Anuncios sin palabras que lo dicen todo sin decir nada
Hay anuncios que son como algunas pel¨ªculas mudas. No hacen ninguna falta las palabras para que el resultado final sea excelente
A la hora de crear un anuncio, una de las tareas m¨¢s importantes es encontrar lo que en este mundillo se conoce como claim, que no es m¨¢s que el eslogan que acompa?ar¨¢ a los dem¨¢s elementos visuales de la composici¨®n, ya sean est¨¢ticos o en movimiento. Una gran campa?a visual puede venirse abajo por la elecci¨®n de una frase equivocada. Tambi¨¦n puede suceder lo contrario. Un buen claim puede arreglar otros defectos de la composici¨®n y hacer que un trabajo, condenado al olvido, sea recordado con agrado por los consumidores.
Pero hay marcas que pueden permitirse el lujo de no usar ni siquiera un lema para reforzar sus promociones. Basta con una imagen y su logo para que todo el mundo sepa de qui¨¦n es el anuncio. Y eso se puede hacer solamente si se cumple al menos una de las dos condiciones indispensables: tener una marca muy potente (pero potente de verdad) que no necesite explicar qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s o una composici¨®n visual tan extraordinaria que no necesite nada m¨¢s. Si no, ni lo intentes.
Hagamos un peque?o repaso a este tipo de publicidades en las que lo ¨²nico que se puede leer, si acaso, es el logo del anunciante.
Una de esas marcas que es mundialmente conocida es la danesa Lego. Sus piezas en forma de bloques de construcci¨®n rectangulares son reconocidas en todo el mundo, y bastan dos o tres de esas peque?as figuras de pl¨¢stico para que la imaginaci¨®n de dispare. Una acertada composici¨®n hace que sea innecesario explicar con palabras lo que el cerebro de un ni?o puede fabricar.
Tampoco a la cadena de restaurantes de comida r¨¢pida McDonald's le hace falta nada para que su famosa M amarilla sea reconocida. Su presencia en 119 pa¨ªses y sus m¨¢s de 33.990 restaurantes abiertos en todo el mundo le avalan. Incluso, pueden llegar a no utilizar palabras para crear pol¨¦mica, porque no parece muy recomendable cambiar la alimentaci¨®n de un beb¨¦ y pasar de tomar la leche del pecho materno a un Whopper con beicon y pepinillos.
A continuaci¨®n, dos anuncios que por no usar palabras no dejan de ser menos machistas. Uno es de una marca de coches muy prestigiosa, aunque en esta ocasi¨®n anuncie otra clase de veh¨ªculos. Se trata de la italiana Lamborghini y el est¨²pido t¨®pico de la rubia tonta.
Otro que tal baila. Si por algo se ha distinguido la marca de desodorante masculino Axe, fabricado por Unilever, es por otorgar a la mujer un papel de florero viviente pendiente exclusivamente de buscar y satisfacer los instintos masculinos. Una imagen vale m¨¢s que mil palabras. Contrasta esta publicidad con otra de Dove, tambi¨¦n de la multinacional americana en el que quer¨ªan realzar a las mujeres reales frente a los estereotipos actuales.
Tampoco pod¨ªa faltar la farmac¨¦utica estadounidense Pfizer con su medicamento estrella, la Viagra. Cientos de chascarrillos sin palabras han aparecido alrededor de este medicamento contra la disfunci¨®n er¨¦ctil. Algunos de ellos, creados precisamente por la propia compa?¨ªa, para demostrar los beneficios de esas pastillitas azules (dicho esto, espero que no se me empiece a llenar el buz¨®n de correo basura).
Otro ejemplo m¨¢s de anuncio mudo. Se trata de las conocidas patatas fritas Pringles, que para lanzar al mercado el nuevo sabor a arroz de sus reconocibles botes redondos hizo una composici¨®n muy descriptiva del sabor de su nuevo producto.
Para terminar, dos anuncios que, aunque de marcas desconocidas en estos lares, basan todo su potencial en la imagen prescindiendo de mensajes, yo creo, innecesarios. El primero es de Lazer, un fabricante de cascos de motos. Queda claro que el piloto llevaba el casco puesto cuando sufri¨® el accidente.
Y para promocionar la secci¨®n de audiolibros de la librer¨ªa en l¨ªnea india Crossword, una imagen que lo define perfectamente. Sobran las palabras, aunque en este caso las palabras son el producto.
Pues s¨ª, a veces una imagen vale m¨¢s que mil palabras.
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