¡®Cierrabares¡¯ tambi¨¦n es una estad¨ªstica
Las cifras oficiales dicen que Espa?a pierde bares de forma continuada desde 2010
M¨¢s de la mitad de los encuestados sobre si creen que hay menos bares en Espa?a, me preguntaron si estaba borracho. Es decir, si les llamaba desde un bar. A veces la realidad parece que va por un lado y los n¨²meros por otro, pero es la misma. Desde 2010, Espa?a pierde bares, que es como si un pa¨ªs estuviese perdiendo sangre. Hay 18.000 menos, y en 2017 volvi¨® a reducirse el n¨²mero. En la actualidad hay 184.430, n¨²meros ofrecidos esta semana por la Federaci¨®n Espa?ola de Hosteler¨ªa.
¡°Yo s¨ª lo noto, s¨ª¡±, dice el actor Antonio Dur¨¢n 'Morris', una de las estrellas de la serie Fari?a y con un recorrido art¨ªstico de d¨¦cadas. ¡°Al menos en Vigo han desaparecido muchos cl¨¢sicos, bares antiguos que eran casi una biograf¨ªa para nosotros¡±. Morris fue el due?o de uno de esos bares que cita, el Viva Zapata, una cantina zapatista llena de motivos mexicanos y que inaugur¨® el D¨ªa de los Muertos de principios de los noventa; dur¨® 13 a?os. ¡°Es un trabajo sacrificado que nunca volver¨¦ a hacer. Adem¨¢s, era una cantina peque?a, con poco espacio entre los clientes y yo, y aquello pod¨ªa ser insoportable: no parabas quieto un segundo. Pero yo estaba en un mal momento y ten¨ªa que hacer algo, as¨ª que mont¨¦ el bar, que pudo echarme a perder definitivamente. No lo hizo¡±.
El motivo de cierre del Viva Zapata ejemplifica el cierre de muchos otros bares, en especial los cl¨¢sicos: el edificio en el que se encontraba iba a derrumbarse. ¡°Y por eso desaparecen los bares bonitos, o los que me gustan a m¨ª: los edificios se tiran o se reforman, y los due?os, que generalmente son mayores y est¨¢n muy cansados, echan el cierre¡±, dice Morris sin pasar por alto el Eligio, la verdadera catedral de Vigo, que cerr¨® en 2015, bar de culto de Lugr¨ªs, Cunqueiro, Blanco Amor o Laxeiro. ¡°Dicen que reabre¡±, se despide el actor.
Los n¨²meros de la federaci¨®n de hosteleros dan una nueva dimensi¨®n al concepto de cierrabares, dicho de esa persona que no se va hasta que se empieza a bajar la verja; cierrabares tambi¨¦n empieza a ser una estad¨ªstica.
Espa?a es un pa¨ªs acostumbrado no a ir a bares, sino a bajar a bares
Para protegerse de los cierres, Casa Curr¨¢s manda en su negocio: son los propietarios de la taper¨ªa m¨¢s antigua de Lal¨ªn (Pontevedra), abierta desde 1941. La tercera generaci¨®n est¨¢ al mando y la cuarta de camino. ¡°O lo tienes en propiedad o es un negocio familiar, si no est¨¢s muy expuesto a las subidas de los alquileres. Y muchas veces para que un bar funcione se necesita una paciencia que el dinero no da, claro¡±, dice Jos¨¦ Antonio Gonz¨¢lez Curr¨¢s, cuyo hijo ya est¨¢ trabajando con ¨¦l. El s¨¢bado Curr¨¢s terminar¨¢ el d¨ªa habiendo servido 145 cocidos entre comidas y cenas.
¡°?Pueden acabar con los bares, pero no con la cultura del bar?¡±, le pregunto. Salta al otro lado del tel¨¦fono inmediatamente: ¡°Ni con una cosa ni con otra. Porque las tabernas son universidades. T¨² vienes a la barra, te sirves un vino y escuchas a las personas mayores, y aprendes m¨¢s de la vida en una tarde que en muchos a?os. Pero hay que escucharlas, prestar atenci¨®n¡±.
"Un bar es una familia, se cuida entre todos", dice Curr¨¢s, cuya taper¨ªa en Lal¨ªn tiene m¨¢s de 70 a?os
?Y para que dure un bar? ¡°Un bar es una familia, se cuida entre todos. Curr¨¢s lleva cuidando esta casa m¨¢s de 70 a?os, ha crecido y cambiado como hemos crecido y cambiado nosotros, y nuestro mejor cliente puede tener 80 a?os o 16, nos da igual¡±.
Espa?a es un pa¨ªs acostumbrado no a ir a bares, sino a bajar a bares. Eso es porque normalmente hay un bar debajo de casa; basta coger el ascensor y salir del portal, cuando el bar no es el portal mismo. En mi caso, el bar no se diferenciaba de mi casa porque estaba dentro de ella: era el bajo, lo regentaba mi abuelo y yo ayudaba desde que tengo uso de raz¨®n; a veces no llegaba a la barra para poner los vinos, y el cliente se met¨ªa dentro, me elevaba y yo le rellenaba la cunca.
Un mundo de hombres
Y como dice Curr¨¢s desde Lal¨ªn, no he vuelto a escuchar nunca a tanto viejo junto, ni he vuelto a asistir jam¨¢s al espect¨¢culo de hombres que, con las horas y el vino, se derrumban y se sinceran con historias terribles o, en su defecto, se violentan hasta querer matarse.
Era, como las lectoras est¨¢n adivinando, un mundo de finales de los ochenta en el que ese bar, y tantos otros, era ocupado ¨²nicamente por hombres; por tanto, un espacio amputado. Tambi¨¦n era un bar-peluquer¨ªa; mi abuelo, que hab¨ªa sido peluquero en la Armada, le cortaba al pelo a los borrachos por no cortarles el cuello: les pon¨ªa el mandil¨®n, sacaba la tijera y el peine y los dejaba como ni?os-pera. Toda mi vida, para dejar un momento de ver cosas incre¨ªbles, he tenido que salir de un bar.
Hace un a?o, otro estudio de la Federaci¨®n Espa?ola de Hosteler¨ªa anunci¨® que un pueblo de Huesca, Sallent de G¨¢llego, era el municipio con la tasa m¨¢s alta de bares: 15,7 por cada 1.000 habitantes; cinco veces m¨¢s que la media nacional.
Pero Madrid segu¨ªa siendo, con l¨®gica, la ciudad con m¨¢s bares: 6.758. All¨ª, Abdul Chac¨®n ha cerrado de momento su etapa de 18 a?os en la hosteler¨ªa (tiene 36) en la Taberna Agrado. ¡°Para sobrevivir, compromiso y muchas ganas. Y aunque las cifras digan que hay menos bares en Espa?a, siempre ser¨¢n suficientes porque eso es lo que nunca muere: es el primer lugar de ocio, algo imbatible¡±.
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