Los hombres duros y su postura ante el dinero
Imprimir billetes provoca, m¨¢s que ninguna otra cosa, reacciones viscerales en contra desde la derecha
A los que me leen desde hace tiempo, esto les puede resultar dif¨ªcil de creer. Al fin y al cabo, afirm¨¦ que Paul Ryan era un ¡°embustero¡± cuando todos los chicos guais hablaban efusivamente de su valent¨ªa y su honestidad, y le daban premios por su responsabilidad fiscal. (Los acontecimientos han zanjado el asunto: s¨ª, era, y es, un embustero.)
Predije muy pronto y a menudo que las quejas de los republicanos por los males de la deuda desaparecer¨ªan en cuanto ocupasen la Casa Blanca; y como era de esperar, despu¨¦s de obligar a EE UU a adoptar una austeridad destructora del empleo cuando la econom¨ªa estaba d¨¦bil, al llegar al poder aumentaron el d¨¦ficit presupuestario con un recorte fiscal para las empresas y los ricos, a pesar del bajo desempleo.
Pero aunque me mantengo en mis trece en cuanto a mi apreciaci¨®n del fraude fiscal de la derecha, me tomaba en serio su l¨ªnea dura monetaria. Cre¨ªa que todas esas advertencias funestas sobre las consecuencias inflacionarias de los esfuerzos de la Reserva Federal para luchar contra el elevado desempleo, el constante matraqueo sobre los males de la impresi¨®n de dinero, se basaban en unas preocupaciones reales, est¨²pidas, pero reales.
Tonto de m¨ª.
Los republicanos quieren dolor y sufrimiento cuando hay un presidente dem¨®crata y una fiesta cuando ganan los suyos
No resulta sorprendente que el Individuo 1, que arremet¨ªa contra la Reserva por mantener los tipos de inter¨¦s bajos cuando Barack Obama era presidente, exija que mantenga los tipos bajos ahora que est¨¢ en la Casa Blanca. Despu¨¦s de todo, nadie ha acusado nunca a Donald Trump de tener opiniones coherentes y ejemplares sobre pol¨ªtica monetaria (o cualquier otra cosa). Pero s¨ª deja de piedra o¨ªr a tantas voces conservadoras ¡ªincluida, incre¨ªblemente, la p¨¢gina editorial de The Wall Street Journal¡ª haci¨¦ndose eco de las exigencias de Trump.
Es dif¨ªcil exagerar lo constantes e intensos que The Wall Street Journal y otros de ideas afines sol¨ªan ser en sus ataques al dinero f¨¢cil. Muchos analistas han se?alado que hace tres a?os ese diario declar¨® que los tipos de inter¨¦s bajos eran malos para la econom¨ªa.
Pero eso carec¨ªa de importancia en comparaci¨®n con las declaraciones del peri¨®dico durante la crisis financiera. Por ejemplo, atac¨® y ridiculiz¨® a Ben Bernanke por bajar los tipos de inter¨¦s en diciembre de 2008, es decir, en una ¨¦poca en la que la econom¨ªa estaba en ca¨ªda libre y necesitaba desesperadamente toda la ayuda que pudiera conseguir.
Ahora bien, se podr¨ªa decir que la explicaci¨®n al cambio radical de la derecha en cuanto a la pol¨ªtica monetaria es la misma que la de su cambio radical en cuanto a los d¨¦ficits, es decir, los republicanos quieren dolor y sufrimiento cuando hay un presidente dem¨®crata, y una fiesta continua cuando uno de los suyos ocupa la Casa Blanca. Y sin duda, esta es la impresi¨®n que da ahora. Pero yo pensaba antes que hab¨ªa algo m¨¢s en esta historia.
Ver¨¢n ustedes, como experto que, bueno, recibe muchos mensajes de odio, he aprendido que la cuesti¨®n de si a veces tiene sentido imprimir dinero provoca m¨¢s reacciones viscerales en la derecha que cualquier otra. Si afirmas que Trump es una marioneta rusa corrupta, recibes unos cuantos ataques, pero nada comparado con lo que recibes si dices que volver al patr¨®n oro ser¨ªa una mala idea o que la relajaci¨®n monetaria no es necesariamente inflacionaria.
Mucha gente de derechas se vuelve loca ante cualquier insinuaci¨®n de que el dinero es algo que hay que gestionar y que no hay que tratarlo como algo sagrado en lo que los mortales no deben entrometerse. Lo ¨²nico que s¨¦ que provoca ataques parecidos son las cr¨ªticas al bitcoin, un tema en el que se mezcla un poco de esa misma estupidez libertaria con una gran cantidad de jerga t¨¦cnica incomprensible. Y la reacci¨®n emocional de la derecha ante la pol¨ªtica de la Reserva ¡ªsu odio por usar la imprenta para estimular la econom¨ªa, independientemente de las circunstancias¡ª siempre me pareci¨® verdadera.
Nunca pens¨¦ que a Paul Ryan le preocupase realmente el d¨¦ficit, pero cre¨ªa en su afirmaci¨®n de que sus opiniones sobre la pol¨ªtica monetaria se basaban en la denuncia del papel moneda como una forma de saqueo en La rebeli¨®n de Atlas de Ayn Rand. Es m¨¢s, la opini¨®n de que imprimir dinero siempre es algo horrible parec¨ªa extremadamente duradera, a pesar de su ininterrumpido historial de fallos en los pron¨®sticos. La gente que advert¨ªa de la amenaza de la inflaci¨®n en 2009 sigui¨® advirti¨¦ndonos sobre ella a?o tras a?o, a pesar de que siguiera sin materializarse. Luego Trump decidi¨® presionar a la Reserva, y muchos de los hombres que antes manten¨ªan una postura dura en cuanto al dinero se convirtieron en hombres favorables al dinero f¨¢cil de la noche a la ma?ana. Y lo digo m¨¢s o menos literalmente. Pensemos en Kevin Warsh, un ex miembro del consejo directivo de la Reserva Federal al que durante un tiempo se le consider¨® un posible presidente de la Reserva. Hasta hace dos meses siempre estuvo a favor de unos tipos de inter¨¦s m¨¢s altos, pero esta semana escribi¨® de repente un art¨ªculo de opini¨®n en el que ped¨ªa a la Reserva que dejase de subir los tipos.
Por cierto, existe un argumento razonable (que acepto) seg¨²n el cual la Reserva deber¨ªa, sin duda, detener su campa?a de subida de los tipos, e incluso que la subida de esta semana ha sido un error. Pero este argumento deber¨ªa plantearse bas¨¢ndose en principios econ¨®micos fundamentales, no para tratar de conseguir un beneficio pol¨ªtico, y menos a¨²n porque es lo que Donald Trump quiere.Sin embargo, esto es lo que est¨¢ pasando. Hoy en d¨ªa, todo lo que hace el Partido Republicano est¨¢ relacionado con el poder; no se atendr¨¢ a ning¨²n principio si eso tiene alg¨²n coste pol¨ªtico. Y es un partido que pertenece a Trump: lo que ¨¦l dice es la l¨ªnea del partido, en todos y cada uno de los temas. Resulta que el trumpismo arrolla a todo lo dem¨¢s, incluso a Ayn Rand.
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa. @ The New York Times, 2018. Traducci¨®n de News Clips
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