C¨®digos ¨¦ticos empresariales: ?'postureo' o realidad?
Los expertos aseguran que, lejos de ser meras declaraciones de intenciones, estos dec¨¢logos protegen la actuaci¨®n de las organizaciones
La semana pasada el Partido Popular aprob¨® un nuevo c¨®digo ¨¦tico que endurec¨ªa las normas de conducta a las que deben ce?irse los empleados y cargos de esta formaci¨®n. Entre otras exigencias, el texto proh¨ªbe la apertura de ¡°cuentas bancarias, cajas o fondos que no est¨¦n incluidos en la contabilidad¡± oficial del partido, o la aceptaci¨®n de ¡°regalos, atenciones o liberalidades¡±, tales como dinero en met¨¢lico o la asistencia a eventos deportivos de elevado coste econ¨®mico.
Anticip¨¢ndose a la reacci¨®n de los m¨¢s esc¨¦pticos, el pr¨®logo del texto se?ala que su contenido no es ¡°una mera declaraci¨®n de principios¡±, sino que ¡°ha de ser el pilar fundamental que gu¨ªe y oriente la actuaci¨®n del Partido Popular y sus miembros¡±. Y es que es habitual que cuando el ciudadano de a pie escucha hablar de c¨®digos ¨¦ticos o de conducta piense que son una manifestaci¨®n puramente cosm¨¦tica o propagand¨ªstica, sin aplicaci¨®n pr¨¢ctica o real.
Mejor gobierno
Cada vez con mayor intensidad, el derecho est¨¢ apoy¨¢ndose en la autorregulaci¨®n como herramienta para empujar a las organizaciones a mejorar su gobernanza y sus pautas de actuaci¨®n. De este modo, en la redacci¨®n de sus c¨®digos ¨¦ticos, las compa?¨ªas deben atender a numerosas exigencias que provienen, entre otros, de los ¨¢mbitos mercantil, laboral y penal.
La implantaci¨®n de estos dec¨¢logos se ha generalizado en las empresas en los ¨²ltimos a?os, seg¨²n Lucas Osorio, socio director de la oficina de Hogan Lovells en Madrid. Los esc¨¢ndalos destapados durante la crisis, explica, dejaron al descubierto ¡°grandes agujeros ¨¦ticos¡± en relevantes organizaciones internacionales y ¡°crearon una marea a favor de regular las buenas conductas y las pr¨¢cticas anticorrupci¨®n, que poco a poco lo est¨¢ inundando todo¡±.
Los esc¨¢ndalos destapados con la crisis han hecho reaccionar a las empresas
Osorio establece dos niveles en el grado de incorporaci¨®n. En el primero aparecen las sociedades cotizadas, en las que los c¨®digos ¨¦ticos juegan un papel ¡°protagonista¡± derivado de la propia reglamentaci¨®n interna que exige la cotizaci¨®n de sus valores. La Ley de Sociedades de Capital y la Ley del Mercado de Valores obligan a las compa?¨ªas a dar pautas de conducta claras a sus directivos y empleados para evitar cualquier acci¨®n que atente contra la transparencia de los mercados y la libre formaci¨®n de precios. ¡°Alrededor de este primer rango de normas para evitar el uso de informaci¨®n privilegiada o el abuso de mercado, se han configurado, casi de forma natural, los c¨®digos ¨¦ticos¡±, describe.
Firmas no cotizadas
En un segundo nivel aparecen las sociedades no cotizadas, en las que la relevancia de los c¨®digos de conducta ¡°debe ir en aumento¡±, seg¨²n Osorio. Aqu¨ª resulta determinante la implicaci¨®n de los ¨®rganos de direcci¨®n para implantar unos valores y unas reglas de actuaci¨®n en la compa?¨ªa acordes a los mismos.
Donde no llega la legislaci¨®n mercantil o societaria, aparecen otras dos palancas muy potentes que empujan a las empresas a dotarse de estos dec¨¢logos: el derecho penal y el laboral. Para Juan Antonio Garc¨ªa Jabaloy, responsable del ¨¢rea de Penal-econ¨®mico de DLA Piper, los c¨®digos ¨¦ticos ¡°son la base de los programas de prevenci¨®n de delitos (o compliance)¡±, que deben servir a las empresas para poder escapar de una imputaci¨®n o una condena por los il¨ªcitos que cometan sus empleados.
En este sentido, antes de redactar su articulado deber¨¢n estudiarse los riesgos penales a los que se ve expuesta la empresa. Y, a partir de ellos, incorporar al c¨®digo las disposiciones necesarias para despu¨¦s desarrollar el plan de cumplimiento. As¨ª, manifiesta Garc¨ªa Jabaloy, la parte penal de un c¨®digo ¨¦tico no puede ser la misma, por ejemplo, para una firma de infraestructuras que opera a escala nacional que para una multinacional del sector alimentario, porque est¨¢n expuestas a delitos distintos.
Las nomas de conducta deben ser comunicadas a la plantilla para poder exigirse y sancionarse
Finalmente, en el ¨¢mbito laboral, los c¨®digos de conducta se han convertido en una herramienta determinante para ordenar la relaci¨®n entre empresa y trabajadores. As¨ª lo reconoce la jurisprudencia, que los define como una ¡°manifestaci¨®n del poder de direcci¨®n del empresario¡± que, en todo caso, no puede sustituir ni contradecir lo establecido en la ley o en los convenios colectivos. ¡°Son un complemento muy importante, especialmente, para la fijaci¨®n de pol¨ªticas internas que regulan, por ejemplo, el uso de los veh¨ªculos de empresa o los medios telem¨¢ticos¡±, indica Talmac Bel, socio de Laboral de Fieldfisher Jausas.
Es decir, aunque el c¨®digo no puede crear sanciones, s¨ª puede concretar las que gen¨¦ricamente se contengan en el convenio. Por ejemplo, especificando cu¨¢ndo se considerar¨¢ uso personal de un tel¨¦fono m¨®vil de empresa y, por tanto, puede ser sancionable. Para ello, es imprescindible que la empresa pueda probar que ha comunicado a la plantilla la normativa interna. ¡°Si no puede acreditar que el trabajador es conocedor de esas reglas, es como si no existieran¡±, subraya Bel.
De hecho, este extremo fue determinante en una sentencia que apoy¨® a Inditex, donde el Tribunal Supremo fij¨® cu¨¢ndo es leg¨ªtimo que una compa?¨ªa inspeccione el correo electr¨®nico de un empleado. Es necesario que la empresa demuestre que ha informado a la plantilla y, adem¨¢s, ha advertido de la existencia de mecanismos de vigilancia.
Las organizaciones tienen inter¨¦s por publicitar su adhesi¨®n a las buenas pr¨¢cticas, coinciden los juristas consultados. Garc¨ªa Jabaloy lo resume as¨ª: ¡°vender transparencia ayuda a las empresas a tener una buena reputaci¨®n. Y, con ella, mejora el negocio¡±.
Cumplir o explicar
La presi¨®n para que las empresas adopten normas de conducta ha aumentado tanto en los ¨²ltimos a?os que la l¨ªnea que separa las recomendaciones y las exigencias legales se ha vuelto un tanto difusa. Buen ejemplo de ello es el art¨ªculo 540 de la Ley de Sociedades de Capital, introducido en 2014, que obliga a las empresas an¨®nimas cotizadas a publicar un informe en el que detallen el grado de seguimiento de las recomendaciones de gobierno corporativo. En caso contrario, deben explicar por qu¨¦ no han seguido dichas pautas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.