Donald Trump da ox¨ªgeno a la banca local al suavizar las reglas de la crisis
El Gobierno de Estados Unidos hace cambios en la Dodd-Frank Act y suaviza la Volcker Rule, dos pilares de la reforma financiera postcrisis
La conocida como Dodd-Frank Act transform¨® por completo la manera con la que la industria de los servicios financieros opera en Estados Unidos. Ocho a?os despu¨¦s de su adopci¨®n, la legislaci¨®n que establece las reglas de juego para la banca experimenta su primer gran cambio, para que el mordisco no sea tan fuerte. La reforma suaviza tambi¨¦n la Volcker Rule, la norma que restringe las inversiones especulativas que pueden hacer las entidades con su dinero.
El objetivo es relajar las restricciones que se aplican a los bancos locales y regionales. Se simplifican los requerimientos de capital y se abre la mano en las condiciones que deben cumplirse para conceder cr¨¦ditos a los consumidores o peque?as empresas. Se busca as¨ª rebajar la burocracia, para reducir los costes. Las entidades sist¨¦micas no ver¨¢n cambiar tanto las cosas, aunque se beneficiar¨¢n con el cambio porque podr¨¢n retomar algunas actividades de alto riesgo.
¡°La Dodd-Frank est¨¢ machacando a los peque?os bancos y cooperativas de cr¨¦dito¡±, aseguraba el presidente Donald Trump al firmar la nueva legislaci¨®n, ¡°queremos que sus negocios vuelvan a vibrar¡±. La intenci¨®n de la reforma, a?adi¨®, es que ¡°no est¨¦n reguladas de la misma manera que los bancos m¨¢s complejos¡±. Es una l¨®gica similar a la que se quiere seguir al aplicar la Volcker Rule.
Trump prometi¨® como candidato que ¡°rescatar¨ªa¡± a los bancos locales del ¡°desastre causado por la Dodd-Frank¡±. El 20% de las entidades desaparecieron porque no pod¨ªan soportar la carga de la regulaci¨®n o porque no estaban en condiciones de competir con las grandes entidades sist¨¦micas, que ganaron en tama?o tras la crisis. ¡°Se hizo imposible abrir nuevos bancos¡±, lament¨®.
El cambio legislativo fue aprobado en las dos c¨¢maras con el apoyo de medio centenar de dem¨®cratas. Pero aunque Elizabeth Warren y Barbara Walter admiten que los bancos locales son vitales para las econom¨ªas de sus comunidades, votaron contra porque consideran que fueron utilizados como ¡°escudos humanos¡± para que las grandes instituciones ¡°consiguieran la desregulaci¨®n que quer¨ªan¡±.
La mayor concesi¨®n en este sentido se concentra en las pruebas de resistencia a las que se somete la banca. Hasta ahora, cualquier entidad con m¨¢s de 50.000 millones de d¨®lares en activos ten¨ªa que pasar el examen de la Reserva Federal para poder repartir los beneficios entre los accionistas. El propio Barney Frank, uno de los dos padres de la regulaci¨®n, admit¨ªa que el l¨ªmite estaba demasiado bajo.
Con el cambio aprobado se sube de inmediato el umbral a los 100.000 millones. En 18 meses se llevar¨¢ a los 250.000 millones. En la pr¨¢ctica, 25 de las 35 mayores entidades que operan en EE UU no tendr¨¢n que someterse a la prueba. Son las grandes beneficiadas, porque se eliminan enormes costes y al elevar el umbral de lo que se considera entidad sist¨¦mica se abre la puerta a la consolidaci¨®n.
El propio Paul Volcker, que presidi¨® la Fed, admite que los reguladores fueron muy agresivos tras la crisis financiera y ve positivo se busque simplificar la legislaci¨®n para que sea m¨¢s f¨¢cil de aplicar y de supervisar preservando su esp¨ªritu original. Todos estos cambios se producen, adem¨¢s, en un momento en el que la econom¨ªa crece de forma sostenida desde hace nueve a?os.
La l¨®gica es que los bancos locales y regionales plantean menos riesgos sist¨¦micos. Pero la ¨²ltima crisis bancaria demostr¨®, de hecho, que fueron una fuente enorme de problemas. Countrywide inund¨® a Bank of America de hipotecas basura, el mismo producto que puso a Wachovia en manos de Wells Fargo. La hipotecaria ten¨ªa cerca de 200.000 millones en activos cuando fue vendida.
Un sector con 56.000 millones en beneficios
Los m¨¢s cr¨ªticos se preguntan, mirando los resultados de la banca, si la industria necesita realmente el cambio. La FDIC, la agencia que garantiza los dep¨®sitos, elev¨® a 56.000 millones los beneficios del sector en el primer trimestre. La ganancia combinada de las 5.610 entidades que supervisa es un 27% m¨¢s alta que hace un a?o. Se explica en buena parte por la rebaja de impuestos por la reforma fiscal.
Su presidente Martin Gruenberg cree, sin embargo, que los bancos deben estar preparados para afrontar un cambio en la direcci¨®n de la econom¨ªa que ve ¡°inevitable¡±. El alza de tipos de inter¨¦s en marcha en EE UU, la escalada de la deuda y el temor a una guerra comercial pueden provocar una reca¨ªda en la recesi¨®n. La FDIC pide por eso a los bancos que sean prudentes a la hora de aplicar los cambios.
El prop¨®sito al dise?ar la Dodd-Frank y la Volcker Rule era precisamente establecer una estructura reglamentaria que evite llegar al extremo de un derrumbe como el que hace diez a?os protagonizaron Bears Stearns y Lehman Brothers. Y en el caso en el que se produjera una crisis, limitar los da?os para prevenir una disrupci¨®n del sistema financiero y sostener el flujo del cr¨¦dito en la econom¨ªa.
La Fed seguir¨¢ teniendo autoridad plena para regular los grandes bancos. Pero aunque en t¨¦rminos generales las normas no cambian para ellas y los ajustes se califican de modestos, s¨ª se benefician gracias a que se les permiten jugar con m¨¢s activos que pueden liquidar con rapidez durante una crisis. El cambio de la Volcker Rule les da m¨¢s libertad para determinar que actividades son aceptables.
¡°Queremos que los bancos provean m¨¢s liquidez a las mercados financieros sin tener que preocuparse tanto por el cumplimiento¡±, concluye el vicepresidente de la Fed a cargo de la regulaci¨®n, Randal Quarles. El dem¨®crata Jeff Merkley, uno de los coautores de la provisi¨®n que proh¨ªbe a los bancos hacer apuestas con el dinero de los clientes, advierte que estos ¡°no son cambios cosm¨¦ticos¡± y ¡°permiten a los bancos hacer el mismo tipo de apuesta que tumbaron la econom¨ªa¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.