Paradojas territoriales del mercado laboral espa?ol
La bajada del paro esconde tres d¨¦ficits: de empleos, de trabajadores y de poblaci¨®n
La crisis ha transformado el mapa territorial del empleo. No solo porque las desigualdades entre comunidades se han agudizado. La tasa de paro de las comunidades m¨¢s castigadas por la Gran Recesi¨®n ronda el 20%, 10 puntos m¨¢s que las autonom¨ªas que ostentan mejores resultados, cuando el diferencial era de 6 puntos antes del estallido de la burbuja inmobiliaria.
Adem¨¢s, han aparecido tres din¨¢micas distintas en el mercado laboral. En primer lugar, pese al vigoroso crecimiento registrado durante la actual etapa de recuperaci¨®n, la mayor¨ªa de comunidades aut¨®nomas sigue padeciendo un grave d¨¦ficit de empleos ¡ªobviamente m¨¢s acusado en el sur peninsular y Canarias que en la capital, o el noreste¡ª. Las regiones que no avanzaran en la resorci¨®n del d¨¦ficit de puestos de trabajo correr¨ªan el riesgo de estancamiento secular, como ocurre con el Mezzogiorno italiano.
Por otra parte, en algunos territorios empiezan a aparecer situaciones de escasez de mano de obra. La tasa de paro en Navarra, Pa¨ªs Vasco, Arag¨®n, Cantabria, La Rioja y Baleares se acerca a niveles precrisis y se prev¨¦ que, a finales de 2019, se sit¨²e por debajo del 10%. Ante la perspectiva de un d¨¦ficit de trabajadores, las empresas no tienen m¨¢s remedio que elevar su productividad. Algo que abre la v¨ªa a mejoras salariales y favorece la movilidad de personas que buscan empleo desde otros lugares. De lo contrario, la expansi¨®n tocar¨¢ techo en estas comunidades.
Un caso distinto es el de amplias zonas rurales y del interior peninsular, que se enfrentan a un problema de despoblaci¨®n. Aunque el empleo crece poco, la ca¨ªda de la poblaci¨®n activa se traduce en una notable disminuci¨®n del desempleo. Lugo y Soria, por ejemplo, son de las provincias con menos tasa de paro. Para estos territorios, el desaf¨ªo est¨¢ en retener poblaci¨®n y a la vez atraer nuevos activos j¨®venes.
Exportaciones auton¨®micas
Durante los tres primeros trimestres, el n¨²mero de turistas se ha estancado en comparaci¨®n con el mismo periodo de 2017, lo que ha provocado una desaceleraci¨®n en las comunidades aut¨®nomas receptoras, sobre todo los dos archipi¨¦lagos. Las exportaciones de bienes tambi¨¦n crecen a menor ritmo (un 1,8%), pero sin perjudicar especialmente a las comunidades m¨¢s exportadoras o industriales. Una explicaci¨®n es que los territorios que m¨¢s exportan son tambi¨¦n los que producen bienes de equipo y bienes intermedios, que se benefician del tir¨®n de la inversi¨®n, a nivel nacional como en el resto de Europa.
As¨ª pues, la coexistencia de estos tres d¨¦ficits territoriales ¡ªde empleos, de trabajadores y de poblaci¨®n activa¡ªpodr¨ªa convertirse en uno de los principales desequilibrios del mercado laboral espa?ol, y limitar los avances en la lucha contra el paro. Otro riesgo es la elevada temporalidad del empleo, que comparten todas las regiones, aunque con m¨¢s o menos intensidad.
La movilidad es una soluci¨®n, y es un hecho que va en aumento. Seg¨²n el ¨²ltimo informe de movilidad del Servicio P¨²blico de Empleo Estatal, la movilidad inter-auton¨®mica se increment¨® m¨¢s de un 60% entre 2013 y 2017. Adem¨¢s, las comunidades receptoras son las que m¨¢s oportunidades de empleo ofrecen. Sin embargo, el coste de la vivienda en estas comunidades y la inadecuaci¨®n de cualificaciones entre mano de obra disponible y demanda de las empresas siguen actuando como frenos. Espa?a carece de los potentes incentivos monetarios a los desempleados que cambian de residencia en pa¨ªses n¨®rdicos y Reino Unido. Tampoco se ha aprovechado todo el potencial de la tecnolog¨ªa digital para mejorar la interconexi¨®n entre oficinas de empleo, de modo que las vacantes se den a conocer con rapidez en todo el pa¨ªs.
Pero la movilidad no es la panacea. Tiende a agravar los problemas de despoblaci¨®n y de envejecimiento de la Espa?a vac¨ªa. Y la emigraci¨®n de personas cualificadas erosiona el potencial de crecimiento de las comunidades que intentan converger, como se ha visto en los Lander del este de Alemania.
Por tanto, conviene complementar la movilidad del trabajo con estrategias de desarrollo local, que consisten en atraer inversi¨®n en capital f¨ªsico y humano. Asturias, Galicia y Valencia han reducido la desocupaci¨®n con iniciativas de modernizaci¨®n del tejido productivo. C¨¢diz y M¨¢laga, pese a estar enclavadas en una comunidad con mucho paro, ostentan el r¨¦cord de creaci¨®n de empleo desde el inicio de la recuperaci¨®n (despu¨¦s de Baleares), con un crecimiento acumulado de cerca del 30%, pr¨¢cticamente el doble de la media nacional. La pol¨ªtica territorial tiene que ser multidimensional para que los desequilibrios regionales no lastren el crecimiento de la econom¨ªa.
Raymon Torres es director de Coyuntura en Funcas. En Twitter, @RaymondTorres_
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