Las empresas ya gastan en sueldos tanto como antes de la crisis
El nuevo modelo productivo da m¨¢s peso al beneficio empresarial y resulta menos favorable para los asalariados
En el pico de la burbuja, el conjunto de las empresas no financieras desembolsaron 371.166 millones en sueldos. Once a?os despu¨¦s y con 800.000 asalariados menos, por fin superan esa cota. En 2018, gastaron 374.706 millones, un 0,9% m¨¢s. Aun as¨ª, la cifra en realidad es menor que en 2008 porque la inflaci¨®n fue del 14,3%. Ha costado una d¨¦cada recuperar el nivel en euros. Pero costar¨¢ todav¨ªa m¨¢s recobrar la capacidad de compra del total de asalariados. Sobre todo al ser menos. Al mismo tiempo, en este nuevo modelo sube mucho el beneficio empresarial.
Las cuentas de las empresas dicen mucho sobre el estado de la econom¨ªa once a?os despu¨¦s del estallido de la crisis. Seg¨²n el INE, entre 2008 y 2018 las sociedades no financieras han disparado sus rentas un 62% hasta los 273.771 millones. Tambi¨¦n han engordado, aunque menos, los dividendos que reparten. Estos crecen un 28% hasta los 60.175 millones. Y todo ello pese a la Gran Recesi¨®n.
Por el contrario, la remuneraci¨®n de los asalariados se antoja bastante peor parada. Apenas ha repuntado un 0,9% incluyendo cotizaciones. Se trata de un nuevo modelo productivo en el que se ha sustituido el ladrillo, que exig¨ªa mucho empleo, por otros sectores que o bien pagan menos como la hosteler¨ªa, o bien exportan m¨¢s y necesitan menos trabajadores para la misma producci¨®n. La inversi¨®n en construcci¨®n ha pasado de ser el 20% del PIB al 10%, se?ala Francisco Vidal, economista jefe de Intermoney.
CUENTAS DE LAS EMPRESAS NO FINANCIERAS
Se excluyen la banca, el sector p¨²blico y los aut¨®nomos. En miles de millones de euros.
?Y c¨®mo se llega a este nuevo equilibrio m¨¢s favorable para el capital? Seg¨²n el relato del Banco de Espa?a y tal y como se observa en los datos del INE, en medio del crash financiero, las empresas se vieron obligadas a reaccionar ampliando sus m¨¢rgenes para poder autofinanciarse y devolver deuda. Y esos m¨¢rgenes se ganaron r¨¢pidamente en 2009 a fuerza de ajustar plantillas. En los tres a?os siguientes, se mantuvieron estabilizados a pesar del brutal desplome de la demanda. Por dos v¨ªas: con nuevos ajustes de costes laborales y vendiendo m¨¢s fuera. Entre 2008 y 2013, las rentas salariales que abonaban las empresas se hundieron en unos 65.000 millones de euros. Y el personal que empleaban se recort¨® en unos tres millones de personas. En cambio, los excedentes empresariales se elevaron en unos 30.000 millones de euros.
Los sindicatos consideran que este ajuste se vio reforzado por la reforma laboral. En claro contraste, el Banco de Espa?a cree que esa reforma, al combinarla con el acuerdo de contenci¨®n salarial que firmaron sindicatos y patronal, redujo el n¨²mero de despidos porque permiti¨® ajustar retribuciones en lugar de despedir.
VARIACI?N EN LA ?LTIMA D?CADA
Millones de euros y porcentaje de variaci¨®n
En todo caso, gracias a esas mayores rentas, la deuda empresarial se rebaj¨® con gran celeridad. En unos 370.000 millones entre 2009 y 2017. Tambi¨¦n porque muchas cerraron, dejando esos impagos como un agujero en las cuentas de la banca.
En 2013 y 2014, con los estertores de la crisis y los primeros visos de recuperaci¨®n, las empresas aprovecharon adem¨¢s la ca¨ªda de los competidores e inflaron todav¨ªa m¨¢s sus rentas. Sin embargo, en 2015 los excedentes detuvieron sus robustos crecimientos conforme las compa?¨ªas necesitaban aumentar el empleo para responder a la mejora de la demanda.
Durante esos a?os, seg¨²n el Banco de Espa?a, las compa?¨ªas aprendieron a financiarse con su propia caja. Pasaron de necesitar 44.372 millones solo en 2008 a tener una capacidad de financiaci¨®n positiva de unos 30.000 millones al a?o entre 2015 y 2018. Lo cual representa un paradigma distinto, que al menos permite que la econom¨ªa espa?ola no necesite cr¨¦dito del exterior como ocurri¨® durante la burbuja. Y a este fen¨®meno contribuye la ca¨ªda de los intereses que pagan las empresas. Estas llegaron a soportar una factura de 77.690 millones. Ahora, con menos deuda y una pol¨ªtica monetaria ultralaxa, se sit¨²a en los 21.067 millones.
Hasta ah¨ª parece la t¨®nica normal de una crisis de magnitudes casi desconocidas en la que las sociedades intentaron sobrevivir. Sin embargo, el patr¨®n tom¨® un giro distinto en 2016 y 2017. A pesar de contratar y aumentar la partida de remuneraciones, los excedentes empresariales crecieron a mayor ritmo. El Banco de Espa?a ve un s¨ªntoma de falta de competencia: lo l¨®gico ser¨ªa que al haber m¨¢s demanda entren nuevos competidores y eso comprima los m¨¢rgenes. Pero no ha sucedido as¨ª. Lo que s¨ª ha ocurrido es que los mayores excedentes han permitido mejorar la inversi¨®n?de las empresas. Hasta el punto de que se ha restablecido en euros, si bien no en vol¨²menes. Aun as¨ª, La pregunta que se hacen los expertos es c¨®mo las empresas no invierten aun m¨¢s con tanta capacidad de financiaci¨®n. Tras una crisis financiera, probablemente quieran depender menos de la banca, apuntan.
No obstante, en 2018 se dio un hito importante: subi¨® mucho el gasto salarial y se congel¨® el beneficio. En un contexto de mayores demandas salariales y a la vez intensa competencia global, las compa?¨ªas contrataron y subieron un poco los sueldos sin repercutirlo en los precios. Es decir, cambi¨® un poco el paradigma.
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