El fin del ¡®timo de la gastroenteritis¡¯
Las condenas disuaden a los veraneantes brit¨¢nicos que se aprovechaban del riesgo reputacional
Hace dos a?os que estall¨® el esc¨¢ndalo del bautizado como el timo de la gastroenteritis. Una estafa que consist¨ªa en la presentaci¨®n de reclamaciones fraudulentas por supuestas intoxicaciones alimentarias sufridas por turistas brit¨¢nicos durante sus vacaciones en Espa?a. Un montaje que ha causado un importante da?o econ¨®mico a las empresas del sector y un perjuicio potencial a miles de turistas honrados.
Hoy, a pesar de que m¨¢s de un tercio de las demandas est¨¢n pendientes de revisi¨®n por los tribunales brit¨¢nicos, las distintas acciones legales adoptadas para frenar este negocio han dado su fruto. Condenas civiles y penales por fraude, con penas incluso de c¨¢rcel a los veraneantes; sanciones a las sociedades que se dedicaban a captar turistas; mensajes contundentes de los colegios profesionales; o la decidida actitud de las autoridades, han normalizado la situaci¨®n y apuntan a que no volver¨¢ a repetirse un timo masivo similar.
El Gobierno brit¨¢nico, consciente del impacto negativo que para la reputaci¨®n de sus ciudadanos han tenido estos hechos, ha adoptado una serie de modificaciones regulatorias que ya se encuentran en vigor. Ahora, estas reclamaciones se incluyen en el sistema de costes legales fijos, una limitaci¨®n con la que se pretende que los operadores tur¨ªsticos puedan defenderse en juicio de las falsas demandas por intoxicaci¨®n. Antes, estos gastos, que en Reino Unido deben pagarse al perjudicado siempre junto a la indemnizaci¨®n, superaban en muchos casos con creces su valor, por lo que resultaba m¨¢s barato llegar a un acuerdo extrajudicial que litigar. Adem¨¢s, los abogados brit¨¢nicos ya no podr¨¢n cobrar honorarios desproporcionados por estas demandas.
Por otro lado, ha habido un mayor control a las empresas de gesti¨®n de reclamaciones. En la memoria para el a?o 2017-2018, emitida por el ¨®rgano regulador de reclamaciones, ocho de estas empresas perdieron su licencia por una gesti¨®n incorrecta, tal y apunta Jos¨¦ Mar¨ªa Pimentel, socio responsable del ¨¢rea de ocio y turismo de DAC Beachcroft, despacho internacional especialista en seguros y arbitraje.
Fue en el verano de 2016 cuando se detect¨® un incremento exponencial de reclamaciones por gastroenteritis contra¨ªdas por visitantes brit¨¢nicos en r¨¦gimen de todo incluido en alojamientos de la costa espa?ola. En ese momento, hoteles, aseguradoras y turoperadores centraron sus esfuerzos en obtener pruebas del timo y combatirlo. Resultaba sospechoso que solo enfermaran los brit¨¢nicos. Adem¨¢s, el patr¨®n se repet¨ªa. La dolencia era comunicada mucho despu¨¦s de haber finalizado las vacaciones, aprovechando que la ley de Reino Unido da un plazo de tres a?os para efectuar este tipo de reclamaciones. La ¨²nica prueba que se presentaba para exigir la devoluci¨®n del coste del viaje era el recibo de un antidiarreico adquirido en una farmacia.
No existen datos oficiales respecto del impacto econ¨®mico global, pero en el marco de la investigaci¨®n dirigida por el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 2 de Palma de Mallorca por un posible delito de estafa masiva, el Gobierno balear ha estimado que el timo ha podido suponer la p¨¦rdida de 50 millones de euros.
Para defenderse de las falsas denuncias, el sector hotelero tuvo que reaccionar con medidas extraordinarias y costosas. Los hoteles reforzaron sus protocolos, incrementaron el n¨²mero de muestras analizadas e implementaron registros de control de las comidas y consumiciones de los hu¨¦spedes. Algunos de ellos contrataron detectives que colaboraron con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y las autoridades judiciales en la obtenci¨®n de pruebas para desenmascarar la trama.
Las reclamaciones llegaron a aumentar un 380% en 2016, se?ala Carlos G¨®mez Pascual, director del ¨¢rea corporativa y comercial global de la aseguradora Generali Espa?a. Para intentar reducir el alto coste de la gesti¨®n de estas demandas, la aseguradora sigui¨® una doble l¨ªnea de trabajo. Por un lado, llegar a acuerdos extrajudiciales. Por otro, recurrir a la justicia en aquellos casos en los que la reclamaci¨®n presentaba indicios de ser fraudulenta.
Como afectados directos de las reclamaciones conforme a la ley de viajes combinados, los turoperadores han tenido un papel destacado en la lucha contra este fraude. Andrew Flintham, director general de TUI en Reino Unido e Irlanda, explica c¨®mo, en estrecha colaboraci¨®n con los hoteles, han trabajado para concienciar a los consumidores, informando y alertando a las "audiencias clave" (por ejemplo, a trav¨¦s de la prensa brit¨¢nica). Tambi¨¦n denunciando conductas irregulares a los distintos ¨®rganos reguladores de Reino Unido. Una intensa actividad que les ha llevado a investigar y defender muchas reclamaciones, "incluso ejercitando acciones penales". El objetivo com¨²n era proteger la industria y a los turistas, que podr¨ªan haber sufrido un incremento del precio de las vacaciones. "Es realmente decepcionante que hayamos tenido que llevar esto tan lejos para defender a turistas honestos", lamenta Flintham.
El rigor de los tribunales brit¨¢nicos para castigar hasta con la c¨¢rcel a quien se inventa una intoxicaci¨®n ha mandado un claro mensaje: mentir no sale gratis. En septiembre de 2017, se dict¨® una de las primeras sentencias en Reino Unido condenando a un matrimonio a una pena de c¨¢rcel y al pago de los gastos legales del turoperador demandado. Pimentel advierte de que "quien comete un fraude o est¨¢ dispuesto a cometerlo asume el riesgo de ser condenado a una pena de prisi¨®n". Los tribunales, explica, han elevado su exigencia en relaci¨®n con las pruebas presentadas, se?alando una serie de pistas para decidir sobre los casos abiertos. Y, aunque no le constan procedimientos contra los despachos de abogados implicados en la trama, las autoridades regulatorias han contribuido activamente a la normalizaci¨®n de esta situaci¨®n, recordando a sus miembros sus distintas obligaciones legales y deontol¨®gicas e imponiendo sanciones por incumplimientos normativos.
La estrategia y colaboraci¨®n estrecha entre hoteles, aseguradoras y turoperadores ha conseguido cercar a los estafadores, no obstante, los afectados recomiendan no bajar la guardia.
As¨ª funcionaba la estafa
La estafa se pon¨ªa en marcha a pie de playa o en el mismo hotel, mediante el reclamo de dinero f¨¢cil. El sistema se alimentaba a trav¨¦s de ganchos o conseguidores, que contactaban con los turistas ofreci¨¦ndoles vacaciones gratis a cambio de fingir una intoxicaci¨®n alimentaria. Los voluntarios eran incorporados a una lista y contactados m¨¢s tarde por los cabecillas de la trama. Y, una vez en Reino Unido, pon¨ªan una demanda por una cuant¨ªa pod¨ªa llegar a los 7.000 y 10.000 euros por los da?os y gastos legales, que se repart¨ªan entre veraneantes, organizadores del timo y abogados.
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