Los ¡®baby boomers¡¯ desestabilizan Espa?a
Las generaciones que ahora se jubilan controlan las urnas y la calle. Pero el pa¨ªs no se puede permitir que se haga su voluntad
Hay una opini¨®n muy extendida en la calle, movimientos sociales y Congreso de los Diputados de que las pensiones en Espa?a son bajas y que ello se debe a que nuestra Seguridad Social es muy cicatera con los pensionistas. Es una opini¨®n desinformada, equivocada e interesada. Si algo distingue a las pensiones espa?olas es su insostenible generosidad. As¨ª, la pensi¨®n que corresponde a una carrera completa de contribuci¨®n por el salario medio es el 80% de este ¨²ltimo. La cifra comparable en Francia, Alemania y otros pa¨ªses europeos est¨¢ entre el 40% y el 60%. Las pensiones espa?olas son muy generosas y, si son m¨¢s bajas que en otros pa¨ªses, es porque los salarios en Espa?a son m¨¢s bajos que en otros pa¨ªses. No hay otra raz¨®n de fondo.
Adem¨¢s, como ha se?alado J. A. Herce, los pensionistas espa?oles recuperan todas las cotizaciones pagadas a la Seguridad Social a los 12 a?os de jubilarse, cuando a¨²n les queda una esperanza de vida de 10 a?os m¨¢s. La financiaci¨®n de estos ¨²ltimos a?os es un regalo a?adido que tambi¨¦n corre a cargo del "Estado", o sea, de los contribuyentes, de generaciones m¨¢s j¨®venes que los pensionistas que llegan a disfrutar de esta ¨²ltima d¨¦cada vital, que son la mayor¨ªa.
Esto, como en cualquier otro esquema piramidal o de Ponzi, s¨®lo es sostenible en la medida en que la base de la pir¨¢mide de poblaci¨®n sea mucho m¨¢s amplia que su parte superior. Basta echar un vistazo a la pir¨¢mide espa?ola para comprobar que ¨¦ste no es el caso: las cohortes m¨¢s numerosas est¨¢n entre los 44 y los 64 a?os y est¨¢n empezando a jubilarse. Son los llamados baby boomers. Sus pensiones las pagar¨¢n cohortes m¨¢s j¨®venes y mucho menos numerosas.
Los baby boomers no solo son (somos) la generaci¨®n m¨¢s numerosa de la historia. Tambi¨¦n somos la m¨¢s ego¨ªsta y, a lo largo de nuestro ciclo vital, hemos impuesto nuestras preferencias al resto de la sociedad. Popularizamos la marihuana cuando j¨®venes, pero tras una visita al cardi¨®logo, en nuestra mediana edad, prohibimos fumar a todo el mundo. Hicimos que nuestros salarios subieran con fuerza mientras trabaj¨¢bamos y ahora, jubil¨¢ndonos, queremos que suban las pensiones. Podemos conseguirlo porque controlamos las urnas y la calle. El problema es que Espa?a no puede permit¨ªrselo.
Nuestro sistema contributivo de pensiones tiene un d¨¦ficit anual de 23.000 millones de euros. Es una enormidad. Este d¨¦ficit se cubre con cr¨¦ditos que da el Estado a la Seguridad Social. El ¨²ltimo de estos cr¨¦ditos ha sido de 7.500 millones de euros para poder pagar la paga extraordinaria correspondiente a este mes de junio. Esta operaci¨®n, aparentemente financiera, es en realidad un truco contable para ocultar la verdadera dimensi¨®n del d¨¦ficit p¨²blico en Espa?a, evitando que el d¨¦ficit de la Seguridad Social se incluya en el procedimiento europeo de d¨¦ficit excesivo. En realidad el verdadero d¨¦ficit p¨²blico espa?ol es superior al 5% del PIB, en contra de lo dec¨ªa el anterior gobierno, que aseguraba que era inferior al 3%. La situaci¨®n de las finanzas p¨²blicas espa?olas, con una deuda que no para de crecer, es dram¨¢tica. Ello se refleja en que Espa?a es el ¨²nico pa¨ªs de la UE que sigue sometido al procedimiento de d¨¦ficit excesivo.
Los baby boomers que se manifestaron en Bilbao hace dos meses pidiendo aumentos de su pensi¨®n son literalmente los mismos que se manifestaron cuando el cierre de Altos Hornos, mostrando ya entonces gran destreza en el lanzamiento de bolas de rodamiento con potentes tirachinas. Abollaban los cascos de los polic¨ªas. Desde ese cierre han vivido del erario p¨²blico sin trabajar y ahora quieren mejores pensiones. Los presupuestos del Estado ya aprobados dan aumentos del 1,6% y del 1,5%, con un coste puntual estimado de 3.000 millones de euros. Pero como el aumento se consolida de por vida, el coste total ser¨¢ de 33.000 millones. Espa?a no puede. En serio.
C¨¦sar Molinas es economista, consultor y escritor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.