Las propinas llegan al banco
El pago con tarjeta ha reavivado el debate sobre la tributaci¨®n de esas aportaciones voluntarias de los clientes
Imposible cuantificarlas, pero diariamente se dejan en Espa?a varios cientos de miles de propinas. Unos c¨¦ntimos por un caf¨¦ o diez euros por una buena comida en un restaurante de alta cocina: la costumbre de compensar a un camarero por su servicio no se ha perdido. Y ahora que el dinero de pl¨¢stico empieza a reclamar su trono, muchos empresarios se preguntan c¨®mo gestionar esa aportaci¨®n voluntaria del cliente que durante una ¨¦poca se tom¨® como una donaci¨®n.
¡°No es un ingreso para el local, sino que la empresa es intermediaria. Es un dinero que se coge con una mano y se da al camarero con otra. No ha habido ning¨²n inter¨¦s espec¨ªfico de Hacienda por este tema, m¨¢s all¨¢ de que comprueben que la contabilidad general de la empresa es correcta¡±, admiten en la Asociaci¨®n Madrile?a de Empresas de Restauraci¨®n. En las inspecciones que realiza la Agencia Tributaria no suelen preguntar por las propinas de forma espec¨ªfica. Pero los clientes est¨¢n empezando a incluirlas cuando pagan con tarjeta, y ah¨ª, reconocen desde el sector, ¡°empiezan a quedar reflejadas y a generar dudas. Porque en algunos lugares, por ejemplo en los cruceros, son muy importantes¡±. Tanto que llegan a ser verdaderos complementos al salario de los trabajadores, aunque legalmente no son consideradas como parte del sueldo.
Hacienda ha recibido muchas preguntas al respecto, y responde que estos pagos no est¨¢n sujetos a IVA. Grosso modo, su efecto en el Impuesto de Sociedades es fiscalmente neutro. Cuando la empresa interviene metiendo, por ejemplo, todas las propinas en un bote y reparti¨¦ndolas, no se anota ni ingresos ni gastos. Otra cosa es su tributaci¨®n en el IRPF de los perceptores.
La Agencia Tributaria recuerda que el art¨ªculo 17 del Reglamento del Impuesto sobre la Renta obliga a retener e ingresar a cuenta, en cuanto se satisfagan, ¡°las rentas recibidas de terceros en conceptos de propina¡±. Crist¨®bal Garc¨ªa, socio del ¨¢rea laboral en Garrigues, explica que ¡°lo curioso es que tienen el car¨¢cter de rendimiento de trabajo pero no salarial¡±. Habla de que hay ¡°libertad de pr¨¢ctica¡± en relaci¨®n a c¨®mo deciden controlarse y repartirse. Si la propina queda entre el cliente y el trabajador, la empresa no tiene por qu¨¦ incluirla en la n¨®mina. De lo contrario s¨ª, con la obligaci¨®n fiscal de hacer las retenciones correspondientes. Aunque, al no considerarse salario, ¡°no habr¨¢ que cotizar por ellas¡± a la Seguridad Social. Pero una cosa son propinas en hosteler¨ªa y otras las de los casinos, que tienen su tratamiento especial. En los salones de juego la empresa hace una bolsa con ese dinero y tiene establecido c¨®mo repartirlas (y cotizan a la Seguridad Social).
Una sentencia del Tribunal Superior de Justicia del Pa¨ªs Vasco vino a introducir, en julio del a?o pasado, un nuevo elemento en estos pagos. Si el convenio colectivo no dice otra cosa, esta gratificaci¨®n debe repartirse por igual entre todos los profesionales que participan del servicio. Porque se entiende que, para que un cliente est¨¦ satisfecho y pague algo m¨¢s que lo que pone la factura, ¡°todo aquel que participa, desde el camarero al limpiador o el personal de cocina, deber¨ªa de recibir por igual¡±. Y si todo el personal tiene la posibilidad de reclamar su parte, ¡°la empresa no puede eludir la responsabilidad de retener y repartir bien este dinero¡±, se?ala Garc¨ªa. Y a?ade que, si se usa bien, ¡°es una herramienta de gesti¨®n de Recursos Humanos. Nosotros siempre recomendamos que se traten en los convenios colectivos. Tienen un gran impacto en la compensaci¨®n global del personal, merecen una m¨ªnima reflexi¨®n para evitar abusos¡±.
Porque haberlos, haylos, ya que en ocasiones existe una delgada l¨ªnea entre pagar a un camarero por lo profesional que es y hacerlo para que llene un poco m¨¢s la copa de lo debido, lo que redunda en un problema para el empresario.
Hacienda admite que no tiene un plan espec¨ªfico para controlar estas transacciones. Pero la supervisi¨®n es cada vez m¨¢s estrecha gracias a los pagos electr¨®nicos. ¡°Las actuales herramientas inform¨¢ticas, sumadas a la paulatina mejora de la informaci¨®n de terceros disponible, permite un control reforzado con respecto al del pasado en todo lo que tiene que ver con rentas obtenidas y no declaradas por los contribuyentes¡±, responde la AEAT.
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