Crueldad, incompetencia y mentiras
El en¨¦simo proyecto de reforma sanitaria es todo lo malo de los republicanos actuales llevado a su m¨¢xima expresi¨®n
El proyecto de ley Graham-Cassidy (por los apellidos de sus promotores), que el Senado votar¨¢ posiblemente la pr¨®xima semana, es incre¨ªblemente cruel. Est¨¢ tambi¨¦n muy mal escrito; est¨¢ claro que los proponentes del proyecto no ten¨ªan ni idea de lo que hac¨ªan al redactarlo. Es m¨¢s, en sus esfuerzos por venderlo recurren a mentiras obvias y descaradas. No obstante, es posible que se apruebe. Y eso dice mucho, y nada bueno, del Partido Republicano de hoy.
La Ley de Atenci¨®n Sanitaria Asequible (conocido como Obamacare), que ha reducido el porcentaje de estadounidenses sin seguro a un m¨ªnimo hist¨®rico, cre¨® un asiento con tres patas: normas que impiden a los aseguradores discriminar a personas con afecciones preexistentes, la exigencia de que los individuos dispongan de un seguro adecuado (y por lo tanto paguen al sistema mientras est¨¢n sanos) y subvenciones para hacer ese seguro asequible. Las familias de rentas m¨¢s bajas reciben directamente la atenci¨®n sanitaria del Medicaid.
El proyecto Graham-Cassidy sierra las tres patas de ese taburete. Igual que los dem¨¢s planes republicanos, elimina el mandato individual. Sustituye la ayuda directa a los individuos por subsidios en bloque a los estados, mediante una f¨®rmula que reduce dr¨¢sticamente la financiaci¨®n con respecto a la ley actual, y penaliza especialmente a aquellos estados que han hecho una buena labor a la hora de reducir el n¨²mero de personas no aseguradas. Y, a efectos pr¨¢cticos, elimina la protecci¨®n a los estadounidenses con afecciones preexistentes.
?Sab¨ªan los patrocinadores del Graham-Cassidy lo que hac¨ªan cuando compusieron este proyecto de ley? Casi seguro que no, o no habr¨ªan sacado algo que todos, y quiero decir todos, los que saben algo sobre la atenci¨®n sanitaria se?alan que provocar¨¢ el caos. No solo los progresistas: la Asociaci¨®n M¨¦dica de EE UU (AMA, en sus siglas en ingl¨¦s) y el sector de los seguros han advertido de que desestabilizar¨¢ los mercados y dejar¨¢ sin cobertura a millones de personas.
?Cu¨¢nta gente perder¨ªa el seguro? Los republicanos est¨¢n intentando que se apruebe a toda prisa el proyecto antes de que la Oficina Presupuestaria del Congreso tenga tiempo de analizarlo, un intento que infringe todas las normas establecidas y que equivale a admitir que el proyecto no resistir¨ªa el examen. Pero la Oficina ha analizado otros proyectos que contienen algunas de las disposiciones de Graham-Cassidy, y estos an¨¢lisis previos indican que sumar¨ªa unos 30 millones de personas a las filas de los no asegurados.
Lindsey Graham, Bill Cassidy y los dem¨¢s defensores del proyecto han respondido a estas cr¨ªticas a la vieja usanza: con mentiras.
Tanto Cassidy como Graham insisten en que su proyecto de ley seguir¨ªa protegiendo a los estadounidenses con afecciones preexistentes, una afirmaci¨®n que no comparten todos los que lo han le¨ªdo.
Cassidy tambi¨¦n ha puesto en circulaci¨®n una hoja de c¨¢lculo que pretende demostrar que con este proyecto la mayor¨ªa de los estados recibir¨¢ m¨¢s financiaci¨®n. Pero la hoja no compara la financiaci¨®n con la ley actual, que es la cuesti¨®n que importa. En cambio, muestra cambios en la cantidad de d¨®lares a lo largo del tiempo.
De hecho, es una artima?a bien conocida y que los republicanos llevan usando desde que Newt Gingrich intent¨® destripar la asistencia sanitaria gratuita para los mayores de 65 a?os (Medicare) en la d¨¦cada de 1990. Como todos los miembros del Congreso ¡ªCassidy incluido¡ª sabr¨¢n, las comparaciones como estas minimizan dr¨¢sticamente el verdadero alcance de los recortes, puesto que en la ley actual se prev¨¦ que el gasto aumente con la inflaci¨®n y el crecimiento de la poblaci¨®n. An¨¢lisis independientes calculan que la mayor¨ªa de los estados experimentar¨¢n de hecho elevados recortes en la ayuda federal, y todos sufrir¨¢n enormes recortes despu¨¦s de 2027.
Por consiguiente, nos encontramos ante un proyecto de ley mal redactado que perjudicar¨ªa a millones de personas y cuyos defensores est¨¢n intentando venderlo con afirmaciones meridianamente falsas. ?C¨®mo es posible que aun as¨ª el Senado pueda aprobarlo?
Una respuesta es que los republicanos est¨¢n desesperados por destruir el legado del presidente Barack Obama de cualquier modo posible, sin importar cu¨¢ntas vidas de estadounidenses arruinen en el intento.
Otra es que la mayor¨ªa de los legisladores republicanos desconocen la sustancia pol¨ªtica y tampoco les interesa. Esto es especialmente cierto en lo que respecta a la atenci¨®n sanitaria, en la que nunca intentaron entender por qu¨¦ el Obamacare es como es, ni la manera de dise?ar una alternativa no maligna. La p¨¢gina de noticias Vox pidi¨® a varios senadores del Partido Republicano que explicasen qu¨¦ hace el Graham-Cassidy; las respuestas variaron de la incoherencia a la beligerancia o incluso la incoherencia belicosa.
Y yo a?adir¨ªa que las evasivas y las mentiras que vemos respecto a este proyecto de ley son el procedimiento habitual del partido desde hace a?os. El truco de convertir programas federales concretos en subvenciones en bloque y luego pretender que esto no supondr¨ªa recortes salvajes era uno de los elementos fundamentales de todos los loados presupuestos de Paul Ryan. El truco de comparar cantidades de d¨®lares a lo largo del tiempo para ocultar enormes recortes de prestaciones lleva en funcionamiento, como ya he se?alado, desde la d¨¦cada de 1990.
En otras palabras, el Graham-Cassidy no es una aberraci¨®n; es m¨¢s bien todo lo malo de los republicanos actuales llevado a su m¨¢xima expresi¨®n.
?Se convertir¨¢ en ley este horrible proyecto? No tengo ni idea. Pero aunque el pu?ado de senadores republicanos que todav¨ªa conservan algo de conciencia ¡ªte estamos mirando, John McCain¨C lo bloqueen, la enfermedad subyacente del Partido Republicano persistir¨¢.
Es una especie de afecci¨®n preexistente, y est¨¢ envenenando a Estados Unidos.
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa.
? The New York Times Company, 2017.
Traducci¨®n de News Clips.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.