El delicado equilibrio de la ¡®zona de confort¡¯
Las empresas deben mantener algo de nervio entre los trabajadores pero sin inducirles al estr¨¦s
El concepto de "zona de confort" se ha extendido tanto que ya ha pasado a formar parte del paisaje laboral y es un tema habitual en cualquier charla motivacional o en el discurso de los coach. Pero, ?qu¨¦ es eso y qu¨¦ significa exactamente? Ovidio Pe?alver, psic¨®logo y coach en Isavia Consultores, lo define as¨ª: "Es una zona de estr¨¦s neutro", es decir: una situaci¨®n a la cual estamos acostumbrados y con la que podemos lidiar con el m¨ªnimo esfuerzo. Estar dentro de esta zona, seg¨²n Pe?alver, "nos hace dejar de ser innovadores y creativos; llega un momento en el que s¨®lo nos trae aburrimiento y desidia". Para el psic¨®logo, en la vida profesional es necesario cierto grado de tensi¨®n que nos invite a "sentirnos m¨¢s vivos y a disfrutar con los cambios". Pero advierte: salir de la "zona de confort" para entrar en la llamada "zona de aprendizaje" no es incompatible con estar bien y sentirse a gusto en el trabajo.
Sin embargo, esta visi¨®n no parece ser compartida en muchas empresas, que buscan tener m¨¢s inquietos a los trabajadores de diferentes maneras, ya sea con evaluaciones peri¨®dicas o con medidas como no permitirles tener cajoneras o sitios fijos donde sentarse (para que el trabajador no pueda acomodarse). Unas estrategias que pueden ser contraproducentes, afirma Pe?alver, que advierte de que "tambi¨¦n te puedes acomodar a situaciones que no te gustan". Y los datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) se?alan que esas situaciones abundan: el 59% de los trabajadores en Espa?a sufre de estr¨¦s en el trabajo, frente a la media europea del 28%.
Demasiado estr¨¦s durante demasiado tiempo no genera aprendizaje, sino que provoca lo que se conoce como estar quemado en el trabajo (en ingl¨¦s, s¨ªndrome burnout). Los trabajadores quemados se sienten agotados emocionalmente, obtienen baja o nula realizaci¨®n personal de sus tareas laborales, se valoran negativamente a s¨ª mismos y terminan experimentando fatiga cr¨®nica, dolores de cabeza, molestias musculares o gastrointestinales, trastornos menstruales, ansiedad e incluso depresi¨®n. Seg¨²n escribi¨® el fil¨®sofo surcoreano Byung-Chul Han, filosof¨ªas como la de la "zona de confort" nos hacen interiorizar la represi¨®n del sistema. Nos terminamos viendo como "emprendedores de nosotros mismos" e intentamos "optimizarnos" como si el entorno no influyera. Y si no logramos un ¨¦xito decente, nos culpamos a nosotros mismos y nos avergonzamos. Algo que el psic¨®logo valenciano David Pic¨® Vila ha visto en sus pacientes. Para ¨¦l, ese concepto crea "un discurso culpabilizador, cuando la realidad es que no todo depende de la voluntad del individuo". A Pic¨® no le gusta emplear ese t¨¦rmino con sus pacientes, especialmente con los m¨¢s j¨®venes, porque "ya lo traen aprendido de verlo en todas partes y llegan a la consulta sinti¨¦ndose culpables de sus miedos y fobias".
No estamos solos
El psic¨®logo David Pic¨® cree que hablar de la zona de confort ¡°es un discurso individualista y no somos individuos aislados; casi es mejor que ampliemos nuestra zona de confort, que ¨¦sta incluya m¨¢s cosas¡±. Y a?ade que es mejor trabajar en un ambiente que sea estimulante. El estr¨¦s, explica Pic¨®, ¡°no aumenta la productividad¡±. Algo que parecen confirmar estudios cient¨ªficos, como el realizado en 2014 por el doctor Pedro Gil-Monte, que document¨® que los entornos de trabajo demasiado poco confortables produc¨ªan, entre otros efectos, un menor compromiso con la empresa, cambios en la relaci¨®n con los compa?eros, un deterioro en la calidad y cantidad de trabajo,absentismo, presentismo, y abandono laboral.
Las consecuencias laborales de la crisis econ¨®mica (mayor precariedad, bajos salarios, peores condiciones laborales) crean, seg¨²n Pic¨®, las condiciones para que los trabajadores tengan m¨¢s posibilidades de quedarse paralizados o de pedir una baja m¨¦dica que de aprender por no sentirse a gusto. Pic¨® lo resume con la siguiente frase: "No he visto ning¨²n caso en el que el estr¨¦s laboral se traduzca en una mayor eficiencia". El psic¨®logo valenciano cree que conceptos como el de la "zona de confort" o la "cultura del esfuerzo" "est¨¢n bien, pero no han de usarse de manera tan alegre, porque provocan generalizaciones que crean estr¨¦s y sentimientos de culpa cuando la gente los incorpora sin m¨¢s" y a?ade que, tal y como son usados por empresas y coach, se termina convirtiendo en "un discurso explotador".
Ovidio Pe?alver comparte parcialmente que determinados gur¨²s de la autoayuda hacen m¨¢s mal que bien. "Hay algunos que son aut¨¦nticos cantama?anas y dan consejos que pueden ser perniciosos". Sin embargo, explica, la gente puede terminar acudiendo a estas personas porque hay un 'nicho de mercado'. Debido a que, seg¨²n Pe?alver, hay una "enorme necesidad real de consejos para vivir mejor, para ser m¨¢s felices". Aun as¨ª, defiende que dentro de toda la oferta tambi¨¦n existen personas que dan consejos muy valiosos dentro de sus libros, cursos y talleres.
Pe?alver no cree que el concepto de la "zona de confort", por generalizado que est¨¦, tenga necesariamente que da?ar a un trabajador que est¨¦ en una situaci¨®n de precariedad laboral o estr¨¦s. Para ¨¦l, salir de esa situaci¨®n tambi¨¦n implica poseer "una sana ambici¨®n y una actitud propositiva". As¨ª, para Pe?alver, una manera de poner en pr¨¢ctica esa filosof¨ªa puede ser plantar cara a un jefe abus¨®n, buscar un nuevo trabajo e incluso unirse a un sindicato para iniciar acciones colectivas.
"Se trata de no resignarse y de tener voluntad", insiste Pe?alver. "Ello implica correr riesgos y sacrificar cierto grado de seguridad en lugar de quejarse; tratar de cambiar la situaci¨®n". Como psic¨®logo y como coach, Pe?alver cree que salir de la zona de confort y realizarse en el trabajo es posible si: "aprendes a conocerte a ti mismo, sabes reconocer tu talento y consigues sacarte brillo a ti mismo; si aprendes a convertirte en la mejor versi¨®n de ti".
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