Lo que no se debe olvidar
Si las crisis no las finalizan los dem¨®cratas, las crisis acaban con los dem¨®cratas
La estructura econ¨®mica de la Espa?a de hace cuatro d¨¦cadas no tiene mucho que ver con la de hoy. Entonces la espa?ola era una sociedad que apenas sal¨ªa de la dictadura; hoy es una de las sociedades m¨¢s abiertas del mundo. Tampoco el capitalismo es el mismo: ahora el marco de referencia es la globalizaci¨®n. Los Pactos de la Moncloa firmados entonces pertenecen al plan antiguo, no a la nueva econom¨ªa, pero ¡ªm¨¢s all¨¢ de los desequilibrios coyunturales que arreglaron¡ª hay algunos aspectos centrales que siguen vigentes y que conviene no olvidar si no se quieren repetir las malas experiencias.
1. Si las crisis no las finalizan los dem¨®cratas, las crisis acaban con los dem¨®cratas. A la muerte de Franco no pod¨ªa repetirse lo que pas¨® en la Segunda Rep¨²blica: c¨®mo una crisis econ¨®mica grave y no resuelta constituye un pasivo que complica, hasta hacerla imposible, la construcci¨®n de la democracia. La crisis econ¨®mica de 1977 lleg¨® a los espa?oles en un momento pol¨ªtico singular: la posibilidad de vivir en libertad. Esta oportunidad democr¨¢tica no vino sola, sino acompa?ada de una crisis econ¨®mica abierta en 1973 y no resuelta sino agudizada. No hay convivencia estable entre democracia y crisis aguda.
2. Filosof¨ªa de sacrificios compartidos. Se exigi¨® a cada grupo social la asunci¨®n de sus responsabilidades frente a la crisis, sin excepci¨®n. Por ello, todos los partidos, desde el comunista a la derecha, entraron en el pacto.
3. En fases agudas de dificultades es imprescindible el consenso y no la pol¨ªtica de ordeno y mando. Ninguna ideolog¨ªa contaba entonces con respuestas y fuerzas suficientes para impon¨¦rselas a las dem¨¢s, al resto de la sociedad, y superar la crisis.
4. Era preciso ganar tiempo para un objetivo superior: firmar una Constituci¨®n que representase a todos y que durase. El camino entre una crisis econ¨®mica sin resolver y una democracia es ¡°un valle de l¨¢grimas¡±, en expresi¨®n tomada de Ralf Dahrendorf para los pa¨ªses que sal¨ªan del comunismo y quer¨ªan llegar a la econom¨ªa de mercado. Al principio puede suceder que las condiciones de vida empeoren, antes de mejorar.
5. No se han de separar las pol¨ªticas de saneamiento (ajustes) de las pol¨ªticas de reformas estructurales (no confundir con recortes) que requiere la econom¨ªa para ser competitiva y dar bienestar y empleo. A veces se disocian por pereza pol¨ªtica y por impopularidad electoral.
Todos estos principios se contextualizaron en tres exigentes condiciones que defini¨® Fuentes Quintana, uno de los hacedores de los Pactos: primero, claridad en el reconocimiento de la situaci¨®n; los pol¨ªticos deben decir la verdad y no ocultar las crisis como males irremediables de los que no se habla; segundo, transparencia y equidad en el reparto de los costes de la crisis, para no deslegitimar la democracia ante los ciudadanos; y tercero, creer/ganar un sentido de finalidad com¨²n de todos los grupos sociales, por la v¨ªa de la negociaci¨®n y el pacto, y respuestas constructivas a los principales problemas planteados.
Contra todo pron¨®stico estamos hablando de historia econ¨®mica y no de Catalu?a. Pero en ¨²ltima instancia se parecen mucho.
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