Atrapados por la desigualdad
La recuperaci¨®n econ¨®mica se consolida en Espa?a, pero la brecha entre ricos y pobres aumenta porque el desempleo, la precariedad y los problemas de formaci¨®n se han enquistado
Mar Cuba decidi¨® hace tres a?os ser madre. Ella y el peque?o Leo viven en Vilagarc¨ªa de Arousa, a 30 kil¨®metros de Pontevedra, la distancia que Mar tiene que cubrir cada d¨ªa para ir a trabajar. Leo, mientras tanto, la espera en la guarder¨ªa. ¡°Las madres solteras estamos en una situaci¨®n de permanente riesgo laboral. Nuestras probabilidades de perder el empleo son mayores: cualquier imprevisto que tengamos en casa puede hacernos perder la jornada de trabajo y, a veces, eso puede conllevar el despido. Si eso ocurre, se pierde toda la econom¨ªa familiar¡±.
Mar representa una de las caras de la desigualdad. Las familias monoparentales son quiz¨¢ el colectivo que m¨¢s pone de manifiesto los graves problemas que a¨²n arrastra Espa?a ahora que la econom¨ªa se recupera. Una trampa de la que es dif¨ªcil salir. Incluso si el desempleo y los niveles de pobreza descienden, la desigualdad econ¨®mica aumenta. La Comisi¨®n Europea sit¨²a a Espa?a entre los pa¨ªses cuya poblaci¨®n presenta mayores diferencias de rentas. En la media de la UE, el 20% que m¨¢s gana obtiene cinco veces m¨¢s que el 20% que menos. En Espa?a, esa proporci¨®n se eleva hasta ligeramente por encima de seis veces y media. El dato deja a Espa?a a la cola de UE junto a Bulgaria, Grecia y Lituania. ?Est¨¢n los ciudadanos espa?oles tan mal como en esos pa¨ªses del furg¨®n de cola? ?C¨®mo ocurre esto pese a m¨¢s de tres a?os de recuperaci¨®n econ¨®mica?
La actividad que se destruy¨® en torno a la construcci¨®n se ha recuperado por las exportaciones y el turismo. La hosteler¨ªa y el comercio generan mucho empleo. Pero las exportaciones no son intensivas en mano de obra. Y eso explica que se hayan restablecido los niveles de riqueza pero con 1,7 millones de empleos menos. Seg¨²n un estudio de Francisco Goerlich, del Instituto Valenciano de Investigaciones Econ¨®micas, el desempleo explica hasta el 80% del incremento de la desigualdad vivida durante la crisis. O lo que es lo mismo, en ese 20% que menos gana se concentran muchos parados con pocos o ning¨²n ingreso.
Es decir, la desigualdad no ocurre por un crecimiento desaforado de lo que ganan los de arriba, aunque estos se han visto favorecidos por la recuperaci¨®n de la Bolsa. Seg¨²n los expertos, se debe a que hay menos horas trabajadas en los colectivos de menos ingresos, bien sea por el desempleo, por la alta rotaci¨®n de contratos o por el trabajo a tiempo parcial no deseado.
Enrique Garc¨ªa lleva siete contratos temporales consecutivos. El que m¨¢s tiempo le dur¨® fueron unos tres meses. Enrique es de Madrid, tiene 55 a?os y antes de la crisis disfrutaba de un buen puesto de trabajo. ¡°Estuve 10 a?os como comercial en una empresa grande de software. Ten¨ªa un salario fijo de casi 2.000 euros al mes y me pagaban todos los gastos. Me echaron despu¨¦s de haberme cogido una baja por depresi¨®n y me encontr¨¦ en el paro a las puertas de la crisis¡±.
Enrique se embarc¨® en un negocio que le sali¨® mal y, a partir de ah¨ª, temporalidad y precariedad. ¡°He trabajado como frutero, gasolinero, operador de telemarketing, repartidor, comercial a comisi¨®n en donde gastaba m¨¢s de lo que me pagaban¡ De todo, y todo con contratos temporales y sueldos de unos 700 euros al mes¡±.
Su ¨²ltimo trabajo fue una suplencia como conserje y bajo la promesa de hacerle un contrato fijo que jam¨¢s lleg¨®. ¡°Con esta edad es desesperante, porque yo me veo capacitado para trabajar y hacerlo bien, pero me resulta imposible incorporarme al mercado laboral¡±, lamenta.
El sistema de recolocaci¨®n espa?ol da muy mala respuesta a casos como el de Enrique. Los servicios p¨²blicos de empleo son muy buenos administrando la prestaci¨®n de paro. Pero despu¨¦s de una d¨¦cada de crisis siguen fallando en el reciclaje y la recolocaci¨®n. Una vez en la trampa de la precariedad resulta muy dif¨ªcil escapar. Y el problema m¨¢s acuciante se da entre los que salieron de la construcci¨®n con edades como las de Enrique.
Antes sobraba trabajo
Efraim Medina lleg¨® en el a?o 2001 desde Per¨². Lo hizo a trav¨¦s de un convenio entre CC OO y un sindicato peruano que trajo a 50 trabajadores de la construcci¨®n. ¡°Al principio sobraba el trabajo¡±, cuenta Efraim, de 47 a?os. ¡°A los pocos meses de estar en Espa?a me llamaron de otra empresa y me hicieron un contrato fijo. Y enseguida de otra donde me mejoraron las condiciones¡±.
Pese a ello, Efraim era consciente de la fragilidad de su situaci¨®n. ¡°Nos explicaban que hab¨ªa un boom de la construcci¨®n y que, en cualquier momento, pod¨ªa destruirse todo. Por eso sab¨ªamos que, si llegaba una crisis, nosotros ser¨ªamos los primeros en caer¡±. Y as¨ª fue. La empresa donde estaba Efraim comenz¨® con retrasos en los pagos de salarios de dos y tres meses. ¡°Nos dec¨ªan que no ten¨ªan dinero, que lo sent¨ªan mucho pero que no pod¨ªan pagar a tiempo. As¨ª que me tuve que buscar la vida por otro lado¡±.
Efraim comenz¨® entonces a alternar la cola del paro con trabajos temporales pagados con un sueldo de 700 euros al mes. ¡°Dicen que la econom¨ªa se est¨¢ recuperando, pero yo creo que esto no es una recuperaci¨®n. Las condiciones son mal¨ªsimas, cada vez peores, la gente est¨¢ dispuesta a trabajar por cualquier cosa y las empresas se aprovechan de eso¡±, dice.
Muchos de sus amigos y compa?eros han regresado a Per¨². ¡°Nos llaman y nos preguntan c¨®mo est¨¢ Espa?a. Y nosotros les decimos: pues igual¡±.
Castigo a los j¨®venes
Las estad¨ªsticas dicen que la temporalidad se ceba todav¨ªa m¨¢s con los j¨®venes. Lo peor de la elevada rotaci¨®n en el empleo es que impide que los trabajadores acumulen experiencia y productividad en una empresa. El proceso normal consist¨ªa en que un empleado joven empezase con peores condiciones pero las fuese mejorando conforme ganaba en productividad. Y cuando hab¨ªa acumulado una cierta experiencia, otra empresa intentaba ficharlo mejorando sustancialmente su salario. Este proceso se ha interrumpido con el abuso de la temporalidad.
Otro fen¨®meno que se ha acentuado con la crisis es la sustituci¨®n de trabajadores caros por otros m¨¢s baratos. ¡°En la banca se ha prejubilado a empleados que ten¨ªan sueldos de 60.000 euros para cambiarlos por otros que cobraban solo 20.000 euros¡±, explica una fuente del sector financiero.
Los que han mantenido el empleo durante la crisis han aguantado mejor. Y lo han conseguido gracias a un mercado laboral que protege mucho al indefinido y que, por tanto, concentra los ajustes de empleo en los temporales, completamente desprotegidos. Da igual el indicador que se tome, todos ponen de manifiesto que el ajuste en horas y salarios ha golpeado m¨¢s a quienes perciben las rentas m¨¢s bajas. Y los colectivos que aparecen peor son los trabajadores poco formados, j¨®venes, inmigrantes y mujeres.
Mar recuerda las dificultades que tiene que encarar todos los d¨ªas: ¡°Ser madre ya es complicado, ser madre sola es mucho peor. La desigualdad salarial entre hombres y mujeres ya no es que nos afecte a nosotras, es que perjudica a los ni?os. Con un solo sueldo que suele ser inferior al de los hombres tenemos que pagar todo¡±. Mar es int¨¦rprete de lengua de signos y trabaja en un colegio dando apoyo a alumnos que lo precisen. ¡°Para nosotras, la promoci¨®n en una empresa es mucho m¨¢s complicada. No podemos repartirnos tareas ni decidir trabajar m¨¢s o menos horas. Por eso digo que solemos ser econom¨ªas de riesgo¡±.
Algunos expertos se?alan que las ayudas p¨²blicas en Espa?a est¨¢n todas ligadas a haber tenido empleo. Cuanto m¨¢s se ha trabajado, mayor la prestaci¨®n de paro o la pensi¨®n. Se benefician los que m¨¢s han trabajado y los mayores. Y en cambio existen pocas ayudas para las familias y los m¨¢s necesitados. Todo esto se traduce en unas pol¨ªticas p¨²blicas ineficaces a la hora de aliviar el problema, como se?alaba un estudio reciente de la Comisi¨®n Europea.
La situaci¨®n pinta mal para esos colectivos, entre los que est¨¢ el caso de Mar. Ahora bien, Espa?a ha dispuesto de algunas redes de protecci¨®n que han atenuado el golpe entre los espa?oles y que alejan su situaci¨®n de la de pa¨ªses como Bulgaria, Grecia o Lituania. Seg¨²n datos del BCE, Espa?a acumula una riqueza media mayor que la de Alemania, Francia o Italia gracias a que contamos con m¨¢s patrimonio, sobre todo en vivienda. Aunque sea sorprendente, los espa?oles que est¨¢n en la franja baja de ingresos tienen m¨¢s patrimonio que los alemanes en igual situaci¨®n. Adem¨¢s, en Espa?a la crisis ha provocado una reagrupaci¨®n familiar que ha amortiguado el impacto en el consumo. ¡°Mientras que las familias m¨¢s favorecidas redujeron el consumo total del hogar un 17,2%, el gasto de los hogares m¨¢s desfavorecidos disminuy¨® solo un 7,6%¡±, subraya un informe de BBVA Research. Esto es: mientras que la desigualdad en ingresos creci¨®, la desigualdad en consumo descendi¨® gracias a las ayudas de las familias.
De hecho, Espa?a presenta menores tasas de pobreza absoluta, entendida como privaci¨®n de cosas b¨¢sicas, que la media de la UE. Las diferencias entre los de arriba y las rentas intermedias tampoco resultan elevadas. Es m¨¢s, la retribuci¨®n por estar formado es m¨¢s baja en Espa?a que en otros pa¨ªses del entorno. Y, desde luego, no hay un segmento de poblaci¨®n extremadamente rica, el famoso 1% o 10% como ocurre en Estados Unidos o Reino Unido.
Un mercado dual
Sin embargo, en Espa?a s¨ª que existe un mercado laboral de dos carriles entre formados y no formados cuya brecha se est¨¢ ampliando. Un an¨¢lisis de Mar¨ªa Jes¨²s Fern¨¢ndez, de Funcas, detecta que el 58% del empleo creado durante la recuperaci¨®n ha sido de formaci¨®n alta. Sin embargo, el resto no lo es. De ah¨ª la polarizaci¨®n. Y el estudio arroja una conclusi¨®n todav¨ªa m¨¢s relevante: solo el 11% de los empleos creados entre 2014 y 2016 fueron ocupados por gente con escasa formaci¨®n. Ese es el colectivo que se est¨¢ quedando atr¨¢s: los trabajadores de baja cualificaci¨®n.
¡°La dispersi¨®n salarial es dif¨ªcil de corregir en tanto que haya muchos trabajadores con baja formaci¨®n. Es dif¨ªcil tener salarios altos con una productividad baja. Eso solo ocurri¨® durante la burbuja¡±, explica Jorge Onrubia, profesor de la Complutense e investigador de Fedea.
El economista de BBVA, Rafael Dom¨¦nech, sostiene que ¡°gran parte de la desigualdad de rentas procede de la desigualdad de capital humano, y la desigualdad de capital humano se explica por el fracaso escolar¡±. Para colmo de males, se ha desarrollado poco la formaci¨®n de grado medio, y este c¨ªrculo vicioso se retroalimenta a¨²n m¨¢s por la interacci¨®n con la globalizaci¨®n y un progreso t¨¦cnico que requiere muchas habilidades.
Por eso, la igualdad de oportunidades en la educaci¨®n deber¨ªa ser prioritaria. Sin embargo, un informe de BBVA sobre desigualdad detecta que Espa?a presenta una menor movilidad social que otros pa¨ªses avanzados. Se da una mayor relaci¨®n entre los ingresos de los padres y los que tienen los hijos, y eso podr¨ªa perpetuar la desigualdad. ¡°Llama la atenci¨®n que en Espa?a no se est¨¦ prestando m¨¢s atenci¨®n a la reforma de la educaci¨®n para romper estas din¨¢micas¡±, concluye Onrubia.
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