Invierno del desconcierto

La econom¨ªa espa?ola lleva creciendo cuatro a?os seguidos, de los cuales los tres ¨²ltimos lo hace a un ritmo superior al 3%. Una etapa suficientemente larga para que la gente experimente mejor¨ªa. Uno de los principios generales de esta econom¨ªa explica que para repartir los beneficios de una recuperaci¨®n primero hay que crecer. Ya se crece, por bastante tiempo y en un porcentaje notable. ?Cu¨¢ndo va a llegar a la ciudadan¨ªa esa distribuci¨®n del bienestar? ?O este principio es otra estafa ideol¨®gica? El crecimiento sin reparto es lo que explica que cuando se les pregunta a los ciudadanos, mayoritariamente contesten que todav¨ªa no se ha salido de la crisis y que la situaci¨®n econ¨®mica es mala. Sirva un dato representativo: la mayor parte de los asalariados ni siquiera gana un euro m¨¢s al mes que hace cinco a?os (Encuesta Anual de Estructura Salarial). Lo que cuesta un litro de leche.

Este es un problema tan significativo como otros que nos acontecen (la secesi¨®n de Catalu?a, el terrorismo o la corrupci¨®n). La urgencia en su soluci¨®n impide casi siempre que se aborde a tiempo el desequilibrio entre lo econ¨®mico y lo social, la acomodaci¨®n entre las demandas de los asalariados y las limitaciones presupuestarias. Esas demandas aparecen muchas veces como incompatibles con los objetivos de racionalidad econ¨®mica y el inter¨¦s general. Y no lo son.

Diversos organismos han cuantificado que dos terceras partes del crecimiento de la econom¨ªa espa?ola vienen dadas por factores externos: el bajo precio de la energ¨ªa, la pol¨ªtica monetaria expansiva del Banco Central Europeo (tipos de inter¨¦s y masiva compra de deuda), y el tir¨®n del turismo al debilitarse la competencia por razones geopol¨ªticas. Quiz¨¢ por ello, aunque la econom¨ªa crece tanto, al PP no le va igual de bien en las encuestas. La econom¨ªa espa?ola es la que m¨¢s aumenta entre los pa¨ªses desarrollados pero ello no es atesorado electoralmente por el Gobierno. Ha sido Pedro S¨¢nchez (PSOE) quien m¨¢s ha sumado en los ¨²ltimos sondeos. Despu¨¦s de tantas discusiones, la econom¨ªa espa?ola ha evolucionado en la ¨²ltima d¨¦cada en forma de ¡°W¡± (descenso prolongado, recuperaci¨®n, segunda recesi¨®n dentro de la Gran Recesi¨®n y crecimiento, hasta situar al PIB a la altura de donde estaba en el a?o 2007). Pero muchos ciudadanos lo han hecho comport¨¢ndose como una ¡°Z¡± (sostenimiento a duras penas, ca¨ªda en la recesi¨®n por quedarse en paro o por ser protagonistas de la devaluaci¨®n salarial, y mantenimiento en lo hondo por bastante tiempo).

Si se repasan las caracter¨ªsticas del mercado de trabajo (paro del 18%, 10 puntos superior al de antes de las dificultades, y precarizaci¨®n: por ejemplo, uno de cada cuatro contratos firmados en julio dur¨® menos de una semana) y de la estructura salarial (reducci¨®n de la renta disponible respecto al a?o 2007, p¨¦rdida del peso de los salarios en relaci¨®n con las rentas del capital, 20% de la poblaci¨®n activa cobrando por debajo del salario de subsistencia,¡­) se comprende esa sensaci¨®n de malestar difuso y de desconcierto incipiente con la que se aborda la temporada oto?o-invierno.