Facilidades empresariales
Las reformas en los mercados de bienes y servicios e instituciones son tan o m¨¢s necesarias que las laborales
La eurozona sigue convaleciente. Fortalecimiento institucional y pol¨ªticas econ¨®micas adecuadas son las conclusiones que la Comisi¨®n Europea ha deducido como necesarias y simult¨¢neas para que la Uni¨®n Monetaria (UME) siga funcionando. Las primeras tienen en la creaci¨®n de un Fondo Monetario Europeo (FME) y un presupuesto espec¨ªfico de la eurozona, su principal referencia. En las segundas se hace hincapi¨¦ en las reformas de los mercados de trabajo y de productos, con el fin de aumentar la capacidad de resistencia frente a futuras crisis y aumentar el crecimiento potencial de las econom¨ªas. A este ¨²ltimo respecto la Comisi¨®n destaca la conveniencia de no llevar a cabo de forma aislada reformas en el mercado laboral. Se aporta evidencia econom¨¦trica de los efectos favorables cuando las reformas de los mercados de trabajo y de bienes y servicios se abordan a la vez. Las consecuencias adversas a corto plazo derivadas de reformas aisladas y prioritarias en el mercado de trabajo se aten¨²an si coexisten con otras reformas, as¨ª como con el apoyo en actuaciones macroecon¨®micas que compensen sus efectos depresivos sobre la demanda.
No se ha hecho as¨ª en algunos casos. En realidad, cuando se hace referencia a reformas estructurales destinadas a mejorar la eficiencia de las econom¨ªas, desde luego de la espa?ola, se piensa en el mercado de trabajo. Es un error. Y as¨ª lo viene a certificar ese informe. Son tan necesarias o m¨¢s las que se concretan en los mercados de bienes y servicios, en las instituciones, etc¨¦tera. Adem¨¢s, cabr¨ªa a?adir, es necesario que los impulsos reformistas no sean discontinuos, sino que formen parte de una tensi¨®n permanente en todos los ¨¢mbitos que condicionan la actividad econ¨®mica, que puedan llegar a obstaculizar el funcionamiento de las empresas, incluido su nacimiento.
Las reformas en los mercados de bienes y servicios e instituciones son tan o m¨¢s necesarias que las laborales
En esta ocasi¨®n, la Comisi¨®n se incorpora a los numerosos analistas que utilizan los indicadores que aporta el informe Doing Business del Banco Mundial como base para facilitar la generaci¨®n de ganancias de productividad. Es una de las ¨¢reas m¨¢s importantes de reforma estructural, la que recae sobre las regulaciones y calidad de las Administraciones p¨²blicas, como determinantes del entorno empresarial. La evidencia de su influencia en la calidad del crecimiento existe desde hace a?os: un mejor entorno empresarial genera efectos favorables sobre la inversi¨®n privada, as¨ª como una mayor movilidad empresarial y eficiencia asignativa. Y ahora es considerado con raz¨®n un ¨¢rea de prioridad en la segunda fase hacia la profundizaci¨®n de la UEM.
Merece la pena, por tanto, detenerse en ese an¨¢lisis de las facilidades empresariales aprovechando la reciente publicaci¨®n del correspondiente a 2017-2018, en lugar del precedente que es el que maneja el informe de la Comisi¨®n y, adem¨¢s, el espec¨ªfico sobre Espa?a. No es la primera vez que se hace referencia en esta columna a la significaci¨®n creciente que han cobrado esos informes en el an¨¢lisis acad¨¦mico y profesional del potencial de las 190 econom¨ªas escrutadas cada a?o, de su capacidad para regenerar el tejido empresarial y para atraer inversiones extranjeras directas. Eval¨²a la facilidad o dificultad para la gesti¨®n de una empresa peque?a o mediana, incluida su creaci¨®n, cumpliendo todas las regulaciones de un pa¨ªs. Son 10 aspectos los considerados a ese respecto, desde las facilidades para la constituci¨®n de una empresa hasta la obtenci¨®n de los permisos necesarios para obtener los suministros b¨¢sicos, o para acometer proyectos de construcci¨®n, pasando por regulaciones de solvencia, fiscales, o la obtenci¨®n de cr¨¦dito.
El informe ha ido enriqueci¨¦ndose con m¨¢s indicadores. Como la propia instituci¨®n admite, tiene algunas limitaciones metodol¨®gicas, como son las derivadas de dejar fuera de su alcance aspectos relevantes como la proximidad a grandes mercados, la calidad de las infraestructuras de algunos servicios, la seguridad, la transparencia de las contrataciones p¨²blicas o las condiciones macroecon¨®micas, que otros informes como el del World Economic Forum incluyen. Los indicadores est¨¢n referidos a empresas medianas, normalmente de propietarios individuales, de responsabilidad limitada, que operan en grandes ciudades.
Los progresos realizados en los ¨²ltimos a?os por la mayor¨ªa de las econom¨ªas no pueden ocultar las marcadas diferencias entre pa¨ªses dentro de la UE. Los mejores resultados siguen siendo los obtenidos por econom¨ªas no pertenecientes a la moneda ¨²nica: Dinamarca es el mejor calificado, tercero en la lista global, pero tambi¨¦n destacan favorablemente Suecia o Reino Unido. Estonia, Finlandia, Letonia, Alemania e Irlanda son los mejores de la eurozona. Espa?a no queda muy bien, un a?o m¨¢s. Y es dif¨ªcil entenderlo porque las reformas consecuentes con los indicadores de ese registro son baratas, no incorporan grandes esfuerzos presupuestarios.
Adoptar la mayor¨ªa de las pol¨ªticas que hacen m¨¢s eficientes a otros pa¨ªses no supone un gran desembolso
En el de 2017, Espa?a est¨¢ en la posici¨®n 32?, desde la 33? del a?o anterior, por debajo del promedio de la OCDE. La mejor ciudad que sale en la clasificaci¨®n general es Logro?o, seguida de Madrid; Barcelona es la 6?. En el indicador correspondiente a la apertura de una empresa la posici¨®n de nuestro pa¨ªs es la 85? (requiere 7 procedimientos, se tarda de media 13 d¨ªas, el coste es equivalente al 5% de la renta per capita y el capital m¨ªnimo necesario del 12,9%), un empeoramiento de seis posiciones respecto al a?o anterior. Madrid vuelve a aparecer en este indicador en segundo lugar, detr¨¢s de Sevilla, y Barcelona en la 9? posici¨®n. Entre las diferentes categor¨ªas de indicadores, Espa?a lidera la clasificaci¨®n global en materia de comercio transfronterizo y ocupa una posici¨®n aceptable en la resoluci¨®n de insolvencias (18). M¨¢s bajas son las relativas al cumplimiento de contratos (29), protecci¨®n de los inversores minoritarios (32) y pago de impuestos (37).
Complementario del anterior es el Global Competitiveness ?ndex (GCI), elaborado por el Word Economic Forum, al que tambi¨¦n se refiere el FMI en su ¨²ltimo informe sobre Espa?a. Se trata de una s¨ªntesis de 12 indicadores considerados expresivos de la capacidad competitiva de una econom¨ªa: instituciones, infraestructuras, educaci¨®n y formaci¨®n profesional, eficiencia de los mercados de bienes y de trabajo, desarrollo financiero, adaptaci¨®n tecnol¨®gica, tama?o del mercado, sofisticaci¨®n empresarial e innovaci¨®n. En su ¨²ltima edici¨®n, la de 2017, aparecemos en la posici¨®n 34?, dos lugares por debajo de la del a?o pasado. Los mejores pilares son infraestructuras (12) y tama?o de mercado (17). En el listado de factores m¨¢s problem¨¢ticos para la actividad empresarial, el indicador m¨¢s comparable con el DB del BM, los resultados no son buenos. Burocracia, fiscalidad, ineficiencias en el mercado de trabajo, dificultades para innovar, nos diferencian adversamente. Los mejores resultados en esos 12 pilares los obtenemos en infraestructuras y en salud y educaci¨®n primaria, tama?o de mercado y adaptaci¨®n tecnol¨®gica. Este ¨²ltimo contrasta con la posici¨®n que ocupa Espa?a en el DESI (Digital Economy and Society Index), que sintetiza los indicadores relevantes de adaptaci¨®n y competitividad digital de los pa¨ªses de la UE. Con una puntuaci¨®n de 50,5, frente a la media de la UE, de 49,4, pero por debajo de las econom¨ªas n¨®rdicas que tambi¨¦n aqu¨ª lideran la clasificaci¨®n.
La conclusi¨®n es obvia. Observar las buenas pr¨¢cticas de las econom¨ªas m¨¢s eficientes y competitivas deber¨ªa marcar la pauta para su adopci¨®n. En mayor medida, como es el caso en casi todas ellas, adaptarlas a nuestra econom¨ªa apenas comporta esfuerzos presupuestarios significativos.
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