Estado del sector financiero
El ojo de los mercados no solo est¨¢ en la banca, tambi¨¦n en los bonos, los vaivenes energ¨¦ticos y un proteccionismo que puede hacer descarrilar alg¨²n tren de recuperaci¨®n
El verano, ese tiempo de festivales y supuesta relajaci¨®n, dej¨® de alguna manera de serlo en lo financiero hace once a?os. La crisis tuvo oleadas que no fren¨® la can¨ªcula estival. Solo en los ¨²ltimos a?os parec¨ªa haber relativa paz merced a la anestesia administrada en forma de abundante liquidez y a la recuperaci¨®n econ¨®mica. Toca el tiempo de caminar sin ayuda extra. En EE UU ya se han dado varios pasos. Tiempo para la UE, donde puede ser el ¨²ltimo est¨ªo de expansi¨®n cuantitativa.
Si realmente hemos aprendido algo es que las ¨¢reas econ¨®micas abiertas necesitan sistemas financieros y fiscales medianamente alineados en sus reglas y con sistemas de apoyo mutuo. En el centro de esa arquitectura en la eurozona est¨¢ la uni¨®n bancaria. Cabe pedirle m¨¢s porque es incompleta. Es obligatorio advertir de sus carencias. Pero esa uni¨®n es tambi¨¦n un milagro de efectos retardados al que le falta la bendici¨®n final de un sistema de protecci¨®n verdaderamente contundente y (alg¨²n tipo, aunque sea incipiente y progresivo) de fondo de garant¨ªa de dep¨®sitos.
La semana pasada los l¨ªderes europeos despejaron la pelota unos meses m¨¢s, hasta diciembre, para tratar estos temas. La gran promesa es el mecanismo de estabilidad (Mede) al que, en realidad, se llama "de rescate". Se dice muchas veces que debe ser algo as¨ª como un FMI europeo. Estos d¨ªas se ha dicho incluso que servir¨ªa para "predecir crisis". Pero, en realidad, lo que debe lograr es evitar p¨¢nicos. De momento no puede ser porque sigue el tira y afloja habitual entre los que exigen limpieza de balances y disciplina fiscal, y los que quieren solidaridad y un sistema com¨²n. Una historia ya larga de disensi¨®n siempre alentada por alg¨²n temor de turno. Italia copa hace tiempo el recelo.
Venimos de un tiempo en que las instituciones europeas (Comisi¨®n Europea a la cabeza) han seguido muy de cerca el pulso del sector bancario. Ahora ya aprueban su estado e indican que la senda de la estabilidad es firme¡ pero vienen otras pruebas de esfuerzo tras el verano e Italia hace mantener las dudas.
No todo es, de hecho, banca. El ojo de los mercados est¨¢ en los bonos, en los vaivenes energ¨¦ticos y en un proteccionismo que puede hacer descarrilar alg¨²n tren de recuperaci¨®n. Todas las se?ales apuntan a una elevaci¨®n de los tipos de la deuda ¡ªojo a las primas de riesgo¡ª y que se acabe normalizando la curva de rendimientos, pero sigue habiendo anomal¨ªas.
En Espa?a, los datos de financiaci¨®n del Banco de Espa?a muestran que la financiaci¨®n a hogares apenas remonta el vuelo y la destinada a empresas vuelve a caer. No va a ser sencillo impulsar el cr¨¦dito a grandes paladas porque la banca sigue sometida a un exigente calendario regulatorio. Demasiadas exigencias a la vez. Y no ayudar¨ªa un posible impuesto a la banca que solamente introducir¨ªa ruido y de una forma u otra tendr¨ªa un efecto redistributivo nulo. Toca, adem¨¢s, apoyar al sector financiero en Europa, en medio de importantes negociaciones sobre su gobernanza futura.
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