Malos tiempos para la l¨ªrica
Coinciden los problemas identitarios con los distributivos, nudo gordiano dif¨ªcil de deshacer
El jueves pr¨®ximo har¨¢ medio siglo desde que se cre¨® en Par¨ªs el Movimiento 22 de Marzo, uno de los grupos que dirigi¨® las algaradas de Mayo del 68 y propici¨® la mayor huelga general habida en Francia (y en Europa) en los ¨²ltimos muchos a?os. Teniendo en sus filas a l¨ªderes naturales como Daniel Cohn-Bendit o Serge July (que unos a?os m¨¢s tarde fue el director del diario Liberation), una de sus primeras demandas fue la libertad de circulaci¨®n entre las habitaciones de hombres y mujeres en los colegios mayores de la Universidad de Nanterre. Protest¨® contra la detenci¨®n de algunos estudiantes y se moviliz¨® contra la guerra de Vietnam.
Ahora que se van a cumplir 50 a?os de aquellos acontecimientos, se enfatiza que algunas de sus conquistas ¨Cfeminismo, ecologismo, respeto a las minor¨ªas, derechos humanos, pacifismo y antiimperialismo, educaci¨®n sin discriminaci¨®n entre sexos y clases sociales, etc¨¦tera- se hayan integrado (aunque con limitaciones) en la vida cotidiana de las democracias maduras. Lo peculiar es que, al mismo tiempo que se ha mejorado en esos valores, en estos momentos se est¨¦n produciendo retrocesos en otros que se cre¨ªan conquistas firmes despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial: las libertades y el Estado de Bienestar.
En Espa?a se unen en esta coyuntura una crisis identitaria en carne viva (Catalu?a) y una formidable crisis de redistribuci¨®n (crecimiento sin reparto), que forman un nudo gordiano muy dif¨ªcil de deshacer. Tras muchos meses centrados exclusivamente en la primera, el dilema central en nuestra sociedad parece ser ahora el de una econom¨ªa en crecimiento sin distribuci¨®n que, de no cambiar, dar¨¢ lugar a un amplio conflicto social y a tormentas electorales muy fuertes. Ten¨ªa raz¨®n el grupo Golpes bajos, a principio de los a?os ochenta: malos tiempos para la l¨ªrica.
En el contexto general de las disputas que est¨¢n haciendo salir a la calle a tantos ciudadanos ¨Cprecariedad estructural, brecha salarial de g¨¦nero, jubilaciones con p¨¦rdida de poder adquisitivo- est¨¢ la reforma laboral que se aprob¨® hace seis a?os. Sus repercusiones negativas, que hab¨ªan sido muy avisadas, est¨¢n emergiendo ahora, cuando nuestro pa¨ªs lleva m¨¢s de tres a?os de crecimiento econ¨®mico continuo: incremento de las desigualdades, segmentaci¨®n social, dificultad para aumentar derechos sociales (seguro de desempleo y pensiones), salarios m¨¢s bajos, vidas m¨¢s inestables, insostenibilidad financiera de la Seguridad Social, brutal porcentaje de contrataci¨®n temporal y a tiempo parcial... La reforma laboral ha devenido en un desastre para el modelo de crecimiento econ¨®mico con distribuci¨®n social.
En las ¨²ltimas semanas ha habido presencia en la calle de j¨®venes precarios y parados (a¨²n minoritaria), y de mujeres y pensionistas (espectacularmente amplia). La cuesti¨®n es quien ser¨¢ el sujeto protagonista de estas protestas contra un reparto injusto ¨Ce ineficaz- de la renta y la riqueza, adem¨¢s de los sindicatos y de los partidos en la oposici¨®n. ?Hay un reverdecimiento de los indignados con f¨®rmulas diferentes de las que transformaron las calles en el a?o 2011?, ?tendr¨¢ una manifestaci¨®n pol¨ªtica en las elecciones europeas, municipales y auton¨®micas como anta?o? En definitiva, conocer qui¨¦nes formar¨¢n el Movimiento 22 de Marzo de nuestros d¨ªas y cu¨¢l ser¨¢ la llama que prenda el monte.
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