Moda sostenible con sello vasco
La crisis casi hace desaparecer a Skunfunk, una pyme que ha virado hacia la confecci¨®n responsable
Una ma?ana de 2004, a las puertas de una f¨¢brica de China, Mikel Feijoo tuvo la idea que le hizo replantear su modelo de negocio. La f¨¢brica donde se confeccionaban los tejidos de su marca, la bilba¨ªna Skunkfunk, desaguaba litros de l¨ªquido te?ido sobre los campos de arroz cercanos. ¡°Tuve claro que no quer¨ªa contribuir a contaminar m¨¢s¡±, cuenta. Traslad¨® su producci¨®n a otro espacio y comenz¨® su transformaci¨®n. Su colecci¨®n para el a?o pr¨®ximo tiene m¨¢s de un 90% de prendas confeccionadas con tejidos y f¨®rmulas sostenibles: algod¨®n org¨¢nico de cooperativas, fibras propias, poli¨¦ster reciclado, menos lana o patrones donde no se desperdicia ni un mil¨ªmetro de tela. Prev¨¦n cerrar 2017 con unos 15 millones de facturaci¨®n, igual que 2016.
Hasta llegar a este punto, la marca ¡ªque forma parte del holding de empresas Mibizk, del que dependen compa?¨ªas para distintas actividades y pa¨ªses¡ª lidi¨® con problemas econ¨®micos que la abocaron casi al cierre. El problema no fue cambiar el modelo de producci¨®n hacia la sostenibilidad (que les hizo buscar nuevos proveedores certificados como ecol¨®gicos o de comercio justo, y formas de env¨ªo, como el barco en vez del avi¨®n), sino la crisis que les hizo entrar en concurso de acreedores en 2012. Cost¨® puesto al 10% de su plantilla para ahorrar 2,5 millones de gastos fijos. Hab¨ªan cerrado 2010 con 16 millones de facturaci¨®n y 2011 con 26, ¡°la estructura no pudo soportar todos los cambios que tuvimos que hacer a nivel log¨ªstico para la producci¨®n que se exig¨ªa y a ello se sum¨® que subieron un 30% los salarios en China¡±, explica el presidente. ¡°Hubo un concurso que dur¨® exactamente un a?o, desde noviembre de 2012 a noviembre de 2013. Antes hab¨ªamos presentado un preconcurso para poder negociar con los bancos, en mitad de una crisis que acab¨® con muchos de ellos. Fue una tormenta perfecta¡±.Para salir de aquello cerraron tiendas propias y pararon su l¨ªnea masculina y la de lujo: ya solo hacen ropa de mujer. ¡°Somos una plantilla de 200 trabajadores y hemos potenciado el comercio electr¨®nico¡¯, el canal que m¨¢s crece¡±, apunta el directivo, propietario de la marca. Nunca se han repartido beneficios, ¡°aunque en 2015 d¨ª participaciones menores a mis dos codirectores¡±.
Producen en 16 f¨¢bricas, de las cuales cuatro se han certificado como sostenibles por las presiones de Skunfunk. ¡°Es un orgullo pensar que obligarlas a hacerlo repercute en otras marcas¡±. Su tal¨®n de Aquiles est¨¢ en los tintes, que a¨²n est¨¢n lejos de ser totalmente ecol¨®gicos, y en la lana: ¡°Es dif¨ªcil controlar el trato a los animales, as¨ª que lo que hacemos es usarla al m¨ªnimo¡±.
Como pasa con otras como Desigual o la tambi¨¦n vasca Loreak Mendian, la empresa tiene una identidad marcada: colores b¨¢sicos y dise?os geom¨¦tricos, con cierto aire zen pero festivalera (comenzaron en un puesto de camisetas en festivales). Recuerda al street art. ¡°Buscamos cada a?o colaboraciones con mujeres artistas y llevamos sus obras a la tela¡ Hay tatuadoras, grafiteras, pintoras¡ mujeres de la calle que tienen una historia¡±, cuenta Maia Eder Curutchet, la dise?adora.
Para hacer colecciones responsables y sostenibles, la marca trabaja con sus proveedores sobre el terreno. ¡°No compramos tejido del mercado para controlar el proceso. La trazabilidad es fundamental, pero no solo para las certificaciones, sino para ser un ejemplo para nuestro equipo y otras marcas. Hay que conocer los campos donde se planta el algod¨®n org¨¢nico en India, pues el nuestro lo es al 70% , y el resto es reciclado¡±, cuenta Curutchet. Trabajan con 62 tejidos distintos. ¡°Cada vez hay m¨¢s marineros que recogen pl¨¢stico del mar en Euskadi. Con ¨¦l se hace poli¨¦ster que da calidad a una fibra virgen. El futuro de la moda es reutilizar la basura¡±. Sus complementos, hechos en cuero reciclado y cart¨®n son un ejemplo de ello: ¡°Intentamos que puedan moldearse o ser reversibles, de forma que duren m¨¢s y no tengan necesitad de poseer m¨¢s cosas, sino las necesarias¡±.
La dise?adora capitanea un equipo de 15 personas. ¡°Primero pensamos en el tejido y luego confeccionamos. Nuestra innovaci¨®n es dise?o y b¨²squeda de materiales¡±. La empresa, que aunque no da cifras concretas asegura que cerr¨® el a?o con beneficios, crece a un ritmo ¡°en torno a un 9%¡±. Vende un 10% en Internet, otro 30% en espacios como El Corte Ingl¨¦s y en tiendas propias y un 60% en tiendas multimarca. Sus principales mercados son Espa?a, Francia, Alemania y B¨¦lgica. Recientemente han abierto tres tiendas y una red comercial en Italia, EE UU y Chile. ¡°Mi esperanza es que la gente se d¨¦ cuenta de que la compra es un reflejo de c¨®mo se ve el mundo, durable, no de usar y tirar¡±.
China como ejemplo
Cuenta Mikel Feijoo: ¡°Quiz¨¢ ¨¦ramos m¨¢s sostenibles cuando trabaj¨¢bamos con cooperativas locales pero Europa no est¨¢ preparada para hacer una l¨ªnea completa de esa forma, con excepciones como Hilaturas Ferr¨¦, pero hacen solo el hilo¡±. Es una de las pocas marcas espa?olas con el sello ¡®fair trade¡¯. Adem¨¢s, les concedieron la de ¡®global organic textil standar¡¯ y la certificaci¨®n de algod¨®n org¨¢nico, una etiqueta que cuelga de gran parte de sus 450 dise?os. Aunque producen en China e India, el punto proviene de Portugal y tambi¨¦n trabajan en Espa?a. ¡°Nuestra cruzada es demostrar que en China se ha adaptado m¨¢s r¨¢pido que otras industrias en materia medioambiental¡±. En India pertenecen a la cooperativa Chetna Coalition, donde se aseguran de que las condiciones de los trabajadores y agricultores son las adecuadas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.