El M¨¦xico sin cuenta bancaria, un fest¨ªn para las ¡®startups¡¯ financieras
El emprendimiento con nuevas tecnolog¨ªas florece en el pa¨ªs norteamericano, un terreno f¨¦rtil gracias a la baja penetraci¨®n de la banca tradicional
El grupo mariachi Imperio de M¨¦xico se quedaba a menudo con la miel ¡ªy el dinero¡ª en los labios. Cobraban 400 pesos (20 d¨®lares) por tres canciones, un precio promedio, pero muchos de sus clientes potenciales ya no cargaban con suficiente efectivo: solo tarjeta. El negocio ca¨ªa: ¡°No alcanzo; mejor lo dejamos para otra noche¡±, se disculpaban. Sin embargo, desde hace seis meses la tecnolog¨ªa les lanz¨® un salvavidas: un dispositivo de pago con tarjeta que se compra f¨¢cilmente en tiendas y que se conecta al tel¨¦fono m¨®vil. Ahora, El Rey, cl¨¢sico de cl¨¢sicos del repertorio mariachi, puede sonar sin obst¨¢culo. Al menos, en lo pecuniario.
Detr¨¢s del aparato salvador est¨¢ Clip, una fintech, el anglicismo bajo el cual se conoce a las empresas dedicadas a darle una vuelta de tuerca innovadora a los procesos financieros a trav¨¦s de las nuevas tecnolog¨ªas. M¨¦xico vive un auge de este tipo de startups, impulsadas por la baja penetraci¨®n de las entidades financieras tradicionales y el incremento del capital de inversi¨®n disponible. De reciente creaci¨®n ¡ªla mitad de las m¨¢s de 300 que hay, emergieron en el ¨²ltimo a?o y medio, seg¨²n la organizaci¨®n especializada Finnovista¡ª, han encontrado en el pa¨ªs un campo f¨¦rtil para desarrollar soluciones a la exclusi¨®n financiera de personas y peque?os negocios como el de los mariachi. Y se han convertido en el buque insignia del ecosistema emprendedor mexicano, de evoluci¨®n m¨¢s lenta que en otros pa¨ªses latinoamericanos, como Brasil o Argentina.
¡°M¨¦xico est¨¢ hot¡±, asegura Mauricio Cordero, exbanquero de 33 a?os y director general para Am¨¦rica Latina de Payjoy, una startup estadounidense que financia la compra de smartphones. Desde que se instalaron en el pa¨ªs norteamericano, en 2016, el negocio se ha disparado. En el primer a?o, ya ten¨ªan cuatro veces m¨¢s clientes que en Estados Unidos. Las razones de su ¨¦xito y, en general el del sector fintech son demogr¨¢ficas ¡ªm¨¢s de 120 millones de habitantes¡ª y geogr¨¢ficos ¡ªla cercan¨ªa de EE UU, atado a M¨¦xico por un acuerdo comercial reci¨¦n renegociado, y, m¨¢s espec¨ªficamente, a Silicon Valley¡ª. Pero tambi¨¦n son fundamentales los bajos niveles de bancarizaci¨®n de un pa¨ªs en el que la econom¨ªa informal emplea a m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n.
Menos de cuatro de cada 10 mexicanos tiene una cuenta bancaria, seg¨²n el Banco Mundial, mucho menos que que en Brasil ¡ª70%¡ª o Argentina ¡ªcasi el 50%¡ª. Esto hace del pa¨ªs un caramelo para los emprendedores. ¡°El auge fintech es un movimiento internacional, pero lo que vuelve a M¨¦xico particularmente atractivo es el porcentaje de poblaci¨®n que todav¨ªa no tiene acceso a servicios financieros¡±, explica Eduardo Guraieb, jefe de Fintech M¨¦xico, que re¨²ne a 79 firmas del sector.
Este d¨¦ficit ha sido el trampol¨ªn de las startups, que han buscado cubrir el hueco dejado por la banca. El nicho de los pr¨¦stamos digitales es uno de los que m¨¢s ha crecido. Tiene sentido: de las cuatro millones de pymes mexicanas, menos del 9%, logr¨® acceder al cr¨¦dito en 2016, seg¨²n la OCDE. Aun as¨ª, la cifra representa un incremento del 30% respecto a siete a?os atr¨¢s, gracias, en parte, a la apertura de fuentes de financiaci¨®n alternativas.
Konf¨ªo es una de ellas. Fundada hace cuatro a?os, proporciona pr¨¦stamos empresariales de entre 2.500 y 100.000 d¨®lares, cantidades demasiado bajas para las entidades tradicionales. ¡°Entre el microcr¨¦dito y el cr¨¦dito bancario no hay mucho. Atendemos a un segmento que no tienen el nivel institucional que requiere un banco¡±, explica David Arana, cofundador de la startup. La cartera crece, seg¨²n sus cifras, a un ritmo del 500% anual. Sus pr¨¦stamos no exigen garant¨ªa ni aval y los tiempos de concesi¨®n son mucho menores: de una semana como m¨¢ximo. Y llegan, adem¨¢s, al ¨¢mbito rural, donde la presencia bancaria es escasa.
Los casos de ¨¦xito han impulsado la competencia. En 2012, Adolfo Babatz, que trabajaba para Paypal en San Francisco, vio una oportunidad en su pa¨ªs natal: ¡°Solo el 9% de los comercios acepta tarjeta, y hay muy poca competencia en servicios financieros¡±. As¨ª surgi¨® la idea de Clip, que ofrece dispositivos de pago con tarjeta. Levantaron un mill¨®n y medio de d¨®lares para empezar y hoy est¨¢n entre los tres procesadores de pagos m¨¢s grandes por comercios adheridos, junto con Banamex y Bancomer, los dos mayores bancos mexicanos. Al calor del ¨¦xito de Clip han salido al mercado decenas de empresas de corte similar. Hay, incluso una asociaci¨®n gremial. Pero a Babatz no le preocupa la competencia: ¡°Tenemos tal nivel de atraso que hay mucho espacio¡±.
El atractivo mexicano se mide en millones de d¨®lares: las inversiones de fondos de capital riesgo en empresas emergentes han pasado de 27 a 80 millones en seis a?os, seg¨²n datos de la Asociaci¨®n de Capital Privado para Am¨¦rica Latina (Lavca). Y es probable que en 2018 se bata un r¨¦cord ¡ªen tan solo medio a?o ya se ha alcanzado pr¨¢cticamente la misma cifra que para todo el a?o anterior¡ª. Las fintech reciben casi un tercio de este dinero. Fernando Lelo de Larrea, cofundador de ALLVP, uno de los principales fondos nacionales de capital riesgo, ha visto madurar al sector: ¡°Las startups ya no hacen solo copy cut [la importaci¨®n y copia de modelos de negocio de otros pa¨ªses]; ahora empiezan a hacer adaptaciones mejores a las necesidades del mercado con tecnolog¨ªa latinoamericana de primer nivel¡±.
Con la consolidaci¨®n sectorial, el levantamiento de fondos tambi¨¦n ha cambiado. Hasta hace poco, dominaban las family offices (plataformas de inversi¨®n familiares) y los fondos profesionales eran escasos, por lo que empresas como Clip o Konf¨ªo ten¨ªan que salir al extranjero. Eso ha cambiado con la aparici¨®n de un n¨²mero importante de fondos potentes. ¡°El cuello de botella para la creaci¨®n de empresas no es el capital¡±, asegura Lelo de Larrea, de ALLVP. El mercado mexicano tambi¨¦n ha abierto el apetito internacional. Uno de ejemplos m¨¢s claros es QED, fondo estadounidense que hizo su primera incursi¨®n regional en Brasil en 2014, ampli¨® actividades a M¨¦xico ¡ªdonde ha invertido en Konf¨ªo¡ª y ahora tiene dos plataformas dedicadas en exclusiva a Am¨¦rica Latina.
Pese a los avances, el ecosistema todav¨ªa est¨¢ afianz¨¢ndose. El capital se concentra en las etapas m¨¢s tempranas, pero escasea la oferta por encima de los 10 millones de d¨®lares por inversi¨®n. ¡°Para levantar m¨¢s de 15, hay que salir fuera¡±, asegura Babatz, de Clip. En capital invertido, M¨¦xico todav¨ªa est¨¢ muy lejos de Brasil: 154 millones en a?o y medio, frente a los 1.400 de Brasil, seg¨²n datos de Lavca. Diez veces menos, pese a que el PIB mexicano es m¨¢s de la mitad del brasile?o. Adem¨¢s, ninguna startup mexicana ha sido evaluada por encima de 1.000 millones de d¨®lares, esa barrera sagrada que diferencia a las ¡®unicornio¡¯ del resto. En 2018, seis empresas brasile?as llegaron a esa categor¨ªa, seg¨²n Lavca, y Colombia, una econom¨ªa mucho m¨¢s peque?a, tambi¨¦n tiene dos.
Para la mayor¨ªa de actores del ecosistema, el esperado unicornio mexicano es solo cuesti¨®n de tiempo. ¡°No nos tenemos que obsesionar¡±, cierra Lelo de Larrea. ¡°El ecosistema tiene una base s¨®lida y una evoluci¨®n estable¡±. La madurez de las startups, aquellas que est¨¢n un estado avanzado de desarrollo, alcanza ya el 60% en el pa¨ªs, seg¨²n el BID. El pastel mexicano es grande y las fintech todav¨ªa tienen mucho fest¨ªn por delante.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.