La brecha salarial entre hombres y mujeres crece al 37,5% al tener hijos

Todo es cuesti¨®n de perspectiva. Los trabajadores con hijos son percibidos como empleados con un mayor compromiso con la empresa mientras que a las mujeres, el hecho de ser madres les penaliza en el mercado laboral. Tendr¨¢n menos oportunidades laborales y peor salario. Lo dicen los datos (la diferencia del salario medio supera el 37% en Espa?a y se sit¨²a por encima del 100% en otros pa¨ªses, como Alemania o Austria) y, con palabras similares, es la tesis de distintos trabajos que analizan la brecha de g¨¦nero que llega con la maternidad: A ellas ser madres les penaliza, ellos son premiados.

¡°Es una realidad a la que se llega por una cuesti¨®n cultural¡±, explica la investigadora Ariane Aumatre. Tener un hijo en el caso de un hombre es visto como una necesidad para que les ofrezcan m¨¢s dinero y ¡°ellos son adem¨¢s los que tienen m¨¢s posibilidades de pedir mejores condiciones, hacer m¨¢s horas o ir un poco m¨¢s all¨¢ en su carrera laboral¡±, seg¨²n esta investigadora en el Colegio de Europa que acaba de analizar esta realidad en el informe ?D¨®nde estamos en el camino hacia la igualdad de g¨¦nero?, publicado en el ¨²ltimo informe de Funcas (la Fundaci¨®n de Cajas de Ahorros) esta misma semana.

¡°Es una cultura pensada por hombres y para hombres del siglo pasado, prima la visi¨®n masculina¡±, a?ade Nuria Chinchilla, investigadora del IESE y una de las autoras del trabajo Maternidad y trayectoria profesional, publicado en 2017. Chinchilla a¨²n recuerda c¨®mo en su primer trabajo, hace 35 a?os, le dijeron abiertamente que cobrar¨ªa menos que un compa?ero con la misma formaci¨®n porque el suyo ¡°iba a ser el segundo sueldo en casa¡±.

Un 37% menos de sueldo por la maternidad

El del salario complementario no es un mensaje que ahora se pueda decir a las claras en una oficina, pero s¨ª se puede adivinar tras los datos. En el caso espa?ol, la diferencia entre hombres y mujeres es apenas perceptible cuando son solteros (0,9%) y se dispara a un 37,5% en el caso de parejas en los que ambos tienen hijos, seg¨²n datos del Instituto Europeo de Igualdad de G¨¦nero (EIGE, por sus siglas en ingl¨¦s) correspondientes a 2015, los ¨²ltimos disponibles y en los que se revisan sueldos mensuales medios, ajustados por capacidad adquisitiva.

Espa?a no es una excepci¨®n. Esa diferencia se reproduce en todos los pa¨ªses e incluso con porcentajes sensiblemente m¨¢s elevados que los de Espa?a. Alemania o Austria, a la cabeza de la tabla, superan el 100% de diferencia. La media de la UE28 est¨¢ en un 61%.

Son los pa¨ªses del sur los que est¨¢n al nivel espa?ol, entre el 39% de Italia y el 22% de Chipre. Pero tener una brecha por debajo de la media, no refleja en este caso un dato positivo, como explica Jos¨¦ Ignacio Conde-Ruiz, profesor de Econom¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid. ¡°Una explicaci¨®n puede ser que en Espa?a hay un entorno m¨¢s discriminador para las mujeres con el consiguiente problema de autoselecci¨®n. Las que consiguen trabajar y tener hijos son las m¨¢s productivas y este sesgo hace que la brecha observada sea menor que la real¡±, explica el investigador.

La situaci¨®n es similar a lo que ocurre en otros pa¨ªses del sur de Europa frente a sociedades como la alemana o la austriaca, donde las mujeres con hijos siguen trabajando aunque sea en puestos de menor cualificaci¨®n o con sueldos menores, lo que hace bajar la media de las trabajadores y dispara la diferencia por sexos.

Los padres cobran m¨¢s que los trabajadores sin hijos

En los 28 pa¨ªses de la Uni¨®n Europea, los hombres con hijos ganan m¨¢s que las mujeres que tambi¨¦n los tienen. En la gran mayor¨ªa -excepto Luxemburgo, Polonia y Croacia- los padres cobran m¨¢s que los trabajadores sin hijos. Al comparar qu¨¦ ocurre con las empleadas, la maternidad conduce a sueldos m¨¢s bajos en el caso de ellas en la mayor¨ªa de pa¨ªses, salvo nueve naciones en las que se encuentra precisamente Espa?a, cuya diferencia muestra otro sesgo m¨¢s: las madres tienen menos presencia en el mercado de trabajo.

Con todo, tanto Conde como Chinchilla recomiendan que este tipo de comparativas se hagan con datos m¨¢s afinados, en los que en lugar de los promedios se comparen las evoluciones de hombres y mujeres en puestos similares y con formaci¨®n educativa equivalente, para ver su evoluci¨®n y tomar decisiones pol¨ªticas m¨¢s ajustadas a la realidad para reducir esa brecha. La investigadora del IESE recuerda, adem¨¢s, que en t¨¦rminos generales ellas negocian peor: ¡°Si le dicen 100, creer¨¢ que todos ganan 100 y no pedir¨¢ m¨¢s dinero. Las mujeres no son tan combativas y eso se refleja en salarios menores. Negocian muy bien para los dem¨¢s, pero no para ellas mismas¡±.