Macron sella la reforma laboral pese a las protestas en la calle
Con su primer gran proyecto, el presidente franc¨¦s env¨ªa una se?al a Europa: Francia es reformable
![Marc Bassets](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fcf2ce732-a442-4a7c-8ab9-e5143e9f27e6.png?auth=c683d32d47b8b2a3ab9fd1312824776b9aedb9370f630b1242790fa6556e52e0&width=100&height=100&smart=true)
![Emmanuel Macron firma las ordenanzas ante la prensa en su oficina en en el Elíseo, este viernes en París.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/7JL6YHGWKETMIWHRFZRZNJ76JY.jpg?auth=11797491791ed587688813125b13889b243adb254a1d1734a246b8ae1d6efa10&width=414)
Emmanuel Macron cae en los sondeos de popularidad y afronta un oto?o de protestas, pero siempre podr¨¢ decir que cumple las promesas. El Consejo de Ministros aprob¨® este viernes el primer gran proyecto de su presidencia: una reforma laboral que flexibilizar¨¢ la contrataci¨®n y el despido. Aunque la reforma est¨¢ pendiente de la aprobaci¨®n definitiva en el Parlamento, Macron envi¨® varias se?ales al estampar su firma. A los sindicatos: las protestas no frenar¨¢n sus planes. Al resto de franceses: el prop¨®sito de transformar Francia va en serio, mensaje similar al que env¨ªa a los socios europeos, y en particular a Alemania. Francia es reformable.
Tras la reuni¨®n del Consejo de Ministros, Macron firm¨® las nuevas normas en el El¨ªseo, ante las c¨¢maras de televisi¨®n, en una escenificaci¨®n que algunos comentaristas consideraron "americana", al estilo de los presidentes estadounidenses firmando leyes en el Despacho Oval de la Casa Blanca. La liturgia presidencialista resaltaba el poder del jefe de Estado y el significado del momento. El presidente ¡ªelegido en mayo ante la candidata de la extrema derecha, Marine Le Pen¡ª evita la maldici¨®n de otros presidentes, que o bien quisieron imponer reformas inesperadamente, sin haberlas propuesto en campa?a electoral, o dieron marcha atr¨¢s cuando constataron su impopularidad.
Con la adopci¨®n de los cinco textos legislativos de la reforma ¡ªlas llamadas ordenanzas¡ª,? Macron se apunta el primer triunfo de su joven presidencia. Y desaf¨ªa de quienes aventuraban que, una vez en el poder, ser¨ªa incapaz de aprobar una reforma ante la resistencia de los sindicatos y quiz¨¢ de la calle. Lo ha logrado, entre otros motivos, gracias a unas rondas de consultas en verano con los actores sociales y a la habilidad para dividir a los sindicatos. Tambi¨¦n le ha ayudado la legitimidad que le otorga haber prometido la reforma en campa?a, y contar con una mayor¨ªa c¨®moda y cohesionada en la Asamblea Nacional. "Creo en la democracia, y la democracia no est¨¢ en la calle", dijo esta semana a la cadena CNN.
La reforma no es una revoluci¨®n, pero s¨ª un cambio en el c¨®digo laboral hacia una mayor liberalizaci¨®n. Contempla, por ejemplo, baremos a las indemnazaciones por despidos improcedentes. Permite a las multinacionales instaladas en Francia invocar una situaci¨®n de crisis local para despedir a trabajadores, aunque la empresa prospere en el resto del mundo. Tambi¨¦n autoriza que las negociaciones en las peque?as empresas esquiven a los sindicatos, y fusiona las m¨²ltiples instancias de representaci¨®n laboral en las empresas. Es un primer paso, casi m¨¢s simb¨®lico que efectivo a la hora de bajar desempleo cr¨®nico: la etapa inicial de una serie de reformas que incluyen la formaci¨®n profesional, el seguro de desempleo o a la pol¨ªtica impositiva, entre otros ¨¢mbitos, y que desembocar¨¢n, seg¨²n Macron, en "una transformaci¨®n in¨¦dita [del] modelo social".
El debate no ha terminado. El peculiar instrumento legislativo que eligi¨® Macron ¡ªlas ordenanzas¡ª impone un calendario pautado. Las ordenanzas son textos legislativos que pueden adoptarse sin pasar por el complejo proceso de largos debates y enmiendas parlamentarios. Primero, el Gobierno debe pedir permiso al Parlamento para actuar por esta v¨ªa, cosa que ocurri¨® en agosto. Una vez firmado el texto, entra en vigor, pero de manera provisional. Hasta que el Parlamento lo ratifique no se convertir¨¢n en ley, y esto debe ocurrir en un plazo de tres meses. Algunos flecos todav¨ªa son susceptibles de modificarse, pero en su esencia la reforma avanza. Macron podr¨¢ decir que ha ganado la primera ronda de su batalla con la oposici¨®n y con la calle.
La oposici¨®n mide su fuerza
Una protesta de baja intensidad ¡ªinsuficiente, como m¨ªnimo, para frenar los planes del presidente Emmanuel Macron¡ª se est¨¢ instalando en Francia. No han sido hasta ahora manifestaciones masivas, ni movimientos populares amplios que se?alen un rechazo definitivo al nuevo presidente.
Pero evidencian un malestar que se refleja tambi¨¦n en los sondeos: un 44% de franceses considera que Macron es un buen presidente, doce puntos menos que en junio, seg¨²n un sondeo del instituto Odoxa publicado esta semana. Un 52% rechaza la reforma laboral, seg¨²n otro sondeo de OpinionWay.
Los sindicatos ya han celebrado dos jornadas de huelga y protestas, el 12 y el 21 de septiembre. De las tres grandes organizaciones, la movilizaci¨®n s¨®lo ha contado con el apoyo oficial de la CGT, aunque han participado miembros y grupos locales de los otros sindicatos. Seg¨²n datos del Ministerio del Interior, en la primera protesta?participaron 223.000 personas en todo Francia, y 132.000 en la segunda.
La manifestaci¨®n m¨¢s esperada es la de este s¨¢bado 23 de septiembre, organizada por La Francia Insumisa, el partido de izquierda alternativa de Jean-Luc M¨¦lenchon. M¨¦lenchon ha logrado erigirse en el principal opositor pol¨ªtico a Macron. Un ¨¦xito de convocatoria ¡ªse comparar¨¢ la cifra de asistentes con la de las manifestaciones sindicales¡ª le servir¨¢ para afianzarse en este papel.
Las protestas est¨¢n movilizando a otros sectores. El jueves hubo una huelga encubierta de agentes de la polic¨ªa antidisturbios, la semana que viene protestar¨¢n los camioneros, y m¨¢s tarde est¨¢n previstas movilizaciones de funcionarios y jubilados.
El inconveniente de la manifestaci¨®n de M¨¦lenchon el s¨¢bado es que llega un d¨ªa despu¨¦s de que el Gobierno franc¨¦s haya aprobado la reforma laboral, probablemente demasiado tarde para frenarla. Pero las protestas miran m¨¢s all¨¢. No apuntan a esta reforma sino a las siguientes que est¨¢n en la agenda gubernamental, y en realidad a la figura del presidente Macron.
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