Viene un oto?o m¨¢s caliente
M¨¢s conflictos, por la falta de pacto salarial y las desiguales secuelas sociales de la crisis
Aunque sindicatos y Fomento establecieran este jueves un comp¨¢s de espera para el conflicto de Aena, no se ha reconducido. Y tampoco se despeja la probabilidad de un oto?o general, si no caliente, m¨¢s caldeado.
Una conjunci¨®n de factores juega a favor de incrementar la tensi¨®n laboral. El primero es el augurio del pasado m¨¢s reciente. En el primer semestre las horas de trabajo perdidas por huelga se incrementaron en la mitad (respecto a igual per¨ªodo de 2016), un 52,97%. Y el n¨²mero de trabajadores en huelga se duplic¨® largamente, hasta 179.349, seg¨²n datos de la patronal. Es una tendencia ascendente, ya iniciada el a?o pasado.
Esta presi¨®n obedece sobre todo a la aspiraci¨®n de los trabajadores a compensar la peor salida de sus retribuciones registrada tras la Gran Recesi¨®n, respecto a cualquier baremo, sea el crecimiento del PIB, los beneficios del Ibex o la fiscalidad empresarial. Aunque en t¨¦rminos absolutos el salario medio haya aumentado en los ¨²ltimos diez a?os, en t¨¦rminos relativos ha disminuido su peso en el PIB en torno a un punto porcentual.
Opera aqu¨ª la l¨®gica de que ¡°ya toca¡± que la recuperaci¨®n alcance a todos de forma m¨¢s equilibrada. Aumentada por la evidencia del incremento de la desigualdad social, el aumento de la pobreza y de la peor distribuci¨®n de la riqueza. No es tanto que la salida de la crisis haya beneficiado a algunos, es que ha perjudicado a muchos.
Ese movimiento de fondo encuentra apoyo en los ¨²ltimos datos: en el segundo trimestre ¡ªcuando se airean las mejores perspectivas de las compa?¨ªas¡ª, la remuneraci¨®n media por asalariado se redujo una d¨¦cima, tras cuatro trimestres de (t¨ªmidos) avances.
La aspiraci¨®n al reequilibrio se refuerza al fracasar el pacto salarial CEOE-sindicatos, que habr¨ªa contenido la protesta. Se comprende que la patronal rechazase la indexaci¨®n de los salarios a la inflaci¨®n; y que los sindicatos la buscasen. ?No hab¨ªa una salida intermedia que conjugase productividad y compensaci¨®n por el alza de precios?
Otro empuj¨®n a un oto?o m¨¢s caldeado es la necesidad de los sindicatos de recuperar protagonismo y visibilidad (y evitar ser desbordados), tras una reforma laboral que en parte los arrincon¨® al primar los convenios de empresa sobre los sectoriales, donde son m¨¢s fuertes. Su retorno demuestra que las desventajas de la rigidez corporativa quiz¨¢ no sean m¨¢s graves que la anomia y desarticulaci¨®n social.
Que los conflictos del primer semestre se hayan concentrado en empresas p¨²blicas (donde la externalizaci¨®n para reducir costes laborales fue abusiva), en sectores estrat¨¦gicos (transportes y comunicaciones) y en grandes ciudades como Madrid y Barcelona matizar¨¢ la pretensi¨®n de un oto?o caliente generalizado, pero dif¨ªcilmente ahuyentar¨¢ la probabilidad de un oto?o m¨¢s caldeado.
Y es que con la recuperaci¨®n, am¨¦n de aumentar el agravio comparativo por la asimetr¨ªa de su impacto social, remite el terror a perder el empleo (sobre todo si es un empleo basura, tan extendido) y reverbera la percepci¨®n de que el conflicto pueda ser un mecanismo ¨²til para mejorar la propia situaci¨®n.
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