayor. Los contratos precarios lo son mucho m¨¢s y la p¨¦rdida de potencia de la negociaci¨®n colectiva configura un panorama peor. Adem¨¢s, hay un cambio de paradigma, el factor trabajo ha sido sustituido por las finanzas y el derecho mercantil sustituye al laboral: falsos aut¨®nomos, teor¨ªa del emprendimiento.
P. Pues hay voces que apuntan que con la digitalizaci¨®n, menguar¨¢ el trabajo, incluso como factor de definici¨®n social.
R. No lo creo. Durante mucho tiempo, el fordismo, que no ha desaparecido del todo, va a convivir con formas recientes de trabajo. No veo una uberizaci¨®n completa de la econom¨ªa, ni la sustituci¨®n del modelo de empresa por la econom¨ªa colaborativa. Al menos durante un largo periodo de tiempo convivir¨¢n ambas formas.
P. ?Deja el sindicato peor o mejor que lo encontr¨®?
R. No es comparable la situaci¨®n. Ven¨ªamos de un pico de representaci¨®n y afiliaci¨®n, pero tambi¨¦n ten¨ªamos un sindicato partido por la mitad. Ahora tenemos un sindicato unido en un proyecto y niveles altos de representatividad. Ha habido una erosi¨®n en la afiliaci¨®n de entidad, especialmente en 2012 y 2013. Pero ya se ha empezado a recuperar.
P. ?Han pecado de institucionalizaci¨®n excesiva?
R. Creo que el sindicato tiene que apostar por el di¨¢logo social. No podemos refugiarnos solo en el ¨¢mbito de la empresa y renunciar a ser influyentes en c¨®mo se distribuye la riqueza. Pero ha sido en la crisis, cuando m¨¢s necesario ha sido el di¨¢logo social, cuando menos ha habido.
P. ?Ha aprendido el sindicato de los problemas de corrupci¨®n?
R. Creo que s¨ª y que se ha vacunado. Estoy convencido de que algo como las tarjetas black no puede volver a repetirse en CC OO.
P. ?Fue su peor momento?
¡°El 15-M fue una sorpresa, hab¨ªamos perdido pie con los movimientos sociales¡±
R. Sin duda.
P. ?M¨¢s que el 15-M?
R. Fue tambi¨¦n una sorpresa. Pens¨¢bamos que hab¨ªamos canalizado las cosas de una determinada manera y luego, visto lo que sucedi¨®, hay que reconocer que el sindicato hab¨ªa perdido pie y v¨ªnculos con los movimientos sociales. Pero sin duda uno de mis peores momentos fue el estallido de las tarjetas black.
P. ?Qu¨¦ har¨¢ desde el lunes?
R. Aprovechar¨¦ el verano para reorganizarme. No quiero desvincularme del todo... Sin molestar, esto es una de mis obsesiones.
P. ?En el ¨¢mbito sindical?
R. No me veo en otro espacio. Tengo 64 a?os para el sindicato y para cualquier otra cosa.
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