Wolfgang Streeck: ¡°Hay que romper el euro, y pronto¡±
¡°El 'crash' de Lehman Brothers puede repetirse en cualquier momento¡±, vaticina el soci¨®logo
Traje gris, camisa oscura y un hablar reposado, casi anodino: a primera vista no hay absolutamente nada que haga pensar que el intelectual alem¨¢n Wolfgang Streeck es uno de los mayores pesimistas del Atl¨¢ntico Norte. Salvo quiz¨¢ un discreto bigote pessoano, que anticipa el desasosiego que dejar¨¢ una hora de conversaci¨®n con ¨¦l: un aire de plaga de ¨²lceras con el que hace acopio de hechos y conjeturas para concluir que el capitalismo va camino del desastre. El t¨ªtulo de su ¨²ltimo libro es su mejor carta de presentaci¨®n: en ?C¨®mo terminar¨¢ el capitalismo? concluye, en un tono de Antiguo Testamento, que la credibilidad de las instituciones democr¨¢ticas se desploma y que la socialdemocracia ¡ªen la que ¨¦l milit¨®¡ª ha fracasado miserablemente. Extra?a mezcla de agudo analista, moralista y profeta, el soci¨®logo de cabecera del prestigioso Instituto Max Planck argumenta que hay que romper el euro y que el fuselaje del sistema financiero amenaza derribo. ¡°El crash de Lehman Brothers puede repetirse en cualquier momento¡±, vaticina con un fatalismo sin fisuras.
Streeck estuvo el pasado jueves en Madrid para dar una charla en un ciclo de conferencias organizado por la Fundaci¨®n Ram¨®n Areces. Los asistentes (y el entrevistador) salieron l¨ªvidos: la Gran Crisis es ¡°un fracaso del sistema y de las ideas que lo sosten¨ªan¡±, ¡°un malentendido general para el que quiz¨¢ no hay soluci¨®n¡±.
¡°No lo entiendo, despierten¡±, dice sobre la admiraci¨®n a Merkel en Espa?a
Pregunta. Desde Marx hemos o¨ªdo hablar del final del capitalismo, pero el apocalipsis casi siempre defrauda a sus profetas. ?Por qu¨¦ va a ser diferente esta vez?
Respuesta. No digo que el capitalismo vaya a explotar en pleno vuelo: digo que el sistema se ha metido en un limbo y est¨¢ en franca decadencia. La gobernabilidad del capitalismo democr¨¢tico tal como la conocimos en los a?os sesenta ha desaparecido. La hiperglobalizaci¨®n neoliberal lo ha hecho inmanejable. El bipartidismo est¨¢ zombi, la mezcla de incertidumbre y miedo est¨¢ haciendo mella en nuestras sociedades y la prueba es la aparici¨®n de nuevos partidos que desaf¨ªan abiertamente el mal llamado orden liberal. Los Estados se han metido en formidables crisis fiscales, y la combinaci¨®n con niveles de desigualdad lacerantes y formidables endeudamientos ha dejado sin herramientas a los Estados. A diferencia de lo que ocurre con los accidentes a¨¦reos, las crisis se han vuelto m¨¢s frecuentes, no menos: quiz¨¢ porque el avi¨®n es demasiado peligroso. El malestar es general.
P. Quiz¨¢ parte de ese malestar est¨¦ m¨¢s basado en percepciones que en hechos: la esperanza de vida est¨¢ en m¨¢ximos, millones de personas salen de la pobreza.
R. No soy un pesimista irredento: lo que defiendo es que la credibilidad de las instituciones se desploma y eso no tiene nada que ver con la esperanza de vida. Mire, en la historia del capitalismo se han sucedido las crisis. La novedad es que ahora esas crisis se superponen y se refuerzan mutuamente. Con un sistema financiero fuera de control, el matrimonio de posguerra entre capitalismo y democracia va rumbo al divorcio.
P. ?Cu¨¢ndo llegar¨ªa entonces el batacazo definitivo?
R. Estamos en un limbo: quiz¨¢ no veamos un crash, pero s¨ª una decadencia m¨¢s o menos r¨¢pida, seg¨²n funcionen o no las ocurrencias de los Gobiernos y los bancos centrales para salvar pelotas de partido. Vamos hacia un largo periodo de improvisaciones que pueden llegar a ser muy arriesgadas, y en ¨²ltimo t¨¦rmino nefastas.
¡°El ¡®crash¡¯ de Lehman puede repetirse en cualquier momento¡±
P. ?El whatever it takes (cueste lo que cueste) de Draghi fue una ocurrencia? ?La compra de bonos no era imprescindible? ?Qu¨¦ habr¨ªa hecho usted?
R. Yo no soy Draghi, ni he trabajado en Goldman Sachs. El BCE es una bestia extra?a: tiene que dar una receta ¨²nica para pa¨ªses muy distintos, no rinde cuentas a nadie y ha acabado derrocando Gobiernos, como vimos en Grecia o Irlanda, o enviando cartas a primeros ministros para que hicieran reformas, como vimos en Espa?a o Italia. La monta?a de deuda que ten¨ªamos no se ha esfumado; sigue ah¨ª. Los economistas que m¨¢s saben de banca dicen que el sistema sigue fuera de control, y que en cualquier momento puede haber otro Lehman.
P. La eurozona ha resistido.
R. Espa?a sigue con un paro del 15% una d¨¦cada despu¨¦s de Lehman. Italia va camino de una tercera recesi¨®n. La salida de la crisis de Grecia es un chiste. Hay sacudidas pol¨ªticas ¡ªnuevos movimientos y partidos¡ª en toda Europa: los chalecos amarillos en Francia son la expresi¨®n de ese Estado del malestar. Las p¨¦simas expectativas de la gente, que es consciente de que esta generaci¨®n vivir¨¢ peor que la de sus padres, est¨¢n decant¨¢ndose en forma de potenciales conflictos pol¨ªticos y una enorme inestabilidad. Hay que romper el euro, y pronto.
P. ?C¨®mo dice?
R. El euro fue un error colosal.
P. ?El coste de romperlo no es como para pens¨¢rselo dos veces?
R. Se han metido ustedes mismos en un rinc¨®n, en una camisa de fuerza. Salir del euro ser¨¢ costoso a corto plazo, pero a la larga ser¨ªa incluso m¨¢s costoso seguir en ¨¦l. La Europa del sur sale muy perjudicada del dise?o de la eurozona: el euro es un r¨¦gimen monetario para favorecer a Alemania y a sus exportadores. Es un experimento de autodestrucci¨®n: queda por ver cu¨¢ndo se dan cuenta de eso pa¨ªses como Italia y Espa?a. Es un patr¨®n oro m¨¢s r¨ªgido incluso que el de hace un siglo.
P. Ni siquiera los griegos quisieron irse en lo peor de la crisis.
R. No hay forma de recuperarse de una crisis profunda y deshinchar esas gigantescas burbujas con devaluaciones internas que imponen m¨¢s y m¨¢s austeridad, como ha recetado Merkel a toda Europa, si no se acompa?an de un fuerte crecimiento, que no est¨¢; de inflaci¨®n, a la que no se le espera; o de reestructuraciones de deuda, que Merkel no permitir¨¢. Sin nada de eso a la vista, habr¨ªa que acompa?ar las devaluaciones internas de una devaluaci¨®n externa, de la moneda: con el euro es imposible. Hay que renacionalizar la pol¨ªtica econ¨®mica para tener algo de tracci¨®n.
P. A pesar de ese an¨¢lisis, Merkel es admirada en Espa?a.
R. No lo entiendo. Despierten.
¡°La UE se enfrenta a una lenta agon¨ªa¡±
Nadie puede ser un economista si no es algo m¨¢s, dicen los cl¨¢sicos. Streeck (Lengerich, Alemania, 1946) es soci¨®logo, influyente ensayista y ha ense?ado econom¨ªa en universidades europeas y de EE UU. Y a sus ataques al euro asocia duras cr¨ªticas a la UE. ¡°Espero una lenta agon¨ªa: Alemania gobierna de facto la UE y la ha convertido en una especie de artefacto mercantilista que obedece a sus intereses, mientras los franceses siguen pensando que de alguna forma la Uni¨®n les permite seguir al mando. Pero estamos viendo fracturas Norte-Sur por el euro, Este-Oeste por la inmigraci¨®n y fen¨®menos como el Brexit: la UE es la versi¨®n de aquel adagio que dice que puedes enga?ar a parte del mundo un tiempo, pero no a todo el mundo todo el tiempo. Tenemos culturas econ¨®micas y pol¨ªticas irreconciliables, adem¨¢s de problemas democr¨¢ticos. La tensi¨®n va a ir a m¨¢s¡±. Streeck es un poco m¨¢s optimista con Alemania: ¡°Viene un estancamiento, pero nos ir¨¢ bien mientras sigamos exportando. El problema llegar¨¢ cuando los estadounidenses dejen de comprar nuestros coches, y sobre todo cuando los chinos dejen de hacerlo¡±. La lucha por la hegemon¨ªa China-EE UU, en ese entorno, complica las cosas: ¡°La relaci¨®n entre los pa¨ªses, entre la pol¨ªtica, la econom¨ªa y las finanzas, tiene que ajustarse. De lo contrario se acerca una edad oscura¡±, concluye.
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