Los desahuciados del alquiler
Los lanzamientos de inquilinos ya casi duplican a los de impagos de hipotecas: afectados, jueces y asociaciones desgranan los motivos
A Iryna Palyanytsya solo se le quiebra la voz en una ocasi¨®n ante uno de sus recuerdos m¨¢s dolorosos. Esta mujer, nacida hace 39 a?os en Tern¨®pil (este de Ucrania), relata apresuradamente el proceso por el que se vio desahuciada junto con su compa?ero y cuatro hijos. Sentada en un banco frente al piso del que fue expulsada, en el barrio de Orcasitas de Madrid, cuenta c¨®mo su pareja perdi¨® el empleo, c¨®mo ella buscaba m¨¢s casas donde limpiar, c¨®mo la pareja dej¨® de serlo aunque segu¨ªan conviviendo, c¨®mo ped¨ªa comida y, en suma, c¨®mo las cuentas no les daban. Al llegar al pasado 13 de diciembre se para. ¡°No puedo recordar este d¨ªa¡±, se disculpa. Tras secarse las l¨¢grimas, ella misma se anima a seguir: ¡°Me qued¨¦ fuera mientras un cerrajero cambiaba la cerradura, no sab¨ªa d¨®nde ir y me llevaron a un albergue¡±.
Palyanytsya nunca so?¨® con ser propietaria. Nunca se hipotec¨® antes de que las cosas se torcieran. Nadie puede acusarla de dejarse llevar por la fiebre del ladrillo o vivir por encima de sus posibilidades. Su error fue dejar la habitaci¨®n de un piso compartido para irse a uno entero con su pareja, un hijo de este, una hija en com¨²n y una hija que ella ten¨ªa en Ucrania y se vino a Espa?a. Adem¨¢s, se qued¨® embarazada. ¡°Ya necesit¨¢bamos un piso¡±, resume como justific¨¢ndose. Se mudaron en marzo de 2016 a un alquiler de 600 euros m¨¢s gastos. 21 meses despu¨¦s pasaban a engrosar la lista de desahuciados en Espa?a. Lo hac¨ªan en el ep¨ªgrafe m¨¢s com¨²n: Lanzamientos practicados derivados de la LAU (Ley de Arrendamientos Urbanos). As¨ª figura en la estad¨ªstica judicial.
Los desahucios por alquiler hace a?os que superan a los derivados por impagos de hipoteca (ver cuadro adjunto) y cada vez se separan m¨¢s. Seg¨²n los ¨²ltimos datos, los lanzamientos de inquilinos representaron el 185% de los procedentes de hipotecados. La proporci¨®n, casi el doble, nunca hab¨ªa sido tan alta. ¡°La mayor¨ªa se producen por impagos de alquiler¡±, explica Aner Uriarte, decano de los jueces de Bilbao. Su colega Pedro Viguer, decano de los jueces de Valencia, ahonda en las causas: ¡°Al encarecerse el alquiler, seg¨²n vemos en los medios, muchas familias pueden tener problemas. Pero es que adem¨¢s la LAU establece plazos muy cortos, con lo que el contrato se renueva mucho¡±.
El diagn¨®stico, a grandes rasgos, lo comparten las asociaciones. Paco Morote, portavoz de la PAH, incide en la reforma de la LAU que hizo en 2013 el Gobierno de Mariano Rajoy para reducir a tres a?os la duraci¨®n de los contratos. Natalia Palomar, abogada de Provivienda, apunta adem¨¢s a una modificaci¨®n de las normas de enjuiciamiento que aprob¨® el ¨²ltimo Consejo de Ministros de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, en octubre de 2011. Desde entonces, un inquilino puede ser desahuciado sin siquiera celebrarse un juicio. Esto significa para Morote que ¡°el reconocimiento de derecho no ha llegado al inquilinato y les desprotege por impago o por vencimiento de contrato¡±. M¨¢s t¨¦cnica, la letrada ilustra que ¡°es derecho privado puro y duro, no se aplica el derecho de consumidores y usuarios¡±. ¡°Tal y como est¨¢ la ley, no hay nada que hacer¡±, se lamenta Palomar.
¡°Suspender un lanzamiento es m¨¢s complicado en situaci¨®n de arrendamiento porque tenemos dos partes iguales¡±, admite el juez Viguer. Ante impagos de hipoteca, explica, ¡°existen cl¨¢usulas abusivas o posibilidad de pactar un alquiler social¡±. Muchos bancos han preferido ir a procedimientos ordinarios y por eso no aparecen en la estad¨ªstica. Pero cuando un inquilino no paga, el proceso es r¨¢pido porque ¡°supone un perjuicio tambi¨¦n para el arrendador, que tiene derecho a cobrar¡±. Los magistrados, recuerda el decano de Valencia, han pedido en varias ocasiones ¡°tener oficinas de asistencia social al menos en los grandes edificios judiciales¡±.
El pacto es ahora la ¨²nica posibilidad del inquilino. Palyanytsya, con la polic¨ªa ya en la puerta, logr¨® tres semanas m¨¢s para organizarse. Rosa Mar¨ªa Padr¨®n consigui¨® 60 d¨ªas. Ten¨ªa un beb¨¦ de un mes cuando se celebr¨® su juicio. Al contar lo que le pas¨®, esta mujer de 45 a?os tampoco clama contra ning¨²n fondo o gran propietario. Lo que relata es una mala racha. Empieza igualmente con la p¨¦rdida de empleo de su marido. Su ¨²nico hijo tiene ahora cinco a?os. Fue ¡°un milagro¡± que oblig¨® a centrar la econom¨ªa familiar en un embarazo de riesgo. Vivieron con menos de 400 euros al mes, una pensi¨®n que ella cobra por una depresi¨®n que arrastra m¨¢s de dos d¨¦cadas. Al tel¨¦fono relata serena todo lo que han pasado hasta llegar al piso, en un alquiler mediado por Provivienda, donde viven en Santa Cruz de Tenerife. Llegaron a estar ¡°literalmente tres d¨ªas debajo de un puente¡±, pero la narraci¨®n ¨²nicamente se quiebra al recordar un momento: ¡°Solo me doli¨® que tuve que dejar la cuna del ni?o, tuve que dejar muchas cositas de ¨¦l¡±.
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