¡°La calidad de las conversaciones que los ni?os escuchan en casa influye en sus resultados acad¨¦micos¡±
Neil Mercer, director del centro de Oratoria de Cambridge, cree que hablar bien en p¨²blico debe tener el mismo peso que las matem¨¢ticas en las escuelas
Neil Mercer (Lancashire, 1948) ha dedicado su carrera a estudiar c¨®mo influye la forma de hablar en los resultados acad¨¦micos. Cree que tradicionalmente hablar en clase se ha asociado con mal comportamiento y que las aulas se crearon para que los ni?os atiendan en silencio. Una realidad que actualmente no se da en los colegios privados brit¨¢nicos, que ense?an a los alumnos a dominar el arte de la oratoria. ¡°El discurso es para las ¨¦lites¡±, critica el director del centro de Oratoria de la Universidad de Cambridge, que recientemente ha presentado sus investigaciones a la comisi¨®n de Educaci¨®n de la C¨¢mara de los Comunes para conseguir que en el programa acad¨¦mico de las escuelas p¨²blicas brit¨¢nicas se d¨¦ importancia a la oratoria.
Oracy@Cambridge se cre¨® hace dos a?os y medio para establecer un puente entre la investigaci¨®n, la pr¨¢ctica y las pol¨ªticas p¨²blicas para determinar c¨®mo debe ense?arse la expresi¨®n oral en las escuelas o en los lugares de trabajo. El equipo lo integran ocho expertos en Educaci¨®n, investigadores y asesores p¨²blicos y uno de sus estudios ha demostrado que los ni?os que dominan la oratoria obtienen mejores notas en matem¨¢ticas y ciencias. Hasta la fecha, Mercer ha asesorado a los gobiernos de Gales y Singapur para incluir la oratoria en su programa acad¨¦mico.
Para Mercer, profesor em¨¦rito de Educaci¨®n de Cambridge, es un tema de desigualdad social: los ni?os de familias m¨¢s privilegiadas suelen acudir a colegios que les ayudan a mejorar su expresi¨®n oral y dar lo mejor de s¨ª mismos. Esa habilidad les brindar¨¢ acceso a mejores puestos de trabajo porque son capaces de negociar. Su objetivo es formar a los profesores de la p¨²blica para que ataquen el problema de frente y sean la segunda oportunidad para los ni?os que no han aprendido a hablar correctamente en sus casas. El lenguaje influye en el rendimiento escolar.
Pregunta. ?Por qu¨¦ la escuela no ha prestado atenci¨®n a la oratoria?
Respuesta. Existe la creencia de que los colegios se deben centrar en la transmisi¨®n de conocimientos s¨®lidos y que cualquier foco en el desarrollo de las thinking skills (en espa?ol, habilidades de pensamiento) distraer¨¢ a los profesores y alumnos de ese objetivo. Es una falsa dicotom¨ªa. Las investigaciones en psicolog¨ªa y educaci¨®n han introducido algunos cambios en nuestra forma de entender c¨®mo los ni?os desarrollan sus habilidades cognitivas. Durante a?os se tuvo como referencia el trabajo del psic¨®logo suizo Jean Piaget, que sostiene que los ni?os aprenden a resolver problemas a trav¨¦s de su experiencia directa con el mundo, en solitario. M¨¢s tarde, gan¨® mayor peso la perspectiva de su contempor¨¢neo ruso Lev Vygotsky: los ni?os desarrollan su comprensi¨®n del mundo a trav¨¦s de la interacci¨®n con personas de su entorno. No lo hacen como individuos aislados, sino que absorben lo que ven y lo que oyen de los dem¨¢s. En nuestras investigaciones hemos visto que la adquisici¨®n del lenguaje y la exposici¨®n de los ni?os a conversaciones bien construidas durante la etapa preescolar est¨¢ altamente relacionado con los resultados acad¨¦micos posteriores. Los ni?os que de forma regular se ven envueltos en di¨¢logos razonados en casa son m¨¢s proclives a ser m¨¢s efectivos en su expresi¨®n oral.
P. Las diferencias en el nivel educativo que los ni?os reciben en casa deber¨ªan compensarse en el colegio, teniendo en cuenta que muchos acceden a los tres a?os.
R. Cuando los ni?os llegan al colegio, su forma de hablar se basa en la experiencia que han tenido en casa, y eso var¨ªa mucho de unas familias a otras, no tienen por qu¨¦ haber aprendido las herramientas que necesitan. Es en la familia donde aprenden a hablar, sus primeros di¨¢logos. La lengua que experimentan ser¨¢ la base de lo que son capaces de expresar. Puede que nunca hayan escuchado una conversaci¨®n de calidad, bien construida y con argumentos ordenados, o que no les hayan pedido que expliquen sus ideas de forma clara. Muchos padres no les animan a intentarlo. Suele estar asociado a una desventaja socio econ¨®mica. Algunos ni?os ser¨¢n muy buenos incluso respetando los turnos de palabra, otros sentir¨¢n miedo de tener que hablar en p¨²blico. Para muchos de ellos, la escuela y los profesores son su ¨²nica segunda oportunidad para desarrollar su oratoria. Como profesor nunca debes menospreciar tu influencia en los ni?os. La forma en la que aprenden a hablar depende, en muchos casos, de la manera en que el docente se dirige a ellos.
P. En la escuela p¨²blica no existe una asignatura para aprender a hablar bien en p¨²blico. ?Qu¨¦ ha fallado para que se deje de lado esa competencia?
R. El t¨¦rmino oracy (en espa?ol, oratoria) fue acu?ado en 1965 por Andrew Wilkinson, investigador de la Facultad de Educaci¨®n de la Universidad de Birmingham, para darle a la expresi¨®n oral un estatus similar al de literacy skills (en espa?ol, habilidades de lectoescritura). El hecho de que no se le d¨¦ importancia en el programa acad¨¦mico nacional ingl¨¦s refleja el desconocimiento de los pol¨ªticos, que ven la discusi¨®n en el aula como una mera distracci¨®n de otras materias m¨¢s relevantes. Opinan que los ni?os aprenden a hablar de forma natural, pero no a leer. En el centro de Oratoria de Cambridge hemos desarrollado m¨¦todos para ense?ar a dominar la oratoria y para evaluar el progreso de los alumnos. Si aprenden a comunicarse de forma efectiva, estar¨¢n mejor valorados y participar¨¢n con m¨¢s ¨¦xito en la sociedad. La expresi¨®n oral ya se ense?a en los colegios privados, accesibles para las familias con m¨¢s recursos econ¨®micos. Sin embargo, esos centros no ayudan a promover la igualdad social y la movilidad en el Reino Unido.
P. ?C¨®mo explica que aprender a expresarse bien influya en los resultados acad¨¦micos de ciencias y matem¨¢ticas?
R. Nuestro estudio Reasoning as a scientist: ways of helping children to use language to learn science, que publicamos en 2003, demuestra que las conversaciones pueden contribuir a entender mejor las ciencias y las matem¨¢ticas. Analizamos la evoluci¨®n de m¨¢s de 200 alumnos brit¨¢nicos de nueve y diez a?os en un programa experimental. Aunque se les ense?aba a interiorizar un vocabulario espec¨ªfico, las habilidades descriptivas no eran el foco principal, sino la capacidad de razonar en grupo. Medimos el progreso de los alumnos a trav¨¦s de los ex¨¢menes de matem¨¢ticas y ciencias y lo cruzamos con todas las actividades que hab¨ªan seguido en el aula para desarrollar oralmente sus conocimientos. El discurso es crucial en las ciencias porque se aprende a describir observaciones de forma clara, razonar sobre causas y efectos, plantear preguntas precisas, formular hip¨®tesis, analizar de forma cr¨ªtica las explicaciones de otros, resumir resultados¡ en definitiva procedimientos de investigaci¨®n.
P. ?La clave es hablar en grupo o ser capaz de preparar y pronunciar un discurso efectivo?
R. Una investigaci¨®n en colegios brit¨¢nicos demostr¨® que las conversaciones que se producen en clase cuando los profesores dividen a los alumnos en grupo no son cooperativas, ni productivas y son desiguales, en cuanto a la cantidad de tiempo que cada alumno interviene. Los estudiantes no tienen claro qu¨¦ se espera que hagan o qu¨¦ elementos constituyen una conversaci¨®n de calidad. Los profesores rara vez dejan claras sus propias expectativas o criterios y no ofrecen una gu¨ªa sobre c¨®mo comunicar de forma efectiva en grupo. Les tienen que ense?ar c¨®mo usar el lenguaje para preguntar, razonar, negociar las ideas y construir decisiones consensuadas. Nuestro proyecto Exploratory Talks, dentro del programa Thinking Together, establece unas reglas para promover estas discusiones en el aula: toda la informaci¨®n relevante se comparte, todo los miembros del grupo est¨¢n invitados a contribuir en la conversaci¨®n, se respetan todas las ideas, todos deben exponer de forma clara sus ideas, o hay que llegar a un acuerdo.
P. ?C¨®mo puede saber un profesor que lo est¨¢ haciendo bien y que el debate en el aula est¨¢ funcionando?
R. Si sigue unas pautas, comprobar¨¢ que las condiciones naturales y habituales que se dan en las conversaciones quedan suspendidas. El estatus social de los participantes se puede neutralizar con las reglas de juego, creando una atm¨®sfera m¨¢s igualitaria. Por ejemplo, los ni?os con m¨¢s confianza en s¨ª mismos y que suelen hablar m¨¢s tiempo tienen la oportunidad de escuchar otros puntos de vista. Los m¨¢s parados y t¨ªmidos, que normalmente se quedan callados y en un segundo plano, sienten que su contribuci¨®n es valorada, que su voz vale tanto como la de los dem¨¢s. Preguntar al resto de compa?eros se premia por parte del docente y, a la larga, eso conduce a un mejor entendimiento de la postura de los dem¨¢s, a una mayor empat¨ªa. Los profesores que han participado en nuestros proyectos piloto nos cuentan que sus alumnos ahora son capaces de resolver conflictos fuera del aula con mayor facilidad. Nuestro programa Thinking Together in Maths and Science explica c¨®mo ponerlo en pr¨¢ctica en clase. El pr¨®ximo septiembre impartimos en Cambridge el curso de formaci¨®n de docentes Oracy Leaders, que hemos elaborado con Voice 21, la fundaci¨®n de la escuela innovadora School 21. Es un programa de un a?o con solo cuatro sesiones presenciales.
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