Draghi alerta de los riesgos al alza en 2019 y dice que est¨¢ listo para actuar si en preciso

Hace tiempo que los organismos internacionales alertan de un empeoramiento generalizado de la coyuntura. Comenz¨® el Fondo Monetario Internacional en octubre en Bali, cuando aventur¨® que ¡°el clima est¨¢ empezando a cambiar¡±. El tiempo no ha hecho m¨¢s que confirmar lo motivado de sus preocupaciones. El organismo que encabeza Christine Lagarde recort¨® esta semana sus previsiones de crecimiento para todo el mundo, pero especialmente para la eurozona, a la que ahora pronostica para este a?o un alza del PIB del 1,6%. El BCE hizo algo parecido el mes pasado. Y los indicadores que llegan de grandes pa¨ªses como Alemania e Italia sirven de abono para el pesimismo.

Draghi jug¨® el jueves entre dos aguas. Por un lado, endureci¨® su discurso. Los riesgos ya no est¨¢n ¡°equilibrados¡±, como dec¨ªa hace semanas, sino que han crecido hasta empujar a la baja las perspectivas de crecimiento. Fue entonces cuando mencion¨® las persistentes incertidumbres, ¡°sobre todo geopol¨ªticas¡±, que contribuyen a deprimir los ¨¢nimos. Y aqu¨ª influyen tanto factores intraeuropeos ¡ªdudas en Italia, problemas en el sector automotriz alem¨¢n, incertidumbre sobre c¨®mo y cu¨¢ndo va a salir Reino Unido de la UE...¡ª como globales ¡ªralentizaci¨®n en China, fin de los efectos de la reforma fiscal en EE UU, tensiones comerciales, problemas en los emergentes...¡ª.

Tras describir las amenazas que rodean a la eurozona, Draghi sac¨® a relucir el poder¨ªo del BCE. Frente a aquellos que creen que las pol¨ªticas extraordinarias de los ¨²ltimos a?os le han dejado sin margen de maniobra ante nuevas crisis, el italiano que a¨²n estar¨¢ nueve meses al frente de la nave quiso dejarles claro que se equivocan. Recalc¨® que el Eurobanco dispone de un malet¨ªn repleto de herramientas. ¡°Tenemos muchos instrumentos y estamos preparados para usarlos o ajustarlos seg¨²n la coyuntura¡±, dijo. Incluso desliz¨® un ¡°lo que sea necesario¡± que record¨® a aquellas palabras que pronunci¨® en 2012, en lo m¨¢s duro de las tormentas financieras que asolaban a la eurozona, y que tuvieron un efecto decisivo para asegurar la supervivencia de la uni¨®n monetaria.

Entre las herramientas a las que el BCE podr¨ªa recurrir para ahuyentar los miedos, los analistas contaban con una nueva subasta de liquidez ilimitada para los bancos, como las aprobadas en 2012 y 2017. Pero Draghi, que destac¨® lo ¡°¨²tiles y eficaces¡± que fueron estas lluvias de dinero, rebaj¨® las expectativas de una nueva ronda de liquidez que aliviar¨ªa a un sector financiero agobiado por la p¨¦rdida de rentabilidad.

Los tipos de inter¨¦s quedan como uno de los recursos que el BCE podr¨¢ modular en funci¨®n de los acontecimientos. A la vista de lo o¨ªdo, todo apunta a que Draghi se despedir¨¢ del cargo en octubre sin haber elevado el precio del dinero ni una sola vez.

Comprar tiempo

Lo que Draghi hizo el jueves en Fr¨¢ncfort fue comprar tiempo. Lo necesita para analizar los datos que vayan llegando de todos los rincones de la eurozona. En su reuni¨®n del pr¨®ximo marzo, el Consejo de Gobierno tendr¨¢ que decidir si revisa a la baja las perspectivas de crecimiento para la uni¨®n monetaria. Lo hizo ya el pasado diciembre, y una nueva rebaja significar¨ªa que los problemas son serios. ¡°Si todos estos factores que he mencionado persistieran, la debilidad de la econom¨ªa ser¨¢ m¨¢s larga de lo que esperamos¡±, resumi¨® el jefe del BCE.

Las pr¨®ximas semanas son cruciales para saber a qu¨¦ nivel de dificultades se enfrenta la econom¨ªa europea. Los responsables p¨²blicos reh¨²yen la palabra recesi¨®n, y prefieren pensar que se trata de un mero baj¨®n que se est¨¢ alargando m¨¢s de lo esperado. Del riesgo de recesi¨®n habl¨® en Davos, en una entrevista con Bloomberg, el consejero delegado del banco franc¨¦s Natixis, Jean Raby. Draghi est¨¢ decidido a hacer todo lo que est¨¦ en su mano para ahuyentar ese riesgo.