Contingencias externas en 2018
El encarecimiento del petr¨®leo y las fricciones comerciales son dos factores de riesgo latentes a tener muy en cuenta
Poco hueco para los aguafiestas dejan los indicadores econ¨®micos. La econom¨ªa global en 2017 ha registrado el mejor ejercicio desde el inicio de la crisis: ha crecido en torno al 3,6%, por encima de la mayor¨ªa de las previsiones, y ese crecimiento ha estado bien repartido, alcanzando al mayor n¨²mero de econom¨ªas desde 2010, las tres cuartas partes del mundo, la japonesa entre ellas. Pa¨ªses importantes que ven¨ªan de una recesi¨®n ¡ªBrasil, Rusia, Argentina¡ª la han superado. La novedad m¨¢s importante es el muy aceptable crecimiento de la eurozona, en claro contraste con la debilidad brit¨¢nica.
Los mercados financieros han reflejado esa expansi¨®n sincronizada. Los de acciones han registrado las mejores valoraciones desde el inicio de la recuperaci¨®n de la crisis, amparados en aumentos de los beneficios empresariales tambi¨¦n superiores a los esperados, en una inflaci¨®n reducida y una todav¨ªa activa complicidad de las pol¨ªticas monetarias, con los bancos centrales de la eurozona y Jap¨®n compensando el anticipado endurecimiento de la Reserva Federal. No solo las acciones, sino bonos, oro y, desde luego, algunas criptomonedas, han dado cuenta de esa reducci¨®n de la aversi¨®n al riesgo.
De ese favorable contexto se ha beneficiado la econom¨ªa espa?ola, que habr¨¢ crecido un 3,1%. Los principales elementos de contraste frente a las econom¨ªas m¨¢s exitosas siguen siendo el mantenimiento de un nivel de desempleo elevado y una calidad del empleo mejorable: salarios bajos y temporalidad excesiva. No faltan analistas que proyectan a este a?o la inercia de la ¨²ltima mitad del pasado y anticipan ritmos de crecimiento incluso superiores, algunos hasta el 4%. En el caso de la econom¨ªa espa?ola el consenso se sit¨²a algo por encima del 2,5%, justificando la desaceleraci¨®n en el menor empuje de los vientos de cola ¡ªcondiciones de financiaci¨®n algo menos propicias y precios del petr¨®leo m¨¢s elevados¡ª y las posibles perturbaciones adicionales derivadas del conflicto catal¨¢n. Con todo, en la anticipaci¨®n de lo que puede ser este a?o surgen dudas acerca de algunas de las amenazas geopol¨ªticas que condicionaban los ejercicios de previsi¨®n del pasado y otras nuevas, asociadas a la bonanza dominante, como es el caso de la sobrevaloraci¨®n de la mayor¨ªa de activos en los que los inversores pueden colocar la abundante liquidez disponible. A su revisi¨®n se dedican las l¨ªneas que siguen.
Contingencias geopol¨ªticas. Las amenazas extraecon¨®micas con proyecci¨®n internacional que se cern¨ªan sobre el pasado a?o apenas se han concretado, o al menos la mayor¨ªa de ellas no han generado resultados adversos. Pero no es razonable asumir que los obst¨¢culos a la prosperidad que pueden crear hayan sido despejados del camino. No lo ha hecho la ret¨®rica proteccionista del nuevo presidente de EEUU, ni las amenazas de Corea del Norte ni, en toda su extensi¨®n, el Brexit. Amenazas latentes son tambi¨¦n las asociadas a una no tan gradual como hasta ahora elevaci¨®n en el precio del petr¨®leo, en especial si la situaci¨®n en Oriente Medio sigue siendo objeto de alteraciones significativas, como las observadas en Arabia Saud¨ª o Ir¨¢n, el tercer productor m¨¢s importante de la OPEP.
La continuidad en la recuperaci¨®n del volumen de comercio internacional es una de las condiciones para el asentamiento del crecimiento global. Y la actitud de la presidencia estadounidense sigue siendo crucial. En primer lugar porque la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC) es objeto de un cuestionamiento permanente en su capacidad de arbitraje, su principal cometido. En segundo, porque la negociaci¨®n en torno al NAFTA puede tener en este a?o su momento m¨¢s decisivo, con la amenaza de abandono estadounidense encima de la mesa si la revisi¨®n no es satisfactoria. No hace falta insistir que el impacto en M¨¦xico ser¨ªa importante, en especial en su industria automovil¨ªstica. Tampoco puede pasarse por alto las tensiones con China, y su vinculaci¨®n a los derroteros que tome el contencioso en la pen¨ªnsula de Corea. El Brexit por su parte tampoco ha generado consecuencias visibles por el momento, lo que no quiere decir que no las manifieste en este a?o crucial. 2019 es el a?o de entrada en vigor del art¨ªculo 50 que, en ausencia de provisi¨®n en contra, determinar¨¢ el abandono del ¨¢rea comercial m¨¢s importante del mundo. La persistencia de la incertidumbre podr¨ªa tener efectos m¨¢s adversos que los hasta ahora observados sobre una econom¨ªa ya debilitada. Pero tambi¨¦n sobre sus socios m¨¢s importantes, Espa?a entre ellos.
A ello hay que a?adir algunos episodios m¨¢s cercanos como las elecciones italianas a las que concurren formaciones pol¨ªticas que cuestionan su pertenencia a la eurozona e incluso a la UE, o la todav¨ªa hoy dif¨ªcil de anticipar gobernaci¨®n en Catalu?a. Frente a esos episodios, el mundo sigue adoleciendo de una m¨ªnima gobernaci¨®n, al tiempo que en no pocas sociedades sigue subyaciendo una realidad pol¨ªtica marcada por la desigualdad creciente y la desafecci¨®n respecto al sistema econ¨®mico.
La normalizaci¨®n de los bancos centrales. Son tres los centros de atenci¨®n en este ¨¢mbito. El impacto del relevo en la presidencia de la Reserva Federal y la orientaci¨®n de los otros dos grandes bancos centrales, el BCE y el Banco de Jap¨®n. No deber¨ªa haber grandes sorpresas. El tono tensionador del primero podr¨ªa encontrar en el repunte de la inflaci¨®n razones para acelerar la subida de tipos de inter¨¦s, especialmente si las reducciones impositivas acaban teniendo un impacto en el consumo superior al esperado. Mas previsible es la reacci¨®n de los otros dos bancos centrales, en cuyas econom¨ªas la inflaci¨®n, todav¨ªa por debajo de los objetivos del 2%, no deber¨ªa aportar grandes sorpresas. El BCE seguir¨¢ comprando activos en el mercado secundario al menos hasta septiembre y es poco probable que eleve sus tipos de referencia antes de 2019. No ser¨¢ un ejercicio c¨®modo. Esa actitud adaptativa hoy previsible seguir¨¢ sujeta a las presiones en su Consejo de Gobierno de los halcones, liderados por el alem¨¢n Weidmann.
La valoraci¨®n de los activos. En ausencia de alteraciones significativas en los dos ¨¢mbitos anteriores, la inercia heredada de 2017 puede seguir favoreciendo el clima inversor en activos de riesgo, tanto en las econom¨ªas avanzadas como en las emergentes. Pero es verdad que los niveles de revalorizaci¨®n de los que vienen invitan, en el mejor de los casos, a la cautela acerca de cualquier episodio que pudiera desencadenar bruscas correcciones. No es probable, en todo caso, que coexista el conjunto de factores tan favorables que han confluido en 2017 con la volatilidad reducida que hemos observado. La estabilidad financiera tambi¨¦n podr¨ªa verse alterada si lo hace la digesti¨®n del elevado endeudamiento privado de China.
Las contingencias extraecon¨®micas anteriores pueden influir en una econom¨ªa tan abierta como la espa?ola. M¨¢s all¨¢ de la percepci¨®n del riesgo asociado a la gobernaci¨®n en Catalu?a, los apoyos externos es probable que no sean tan intensos como en el pasado. Frente a todo lo anterior, cabr¨ªan sorpresas favorables. La concreci¨®n del plan de perfeccionamiento de la Uni¨®n Monetaria ser¨ªa la m¨¢s relevante, en la medida en que contribuir¨ªa a fortalecer la idea de que 2017 no fue un par¨¦ntesis en el cuestionamiento de su viabilidad como zona monetaria. La otra sorpresa ser¨ªa que la inversi¨®n creciera de forma significativa y amparara futuros aumentos de la productividad y de los salarios, que falta hacen, aqu¨ª y en el conjunto de Europa.
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