Las burbujas especulativas, un invento espa?ol
Un economista investiga la fiebre por la venta de oficios en la Castilla del siglo XVII, el primer ¡®boom¡¯ de la historia, previo al de los tulipanes en Holanda
?Qu¨¦ tienen en com¨²n la mole urban¨ªstica de Sese?a y los precios prohibitivos para lograr un puesto en la Corte de Felipe IV? Que ambos fen¨®menos solo se explican por la existencia de una burbuja.
Igual que en la crisis actual, el alza de precios favoreci¨® entonces la corrupci¨®n
Los planes megal¨®manos del constructor Paco el Pocero se convirtieron hace una d¨¦cada en el icono del boom inmobiliario que empuj¨® a Espa?a a una profunda recesi¨®n. La Castilla de principios del siglo XVII tambi¨¦n vivi¨® su particular espiral de precios, y la consiguiente ola especulativa, con la compraventa de oficios p¨²blicos: en 1617, un hombre lleg¨® a pagar 382.352 reales por un puesto de regidor ¡ªequivalente a un concejal actual¡ª, cuyo sueldo anual rondar¨ªa los 450 reales. Es decir, para rentabilizar esa inversi¨®n habr¨ªa necesitado 850 a?os de salario.
Si se confirma la tesis que el joven investigador V¨ªctor G¨®mez tiene ya muy avanzada, la espiral de los oficios ser¨ªa la primera burbuja constatable de la historia, desbancando as¨ª a la de los tulipanes en la Holanda de 1640, considerada hasta ahora como pionera.
Esta nueva fiebre por enriquecerse se extendi¨® hace 400 a?os en ciudades como Valladolid y Zamora. Los reyes de la Casa de los Austria, necesitados de liquidez para sufragar su costoso proyecto de hegemon¨ªa mundial, encontraron un lucrativo negocio. Aprovech¨¢ndose de los bajos tipos de inter¨¦s, cada vez m¨¢s personas se endeudaban para comprar t¨ªtulos con los que acceder a un prestigioso puesto en la Administraci¨®n, ya fuera escribano (equivalente a los actuales notarios), regidor o procurador en un juzgado, oficios vetados a las mujeres y a los menores de 25 a?os. Un solo hombre lleg¨® a acumular hasta 27 t¨ªtulos con un ¨²nico motivo: la especulaci¨®n.
?Por qu¨¦ un economista de 27 a?os se decide a dedicar dos a?os de su vida a escudri?ar legajos del siglo XVII? ¡°En principio, yo solo quer¨ªa estudiar c¨®mo se forman las burbujas especulativas. Pero di con un fen¨®meno que me pareci¨® interesante. Y pens¨¦: ¡®Aqu¨ª tengo que meterme¡±, responde G¨®mez en la sede de EL PA?S en Madrid horas antes de volar a El Salvador, donde colaborar¨¢ durante el verano con una ONG.
Para confirmar su tesis, G¨®mez necesita a¨²n dos requisitos. Primero, demostrar que lo que ocurri¨® con los oficios p¨²blicos durante el reinado de Felipe III y IV puede calificarse de burbuja, es decir, un proceso en el que el precio de un activo se desv¨ªa de forma desproporcionada de su valor fundamental. ¡°Pese a lo complicado de definir ese valor fundamental, este punto lo tengo ya confirmado al 100%¡±, asegura G¨®mez, que ha logrado una beca de La Caixa para investigar en diversos archivos los dos pr¨®ximos a?os.
Se lleg¨® a pagar 382.352 reales por un puesto con un sueldo anual de 450
Una vez dado ese paso, ya solo le queda asegurarse de que el alza de precios en Valladolid, Zamora y Sevilla comenz¨® a principios del siglo XVII, varias d¨¦cadas antes de la crisis de los tulipanes. En ciudades como Granada o M¨¢laga la burbuja tardar¨ªa algo m¨¢s en llegar, despu¨¦s de la holandesa.
Pero quiz¨¢s lo m¨¢s interesante de la investigaci¨®n de este doctorando sea analizar los parecidos y las diferencias de la burbuja formada en torno a la Corte de los Habsburgo hace 400 a?os y la de la Espa?a del ladrillazo de la primera d¨¦cada de este siglo. Entonces, como ahora, la subida desproporcionada de los precios no se entender¨ªa sin pr¨¢cticas corruptas en el entorno del poder pol¨ªtico. ¡°Al aumentar las posibilidades de obtener grandes plusval¨ªas a trav¨¦s de la especulaci¨®n, las burbujas incentivan la corrupci¨®n, siempre que haya un trabajador p¨²bico con poder sobre el activo que se revalorice. Desde este punto de vista, ambos fen¨®menos impulsaron la corrupci¨®n en la Castilla de hace siglos y en la Espa?a actual¡±, concluye.
El floreciente negocio de la venta de oficios escenific¨® tambi¨¦n una lucha de poder a tres bandas: el monarca, la Corte y los arist¨®cratas. Y sirvi¨® como puerta de entrada para una pujante clase social que acced¨ªa a puestos de prestigio sin necesidad de t¨ªtulos nobiliarios. Tan solo hac¨ªa falta dinero. El Antiguo R¨¦gimen comenzaba a dar paso a la modernidad.
A G¨®mez le interesa en especial analizar c¨®mo pudo formarse una burbuja en la Castilla del siglo XVII, una sociedad que a¨²n no hab¨ªa entrado de lleno en la modernidad. Porque su tesis, si logra confirmarla, abrir¨¢ nuevas puertas a la historia econ¨®mica. O bien desmonta la idea de que para la formaci¨®n de burbujas es necesaria la existencia de un sistema financiero complejo; o bien en la Castilla del siglo XVII exist¨ªa ya ese sistema, algo desconocido hasta ahora. ¡°Yo me inclino por la primera opci¨®n, pero a¨²n tengo que investigarlo¡±, asegura G¨®mez con cautela, siempre temeroso de adelantar conclusiones a¨²n no confirmadas.
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