Las empresas dedican menos a los sueldos y m¨¢s al dividendo que antes de la crisis
El nuevo modelo productivo, con menos peso de sectores como el de la construcci¨®n, resulta menos favorable para los asalariados
Diez a?os despu¨¦s del inicio de la Gran Recesi¨®n, las empresas espa?olas no financieras obtienen unas rentas por valor de 267.000 millones, unos 98.000 millones m¨¢s que en 2008, seg¨²n datos del INE. Con esas rentas, distribuyen unos 15.000 millones m¨¢s en dividendos, invierten casi tanto como en el pico de la burbuja y se han desendeudado mucho. Sin embargo, dedican unos 10.000 millones menos a salarios pese a producir lo mismo. Se trata de un nuevo modelo con menos ladrillo y m¨¢s exportaciones, que resulta menos favorable para los asalariados pero que tambi¨¦n genera menos deuda.
La econom¨ªa espa?ola ha restablecido los niveles perdidos con la crisis despu¨¦s de una d¨¦cada. Y las empresas son las que han salido mejor paradas. Tomada con datos de cierre de 2017, la fotograf¨ªa de las sociedades no financieras revela que, en su conjunto, estas se encuentran en una situaci¨®n bastante mejor que en 2008. Mientras que las rentas de los hogares se sit¨²an en 686.071 millones y todav¨ªa pierden 28.058 millones respecto a 2008, las empresas obtienen 98.474 millones m¨¢s, alcanzando los 267.680 millones.
El Banco de Espa?a ha explicado este proceso en diversas ocasiones: al enfrentarse con una crisis financiera, las compa?¨ªas reaccionaron elevando sus m¨¢rgenes para poder autofinanciarse a la vez que ca¨ªa la demanda. Es decir, tuvieron que ajustar costes. Y el que m¨¢s r¨¢pido se recort¨® fue el empleo. En pocos a?os, la partida que dedican las empresas a remuneraci¨®n de asalariados se desplom¨® en 65.000 millones. Gracias a este brutal ajuste en medio de la recesi¨®n, consiguieron que en 2009 sus rentas subiesen en unos 30.000 millones hasta los 200.000 millones. Y entre ese a?o y 2012 se mantuvieron estables alrededor de esa cifra a pesar del hundimiento de la demanda dom¨¦stica. Al mismo tiempo, muchas sociedades se volcaron m¨¢s con los mercados exteriores, y el pago por intereses empez¨® a descender a gran velocidad. Las exportaciones y la reducci¨®n de la carga financiera tambi¨¦n contribuyeron decisivamente al mantenimiento de los beneficios.
Tan pronto como lleg¨® la recuperaci¨®n, los excedentes empresariales volvieron a dispararse hasta alcanzar los 267.000 millones a cierre de 2017. En esa fase de expansi¨®n, las empresas ni siquiera ten¨ªan que mejorar sus m¨¢rgenes. Bastaba con el incremento de ingresos que les reportaban las mayores ventas. Durante esos a?os de vuelta al crecimiento, la retribuci¨®n de asalariados tambi¨¦n se recuper¨®. Pero claramente no al mismo ritmo. Con 10.000 millones menos, todav¨ªa no ha recobrado siquiera los niveles de 2008. Y la factura por intereses se ha recortado hasta en 55.000 millones, gracias a la pol¨ªtica monetaria del BCE, la reducci¨®n de deuda y la desaparici¨®n de empresas altamente endeudadas.
?Qu¨¦ han hecho las empresas con ese incremento de rentas por valor de 98.474 millones, un 58% m¨¢s que en 2008? Pues pr¨¢cticamente han logrado volver a las cotas de inversi¨®n previas a la crisis. Adem¨¢s, las compa?¨ªas destinan 15.663 millones m¨¢s a dividendos, un alza del 33%, aunque proporcionalmente dedican menos porque as¨ª se lo permiten las bajas rentabilidades propias de un entorno de tipos bajos.
Pero sobre todo han bajado dr¨¢sticamente la deuda. Han pasado de necesitar endeudarse en unos 44.000 millones en 2008 a obtener unos 34.000 millones de liquidez anual en 2017. Por obra de esa capacidad de financiaci¨®n, la deuda ha ca¨ªdo a plomo en 285.000 millones desde 2009, rondando niveles sobre PIB europeos. De la mano de ese proceso, seg¨²n datos del Banco de Espa?a, han engordado su capital en unos 200.000 millones, de forma que sus pasivos son del mismo tama?o que en 2008, pero con una estructura mucho m¨¢s saneada: est¨¢n m¨¢s capitalizadas con acciones, poseen m¨¢s activos financieros y son menos dependientes de la deuda y, por tanto, de los vaivenes de los tipos de inter¨¦s.
Nuevo equilibrio
En definitiva, se trata de un nuevo modelo con empresas m¨¢s saneadas pero mucho menos favorable para los asalariados. Buena parte de estas cifras se explican por el cambio de sectores operado durante la crisis. Se ha sustituido la construcci¨®n, muy intensiva en mano de obra, por las exportaciones, que precisan menos empleados para producir lo mismo. De hecho, se ha recuperado el PIB con 1,6 millones de ocupados menos. Adem¨¢s, tambi¨¦n ha ganado peso el sector servicios: como explica el n¨²mero dos del FMI, David Lipton, en Espa?a muchos trabajadores desplazados por la crisis han acabado en actividades de servicios menos productivas y, en consecuencia, peor remuneradas. O en trabajos temporales y de la econom¨ªa sumergida, donde es m¨¢s dif¨ªcil mejorar la productividad y, por ende, los sueldos.
Por otra parte, con un desempleo muy elevado, la presi¨®n a la baja sobre los salarios resulta a¨²n mayor en esas profesiones que requieren poca formaci¨®n. La crisis ha alterado por completo el equilibrio de fuerzas. Los sindicatos denuncian que la reforma laboral ha sido, en este sentido, decisiva.
En cualquier caso, como resaltaba un informe de la Comisi¨®n Europea, parece que la baja inflaci¨®n, la competencia de otros pa¨ªses y la todav¨ªa reciente memoria de la crisis han hecho que los trabajadores disminuyan sus reivindicaciones laborales. Tampoco las empresas se encuentran todas en la misma situaci¨®n, precisaba el Banco de Espa?a el mes pasado. Y muchas a¨²n se muestran reacias a subir plantilla, contratando solo de forma temporal. Por el momento, a la luz de estos datos, la recuperaci¨®n no est¨¢ cambiando el nuevo equilibrio de fuerzas.
Problemas de competencia
Seg¨²n los expertos, el comportamiento de las empresas parece l¨®gico en los a?os de dura recesi¨®n, cuando muchas se jugaban la supervivencia. Pero el fuerte repunte de los excedentes registrado durante la recuperaci¨®n puede esconder no solo una nueva realidad laboral. ¡°Los n¨²meros parecen apuntar tambi¨¦n problemas de falta de competencia empresarial en el mercado interno¡±, sostiene un alto cargo de la Administraci¨®n. De ser as¨ª, las empresas habr¨ªan incluso reforzado su poder de mercado, especialmente en sectores protegidos de la competencia exterior, reteniendo una mayor cuota de beneficios que podr¨ªa haber ido al bolsillo de las familias mediante precios m¨¢s baratos.
El ¨²ltimo informe del servicio de estudios de BBVA destacaba la necesidad de hacer m¨¢s reformas, entre ellas las que ¡°disminuyan los m¨¢rgenes en aquellos sectores con rentas monop¨®licas extraordinarias¡±.
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