Familias que se rebelan contra el sistema y educan a sus hijos en casa
En Espa?a hay unos 4.000 'homeschoolers', una opci¨®n que no est¨¢ regulada y que obliga a las familias a vivir en la clandestinidad
Adriana y Antonio son homeschoolers. Educan a su hijo Di¨®genes, de ocho a?os, en casa. Creen que la educaci¨®n no es una ciencia exacta. ¡°No est¨¢ claro si se aprende mejor con disciplina o con flexibilidad, los griegos ya debat¨ªan sobre ello y han pasado m¨¢s de 2.000 a?os y no se ha llegado a ninguna conclusi¨®n¡±, opina el padre del ni?o, Antonio Soria, de 43 a?os y ex profesor de Filosof¨ªa de Secundaria. Viven en el centro de Madrid y su hijo no aprende matem¨¢ticas con libros de texto. No siguen ninguna metodolog¨ªa espec¨ªfica. Dejan que sea D¨ªo, como al chico le gusta que le llamen, quien se interese por los temas y pregunte. Entonces ellos se documentan para contestar, le llevan a museos, leen libros o ven documentales. Internet es su mayor fuente de conocimiento.
En Espa?a todas las familias est¨¢n obligadas por ley a escolarizar a sus hijos desde los seis hasta los 16 a?os. Educar en casa es una opci¨®n que no est¨¢ regulada y que puede ser motivo de denuncia. Por eso, no existe un registro oficial de homeschoolers, pero los expertos calculan que hay unas 4.000 familas. "Hay pocos casos de familias a las que un tribunal haya obligado a escolarizar a sus hijos. La mayor¨ªa de denuncias se archivan una vez que la Fiscal¨ªa comprueba que no hay abandono", se?ala Carlos Cabo, profesor de la Universidad de Oviedo y autor de la primera tesis doctoral sobre homeschooling en Espa?a.??
Seg¨²n la investigaci¨®n publicada en 2012 por Cabo, la mayor¨ªa de familias viven en la clandestinidad por miedo a posibles denuncias. En 2010 el Tribunal Constitucional se posicion¨® a favor de una sentencia que obligaba a dos familias de M¨¢laga a escolarizar a sus hijos y resolvi¨® que "la facultad de los padres de elegir para sus hijos una educaci¨®n ajena al sistema de escolarizaci¨®n obligatoria por motivos de orden pedag¨®gico no est¨¢ comprendida en ninguna de las libertades constitucionales".?
Los procesos judiciales, se?ala Cabo en su tesis, suelen comenzar con una denuncia de los centros educativos -en el caso de que el menor haya sido desescolarizado-, de los servicios sociales, de vecinos o incluso de familiares cercanos. "Cuando se comprueba que los menores no est¨¢n desatendidos, el caso se suele archivar. Hay ocasiones en las que la Fiscal¨ªa entiende que hay infracci¨®n de ley y el caso pasa a los Tribunales, que suelen fallar a favor de quienes educan en casa", se?ala Cabo.?En pa¨ªses como Reino Unido, Francia, Noruega, Estados Unidos o Canad¨¢ es legal educar en casa.
Con ese escenario, hay familias como la de Adriana y Antonio que no quieren esconderse. "La escuela atrofia los intereses que surgen durante la infancia, se pierden las ganas de aprender porque no hay factor sorpresa", cuenta Adriana, de 41 a?os. Ella no termin¨® la carrera de Psicolog¨ªa y desde hace a?os se dedica, junto a Antonio, a la venta de productos por internet. Son aut¨®nomos y trabajan en casa.?
Es una ma?ana de jueves, es festivo, pero no para ellos. D¨ªo lee sus c¨®mics de Tint¨ªn y avanza en su nuevo proyecto: un videojuego hecho de papel. Dice que de mayor quiere montar una empresa de videojuegos. A sus padres no les preocupa su futuro laboral, tienen "plena confianza" en las capacidades de su hijo y creen que si quiere acceder a la Universidad sabr¨¢ c¨®mo hacerlo. D¨ªo toca el piano, va a clases de teatro y se re¨²ne con otros ni?os homeschoolers en pueblos de la sierra de Madrid. "Seguir horarios y cumplir mandatos no te prepara mejor para la vida", apunta Antonio. "La responsabilidad se adquiere con la libertad", a?ade. Su hijo decidi¨® voluntariamente dejar de ver la televisi¨®n porque le aburr¨ªa. Durante un a?o y medio, sus padres le dejaron verla tantas horas como quiso.
El perfil mayoritario de las familias homeschoolers tiene estudios superiores. En la investigaci¨®n de Cabo, en la que entrevist¨® a 114 familias, el 56% de ellas aseguraron tener estudios universitarios. "Lo hacen por razones pedag¨®gicas. Apuestan por una educaci¨®n personalizada, aunque es cierto que no todo el mundo est¨¢ dispuesto a dedicar tanto tiempo a sus hijos o simplemente no se lo puede permitir", indica Cabo. El 23% de los padres aseguraron ser aut¨®nomos, el 13% funcionarios y un 7% asalariados.?
"Antes era un tipo de vida que escog¨ªan los hippies, pero ahora est¨¢ mucho m¨¢s extendido, en parte, como consecuencia de los problemas a los que la escuela no sabe responder como el bulling", opinia Mariano Fern¨¢ndez Enguita, catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Universidad Complutense?y autor del libro La educaci¨®n en la Encrucijada. A¨²n as¨ª, defiende que el colegio es "la mejor opci¨®n" para un ni?o puesto que ense?a a vivir en sociedad y supera las limitaciones de la familia. Crea personas aut¨®nomas. "Una escuela es m¨¢s p¨²blica que una familia. Si algo funciona mal se detecta antes. Los malos tratos familiares se suelen conocer a trav¨¦s del colegio", a?ade.
Maite, que prefiere no dar su nombre real, educa a sus dos hijos en su casa en un pueblo de 7.000 habitantes del Pa¨ªs Vasco. Critica que la escuela p¨²blica no respeta los diferentes ritmos de los ni?os, ni sus inquietudes, y que "todos aprenden lo mismo al mismo tiempo". Ella y su marido tienen un negocio de venta de antig¨¹edades, son aut¨®nomos. "En el sistema educativo siempre se puede entrar, lo complicado es salir", apunta. Un ni?o que no ha acudido a la escuela puede presentarse por libre a las pruebas de la ESO cuando cumple 18 a?os y con 21 a las de Bachillerato. A partir de ah¨ª, puede realizar la selectividad y acceder a la Universidad.
"El mercado laboral no me preocupa, est¨¢ en permanente cambio. A los de mi generaci¨®n (tiene 41 a?os) la carrera nos iba a salvar la vida, y yo jam¨¢s he ejercido", cuenta. En su casa tampoco se usan libros de texto, pero ella s¨ª sigue una gu¨ªa de contenidos para que sus hijos aprendan lo mismo que los otros chicos de su edad. Adem¨¢s de acudir a la biblioteca y utilizar contenidos de internet, especialmente de YouTube, el recurso "m¨¢s importante" es la gente de alrededor. "Conocimos a un astr¨®nomo retirado y se ha convertido en una fuente de conocimiento inigualable para mis hijos", cuenta. En el pueblo, los vecinos ya no les juzgan ni les miran con extra?eza, pero prefieren mantenerse en el anonimato para evitar posibles problemas con la justicia.
Otra de las m¨¢ximas expertas en Espa?a sobre homeschooling es Madalen Goiria, autora de la tesis doctoral La opci¨®n de educar en casa (Tirant, 2014) y profesora de Derecho Civil en la Universidad del Pa¨ªs Vasco. "Lo que m¨¢s les preocupa a los padres es la socializaci¨®n de sus hijos, la reincorporaci¨®n a la escuela, el acceso a los estudios superiores o los pasos que deban dar si reciben una notificaci¨®n de los servicios sociales", explica.
En su investigaci¨®n deja claro entre las cerca de 4.000 familias que educan a sus hijos en casa, destacan dos motivos fundamentales. La inadaptaci¨®n de los ni?os a la escuela y los problemas de bulling y la disconformidad con las pedagog¨ªas. "Muchos lo hacen para evitar que sus hijos sufran, los ven infelices. Otros ven el sistema p¨²blico demasiado centrado en la memor¨ªstica y la autoridad, se sienten exclu¨ªdos del proceso de aprendizaje", detalla Goiria, que cree que se trata de un modelo caduco.
"El sistema no responde a las necesidades del 100% de los alumnos y no existen mecanismos eficaces para salvar a los que se quedan colgados", dice en referencia al 19% de j¨®venes entre 18 y 24 a?os que abandonaron prematuramente el sistema educativo habiendo completado como mucho el primer ciclo de la ESO, seg¨²n datos de Eurostat de 2017, y que sit¨²an a Espa?a como el segundo pa¨ªs en fracaso escolar por detr¨¢s de Malta.
Goiria hace una reflexi¨®n: si el Estado no interfiere en el control de la alimentaci¨®n en los hogares, ?por qu¨¦ debe hacerlo con la educaci¨®n? "El Gobierno no controla la planificaci¨®n nutritiva de la familia, da por hecho que lo har¨¢n bien, y muchas enfermedades derivan de una mala alimentaci¨®n", apunta. "?Por qu¨¦ no nos parece normal que los progenitores quieran dedicar gran parte de su tiempo a ense?ar y educar a sus hijos?", lanza. "Espa?a ya no es una sociedad analfabeta", zanja. ?
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