¡°Hemos ido muy lejos en muchas ¨¢reas de la globalizaci¨®n¡±
Rodrik lleva a?os alertando de los riesgos de internacionalizar la econom¨ªa sin reservar espacio para las pol¨ªticas locales de desarrollo
La econom¨ªa es la ciencia de las soluciones intermedias, los extremos no sirven; ni la autarqu¨ªa ni la integraci¨®n econ¨®mica total son econ¨®mica o pol¨ªticamente viables¡±, dice Dani Rodrik, el prestigioso economista de Harvard que, desde su libro ?Ha ido la globalizaci¨®n demasiado lejos?¡¯(1997), viene alertando de los riesgos de internacionalizar la econom¨ªa sin reservar espacio para pol¨ªticas locales de desarrollo ni compensar a los perdedores de la globalizaci¨®n. Rodrik ha publicado recientemente Straight Talk on Trade, en el que repasa los incentivos de los pol¨ªticos para hacer las cosas bien; fundamenta la imposibilidad de trasplantar modelos econ¨®micos exitosos a pa¨ªses y ¨¦pocas diferentes; y arremete contra los economistas que defendieron la globalizaci¨®n ignorando sus inconvenientes por el temor de que, si hablaban sobre ellos, provocar¨ªan una reacci¨®n proteccionista.
Pregunta. ?Estamos al borde de una guerra comercial?
Respuesta. Trump ha sido m¨¢s agresivo en su pol¨ªtica comercial de lo que yo esperaba, pero China ha respondido de una forma muy mesurada: ten¨ªan que hacer algo pero no creo que hayan empeorado el problema. Mantengo mi optimismo sobre que China y Estados Unidos encuentren una soluci¨®n. No creo que se vaya a convertir en un evento catastr¨®fico para la econom¨ªa mundial.
P. Al margen del efecto global que generen en la econom¨ªa, ?los aranceles de Donald Trump servir¨¢n para recuperar empleos en la industria estadounidense?
R. Todo es un gran truco de ilusionista. Trump ha armado la alianza contra China junto a empresas preocupadas por perder la supremac¨ªa tecnol¨®gica, con militares y funcionarios de Asuntos Exteriores que ven a China como un competidor estrat¨¦gico. Y tambi¨¦n, claro, junto a empresas y sindicatos preocupados por los puestos de trabajo. Pero yo no creo que estas pol¨ªticas vayan a suponer una ganancia neta de empleos para Estados Unidos.
P. Ha defendido la necesidad de incorporar el dumping social como una cl¨¢usula a invocar cuando los productos se fabrican sin respetar derechos laborales que los trabajadores en los pa¨ªses importadores s¨ª tienen, ?c¨®mo se implementar¨ªa?
¡°Se puede terminar con la brecha social sin alcanzar un acuerdo global¡±
R. Tendr¨ªa que formar parte de un convenio internacional, como el antidumping tradicional, que se rige por las reglas de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC). En pol¨ªtica comercial siempre existen dos riesgos: uno es que los proteccionistas abusen del sistema. Pero el otro es el de tener a los puristas de la globalizaci¨®n firmando acuerdos pol¨ªticamente insostenibles. En mi opini¨®n, ese es el per¨ªodo que estamos transitando ahora, por no haber puesto suficientes salvaguardas en el r¨¦gimen del comercio internacional. Y las consecuencias terminan siendo peores porque Trump y otros populistas construyen su discurso demag¨®gico a partir de las reclamaciones y preocupaciones leg¨ªtimas que genera este sistema de comercio.
P. ?Ha cambiado tanto el clima para introducir el dumping social en las reglas de la OMC?
R. Desgraciadamente, me parece que estamos muy lejos del esp¨ªritu multilateral necesario para una reforma de las reglas de la OMC. Llevamos 30 a?os queriendo ir demasiado lejos con la globalizaci¨®n y ahora nos encontramos con que el r¨¦gimen de comercio internacional se ha convertido en una palabrota en boca de los populistas. Ahora son los unilateralistas y proteccionistas como Trump los que se anotan los tantos. As¨ª que desde un punto de vista pr¨¢ctico, no creo que mi propuesta vaya a pasar ma?ana por la OMC. Pero s¨ª creo que tenemos que estar preparados y generar soluciones.
P. ?C¨®mo habr¨ªa que reaccionar?
¡°Recuperar la soberan¨ªa econ¨®mica no es m¨¢s que ponerla al servicio de la mayor¨ªa¡±
R. En un mundo dividido pol¨ªticamente no se puede aspirar a una integraci¨®n econ¨®mica completa y hay que moderar las ambiciones sobre el nivel de globalizaci¨®n posible. El sistema tiene que funcionar para la mayor¨ªa de los votantes en las principales naciones comerciales. Los gobiernos necesitan margen de acci¨®n para mantener sus reglas y desarrollar su contrato social. Si aspiramos a tener todos los beneficios de la econom¨ªa m¨¢s abierta posible, nos quedamos sin el apoyo pol¨ªtico necesario para una econom¨ªa moderadamente abierta. Tal vez no perfecta, pero abierta.
P. ¡°No alcanza con unos retoques en la desigualdad y unas compensaciones para los perdedores de la globalizaci¨®n, hace falta un nuevo Bretton Woods¡±, escribi¨®¡
R. S¨ª, pero no un Bretton Woods global. El que yo pienso es 80% dom¨¦stico y 20% internacional. Creo que lo m¨¢s urgente ahora mismo es una nueva forma de comprender el mundo. En muchas ¨¢reas de la globalizaci¨®n hemos ido demasiado lejos y un poco de retirada ser¨ªa lo m¨¢s sensato. La globalizaci¨®n financiera es un ejemplo claro. Pero el verdadero desaf¨ªo es dom¨¦stico, todo lo que los pa¨ªses pueden hacer por su cuenta sin necesidad de un acuerdo global. Terminar con esa brecha econ¨®mica y social entre las ¨¦lites y el resto de la sociedad es, en mi opini¨®n, un desaf¨ªo dom¨¦stico que puede lograrse sin acuerdos globales.
P. ?Recuperar la soberan¨ªa en pol¨ªtica econ¨®mica?
R. No se trata de recuperarla porque los pa¨ªses nunca dejaron de tenerla. Lo que pasa es que no la usaron en beneficio de las mayor¨ªas. La ¨¦lite tecnocr¨¢tica hiperglobalizadora se apropi¨® de esa soberan¨ªa convenciendo a grandes franjas de la intelectualidad liberal de que s¨®lo hab¨ªa un camino para el desarrollo, el de este programa de la ultra globalizaci¨®n. En alg¨²n momento llegar¨ªan todos los beneficios y, si no ocurr¨ªa as¨ª, de todos modos hab¨ªa que hacerlo porque no quedaba otra alternativa. Ese relato se ha estrellado. Recuperar la soberan¨ªa no es otra cosa que reubicarla para ponerla al servicio de las mayor¨ªas.
P. Avanzar en la uni¨®n pol¨ªtica o retroceder en la integraci¨®n econ¨®mica, escribi¨®, es la respuesta para el dilema europeo, ?est¨¢ inclin¨¢ndose la balanza hacia la desintegraci¨®n?
R. Eso parece y es algo que me preocupa y me hace ser muy pesimista por el futuro de la Uni¨®n. Ojal¨¢ que los partidos de centro izquierda y de centro derecha puedan decidirse y decir de forma inequ¨ªvoca cu¨¢les son sus objetivos. Emmanuel Macron ya lo ha hecho, al decir que quiere seguir avanzando en la integraci¨®n fiscal y pol¨ªtica. Pero los otros no son tan claros sobre la necesidad de crear instituciones representativas a nivel europeo, a las que ceder soberan¨ªa para mantener la integraci¨®n econ¨®mica. Por eso los populistas son atractivos. Al menos ellos son honestos cuando dicen que no quieren ceder soberan¨ªa y que est¨¢n dispuestos a renunciar a Bruselas y a la integraci¨®n econ¨®mica europea. Pero incluso si un retroceso en la integraci¨®n econ¨®mica termina siendo el escenario, hay formas de hacerlo para que sea lo m¨¢s inclusivo posible.
P. ?C¨®mo ser¨ªa un retroceso inclusivo de la integraci¨®n econ¨®mica de Europa?
R. Atacando el problema de la desigualdad econ¨®mica y social, llevando el proceso pol¨ªtico m¨¢s cerca de la gente y usando la soberan¨ªa econ¨®mica para lograr la integraci¨®n dom¨¦stica. Quitar el foco de la integraci¨®n econ¨®mica internacional y ponerlo en la integraci¨®n econ¨®mica y social dentro de cada pa¨ªs.
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