Macron lanza la primera ola de privatizaciones en diez a?os en Francia
El Gobierno franc¨¦s presenta la ley para salir de Aeropuertos de Par¨ªs, las loter¨ªas y la gasista Engie
El ritmo para transformar la econom¨ªa francesa es incesante desde que hace un a?o Emmanuel Macron lleg¨® a la presidencia. Ahora, reci¨¦n aprobada la reforma de la compa?¨ªa de ferrocarriles SNCF, es el turno de las privatizaciones, las mayores en una d¨¦cada. No de la SNCF, que seguir¨¢ siendo p¨²blica, sino de otras tres empresas que, cada una en su campo, son de gran valor. La primera es A¨¦roports de Paris (AdP), que incluye los aeropuertos de la capital, Charles de Gaulle y Orly. Las otras son las loter¨ªas y apuestas de Fran?aise des Jeux (FdJ), y la gasista Engie.
Las privatizaciones corresponden a la idea de Macron de promover lo que llama un Estado estratega, m¨¢s que propietario o gestor. El objetivo es usar los ingresos por las ventas de las acciones en AdP, FdJ y Engie para alimentar un fondo de 10.000 millones de euros para la innovaci¨®n, y para reducir la deuda p¨²blica, que se acerca al 100% de su producto interior bruto.
El plan de privatizaciones se incluye en la ley Pacte (pacto en franc¨¦s, y a la vez acr¨®nimo de plan de acci¨®n para el crecimiento y la transformaci¨®n de las empresas), que el Consejo de Ministros aprob¨® este lunes. El Gobierno franc¨¦s calcula que el Parlamento haya aprobado la ley entre finales de 2018 y principios de 2019. "El Estado no tiene ninguna vocaci¨®n por dirigir empresas competitivas en el lugar de unos accionistas que tienen las competencias y el saber para hacerlo mejor", dijo la semana pasada el diario Les ?chos el ministro de Econom¨ªa y Finanzas, Bruno Le Maire.
El anuncio de las privatizaciones llega en un momento delicado para Macron, que gan¨® las elecciones present¨¢ndose como un pol¨ªtico de nuevo cu?o, ni de izquierdas ni de derechas, pero que hoy se ve acusado por sus aliados progresistas de escorarse demasiado a la derecha. Tambi¨¦n afronta la caricatura de ser el presidente de los ricos, imagen que, en un pa¨ªs donde muchos desconf¨ªan del capitalismo de accionistas al estilo anglosaj¨®n, puede reforzarse con la venta de algunas "joyas de la corona" del Estado.
El proceso de privatizaciones ha recibido cr¨ªticas en la izquierda alternativa y el Partido Socialista, y tambi¨¦n en la extrema derecha. "Aeropuertos de Par¨ªs es la primera frontera de Francia, el lugar donde transita el mayor n¨²mero de extranjeros que llega a nuestros pa¨ªs", dijo el domingo Marine Le Pen, presidenta del Reagrupamiento Nacional (ex Frente Nacional). "Privatizaremos nuestra primera frontera. Qu¨¦ locura".
Las privatizaciones son una cuesti¨®n sensible en Francia, casi un tab¨², aunque desde los a?os ochenta Gobiernos de todo color se han desecho de activos estatales, y previsiblemente la de Macron no ser¨¢ la mayor. El Gobierno que m¨¢s privatiz¨® en las d¨¦cadas recientes fue el del socialista Lionel Jospin, entre 1997 y 2002.
El n¨²mero de sociedades controladas mayoritariamente por el Estado se ha dividido en dos en los ¨²ltimos treinta a?os, seg¨²n un informe del Tribunal de Cuentas de 2017. En este periodo ha ca¨ªdo el n¨²mero de empleados. "Desde hace diez a?os", se lee en el informe, "los efectivos de las empresas controladas mayoritariamente por el Estado se han mantenido estables, especialmente en ausencia de nuevas operaciones significativas de privatizaci¨®n".
El Estado franc¨¦s posee hoy un 50,6% de acciones de AdP, 72% de FdJ y cerca de un 24,1% en Engie, aunque controla m¨¢s de un tercio de derecho de voto en esta empresa, nacida de la fusi¨®n de Gaz de France y Suez. En el caso de AdP y FdJ se trata, para el Estado, de dejar de ser el accionista mayoritario. En un comunicado, el Consejo de Ministros se?al¨® que la ley prev¨¦ un "marco regulatorio" para AdP y FdJ. El Gobierno quiere evitar que se repitan las subidas de los peajes que ocurrieron tras la privatizaci¨®n de las autopistas.
Las participaciones del Estado en estas empresas representan, seg¨²n el ministro Le Maire, 15.000 millones de euros que, asegura, "hoy est¨¢n inmovilizados y no permiten invertir en [el] futuro [de Francia]".
Un 10% de asalariados franceses?¡ª2,6 millones de personas¡ª trabaja hoy en empresas que tienen alguna participaci¨®n del Estado, seg¨²n el Tribunal de Cuentas. La cifra sit¨²a a Francia entre los cuatro pa¨ªses de la OCDE con una mayor proporci¨®n de asalariados en empresas p¨²blicas o semip¨²blicas. Los otros son Eslovenia, Finlandia y Noruega.
"La mirada que en Francia se proyecta sobre el sector p¨²blica est¨¢ ¨ªntimamente ligada a la historia pol¨ªtica y social", se lee en el informe del Tribunal de Cuentas.
No hace falta, para entender las particularidades del capitalismo franc¨¦s, remontarse al colbertismo, la doctrina fundacional del ministro de Finanzas de Luis XIV. El origen inmediato del control p¨²blico de empresas clave data del final de la Segunda Guerra Mundial. cuando la alianza del general Charles De Gaulle y el Partido Comunista lanza un plan masivo de nacionalizaciones, base de la econom¨ªa centralizada y planificada de los Treinta Gloriosos, la ¨²ltima era de prosperidad compartida y prolongada en Francia. El pre¨¢mbulo de la Constituci¨®n de 1946 dec¨ªa: "Todo bien, toda empresa, cuya explotaci¨®n adquiera los caracteres de un servicio p¨²blico nacional o de un monopolio de hecho, debe convertirse en propiedad de la colectividad".
La de la posguerra supuso la segunda ola de nacionalizaciones del siglo XX. La primera hab¨ªa sido antes, en 1936, con el Frente Popular. La tercera llegar¨ªa en 1982, cuando el socialista Fran?ois Mitterrand en el Palacio del El¨ªseo y nacionaliz¨® decenas de empresas, entre ellas 39 bancos. Cuatro a?os despu¨¦s, cuando la derecha neogaullista alcanz¨® el poder con el primer ministro Jacques Chirac, lleg¨® la primera gran ola privatizadora. Simb¨®licamente incluy¨® a Saint-Gobain, la constructora nacionalizada en 1982 y fundada en 1665 por el propio Jean-Baptiste Colbert.
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