Macron se lanza a la arriesgada reforma de la SNCF, los ferrocarriles p¨²blicos franceses
Los sindicatos prev¨¦n movilizaciones ante la supresi¨®n, para los futuros empleados, de las actuales ventajas laborales
Emmanuel Macron mantiene el pie en el acelerador de las reformas. Tras liberalizar en oto?o el mercado laboral, el presidente franc¨¦s se prepara para transformar esta primavera otro pilar sagrado del modelo franc¨¦s: la Sociedad Nacional de Ferrocarriles, o SNCF.
El primer ministro, ?douard Philippe, anunci¨® el lunes un plan para adoptar antes del verano la reforma de una empresa esencial para la vida cotidiana de millones de personas y para la cohesi¨®n territorial, pero lastrada por una deuda millonaria y la degradaci¨®n de las infraestructuras. El plan contempla suprimir, para los nuevos contratados, las actuales ventajas laborales de los ferroviarios, detalladas en el estatuto de los ferroviarios. Propone hacerlo, adem¨¢s, por la v¨ªa expr¨¦s de las ordenanzas legislativas.
Los sindicatos est¨¢n en pie en guerra. "Para doblegar al Gobierno, sin duda har¨¢ falta un mes de huelga", dijo, en declaraciones recogidas por el diario Le Parisien, Laurent Brun, secretario general de CGT-Ferroviarios, mayoritario en la SNCF. "Estaremos a la altura del desaf¨ªo. Seguramente se abre uno de los movimientos sociales m¨¢s importantes en la historia de la SNCF".
La reforma de la SNCF es arriesgada para Macron, elegido en mayo de 2017 con un programa liberalizador. El ¨²ltimo intento serio para reformar a los ferrocarriles p¨²blicos fue en 1995. El movimiento contra aquella reforma y la de las pensiones de los funcionarios, descrito como la mayor protesta social desde mayo de 1968 en Francia, acab¨® forzando al primer ministro de la derecha, Alain Jupp¨¦, a dar marcha atr¨¢s.
Ahora es un protegido de Jupp¨¦, el primer ministro Philippe, el encargado de volver a intentarlo. Si tiene ¨¦xito, confirmar¨¢ que en veinte a?os Francia ha cambiado y es m¨¢s proclive a aceptar cambios que hasta hace poco parec¨ªan tab¨².
Si no, supondr¨¢ el primer tropiezo grave de un presidente y un Gobierno que hasta hoy han gobernado sin oposici¨®n visible ni mayores contratiempos. Los ferroviarios, por la naturaleza de su trabajo, tienen una capacidad ¨²nica, de la que carecen otros sectores, para paralizar el pa¨ªs.
"Ante la amplitud de los ataques anunciados, la CGT propondr¨¢, en el marco unitario m¨¢s amplio posible, la construcci¨®n de una r¨¦plica a la altura, con el fin de perennizar la empresa p¨²blica SNCF, los trenes p¨²blicos y las condiciones sociales de los ferroviarios", dijo, en un comunicado, el sindicato CGT. Ya antes del anuncio de Philippe, la CGT hab¨ªa convocado una movilizaci¨®n para el 22 de marzo. Ahora podr¨ªa adelantarse, de acuerdo con otros sindicatos.
¡°No es una reforma que prepare la privatizaci¨®n de la SNCF¡±, garantiz¨® Philippe en una declaraci¨®n a la prensa. ¡°La SNCF es un grupo p¨²blico que lleva a cabo misiones de servicio p¨²blico. Pertenece al patrimonio de los franceses y seguir¨¢ as¨ª.¡± Pero a?adi¨®: ¡°La situaci¨®n es alarmante, por no decir insostenible. Los franceses, usen o no el tren, pagan cada vez m¨¢s por un servicio p¨²blico que cada vez funciona peor¡±.
La SNCF tiene unos 160.000 empleados, de los cuales unos 140.000 se benefician del estatuto de los ferroviarios. La deuda se eleva a los 45.000 millones de euros. La reforma se enmarca en la apertura a la competencia de la red ferroviaria derivada de las reglas de la Uni¨®n Europea.
Philippe desvel¨® el calendario, el m¨¦todo y el contenido del plan sobre la SNCF, dos semanas despu¨¦s de que Jean-Cyril Spinetta, expresidente de Air France, presentara un informe con recomendaciones.
El calendario es breve: antes del verano las grandes l¨ªneas de la reforma deben estar aprobadas. El m¨¦todo es similar al de la reforma laboral: di¨¢logo con los sindicatos y, en paralelo, la posibilidad de decidir por medio de ordenanzas. Las ordenanzas son una modalidad de decretos que permiten al Gobierno legislar sin pasar por el farragoso proceso de enmiendas y debates en el Parlamento.
El contenido se resume en dos puntos. El primero es conciliador: la SNCF, que es mucho m¨¢s que la emblem¨¢tica alta velocidad del TGV, mantendr¨¢ las peque?as l¨ªneas, poco rentables, pero que conectan el territorio. La posibilidad de suprimirlas, apuntada en el informe Spinetta, hab¨ªa inquietado a alcaldes y ciudadanos de la provincia francesa. El segundo punto, como el recurso a las ordenanzas, puede entenderse como un desaf¨ªo a los sindicatos: en el futuro, las personas que entren a trabajar en la SNCF se regir¨¢n por el derecho laboral del resto de los franceses, y no por el estatuto de los ferroviarios. El estatuto de los ferroviarios, adem¨¢s de garantizar un empleo vitalicio y pautar la progresi¨®n profesional en la empresa, permite la jubilaci¨®n diez a?os antes que el resto de trabajadores, entre los 50 y los 55 a?os.
La reforma va m¨¢s all¨¢ de los ferrocarriles: pondr¨¢ a prueba la habilidad del presidente para transformar Francia. "La SNCF no es s¨®lo una empresa de transportes", escribe el director de Lib¨¦ration, Laurent Joffrin, en un editorial titulado "Demasiado r¨¢pido". "Por su historia, por el papel que ha tenido en la unificaci¨®n del territorio, por su cultura de servicio p¨²blico igualitario (aunque en la pr¨¢ctica esto ya se haya cuestionado), la compa?¨ªa nacional es tambi¨¦n un pilar de la Rep¨²blica".
Macron quiere ir r¨¢pido. Cree que puede aprovechar a¨²n el impulso de su victoria electoral y sus primeros ¨¦xitos legislativos. Le ayuda tambi¨¦n la debilidad de la oposici¨®n y de los sindicatos. Y considera que los franceses entienden sus planes y los apoyan. Adem¨¢s de la reforma de la SNCF, ha puesto en marcha la reforma ¡°sin t¨®tem ni tab¨²"?¡ªen palabras de su primer ministro¡ª del funcionariado con la posible supresi¨®n de 120.000 puestos. La revoluci¨®n que anunciaba hace un a?o sigue su curso.
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