Cooperativas contra la despoblaci¨®n
En Espa?a hay casi 4.000 peque?as y medianas organizaciones agrarias y ganaderas que dan empleo fijo a 100.000 personas en el medio rural
Si uno recorre las carreteras comarcales del medio rural en cualquier parte de Espa?a, no es una casualidad encontrarse de frente con el nombre o la imagen en un azulejo de una virgen, un cristo o un santo en el frontis de una planta de transformaci¨®n agraria. No es un milagro. Es la decisi¨®n de las juntas rectoras de una buena parte de las casi 4.000 peque?as y medianas cooperativas que hay en unos 2.000 pueblos, de agotar los nombres del santoral y las v¨ªrgenes patronas de cada municipio, para denominar cada una de sus instalaciones. Espa?a es el segundo pa¨ªs comunitario, solo por detr¨¢s de Italia, en n¨²mero de cooperativas. Es el modelo mediterr¨¢neo del mifundio, frente a los pa¨ªses del norte donde una docena de cooperativas facturan m¨¢s que todo el sector espa?ol.
Una parte de las peque?as y medianas cooperativas que perviven en el sector agrario forman lo que se podr¨ªa denominar la primera generaci¨®n, y tiene sus ra¨ªces en el siglo XIX, en los movimientos cat¨®licos en el medio rural. A este colectivo se sumaron las constituidas en la segunda mitad del siglo pasado, a la sombra de las pol¨ªticas de la dictadura para con el sector agrario, hasta llegar a la actualidad con los grandes grupos cooperativos de segunda generaci¨®n, ya bajo siglas m¨¢s ligadas al sector o al territorio, lejos del santoral. Todas ellas, desde el 70% que no llega a una facturaci¨®n de cinco millones de euros, hasta los grandes grupos, por encima de los 1.000 millones, aportan su granito de arena para frenar la despoblaci¨®n en el campo, al crear m¨¢s de 100.000 puestos de trabajo fijos.
A lo largo de las ¨²ltimas d¨¦cadas, el sector cooperativo ha sido escenario de todo tipo de situaciones. Desde grupos que se han multiplicado y consolidado como Dcoop o Jaencoop en aceite; Coren, Pastores y Covap en ganader¨ªa; Anecoop en c¨ªtricos, AN en diferentes sectores; Central y Clun en leche o Acor en az¨²car, hasta otros que han desaparecido por una mala gesti¨®n.
Renovaci¨®n
El Congreso de J¨®venes Cooperativistas Europeos celebrado el pasado mes de marzo en Valencia puso de manifiesto la necesidad de poner en marcha procesos de cambio en estas entidades dando paso a las nuevas generaciones en los consejos rectores. Las cr¨ªticas no son nuevas. Desde el propio sector se reconoce la necesidad de ir a estructuras m¨¢s potentes y profesionalizadas, a tener mayor peso en los mercados con una filosof¨ªa m¨¢s empresarial para lograr que se mejore la rentabilidad para los socios. Igualmente se critican las ¡°liquidaciones a resultas¡± (la cooperativa recoge el producto sin precio, a veces da un adelanto sobre lo que pueda valer, pero lo liquida ¡°a resultas¡±, es decir, al valor de c¨®mo le hayan ido las ventas en los mercados). Sin embargo, cr¨ªticas y autocr¨ªticas aparte, la realidad es que la cooperativa es, en l¨ªneas generales, una v¨ªa reconocida por agricultores y ganaderos como soporte para la comercializaci¨®n de las producciones, servicio de suministros y, al final, como un instrumento para mejora de rentas y fijar poblaci¨®n al territorio.
¡°Si no existieran habr¨ªa que inventarlas¡±, se?ala Anastasio Y¨¦benes, de 56 a?os, socio y miembro de la junta rectora de la Cooperativa Santa Ana de Villafranca de los Caballeros (Toledo). Los socios cultivan vi?edo, cereal ecol¨®gico, olivar y es la primera productora de azafr¨¢n. ¡°La cooperativa ha mantenido la econom¨ªa en la zona, ha generado m¨¢s empleo, mejores precios y una mayor seguridad y estabilidad para los agricultores. Gracias a ella hemos comenzado la producci¨®n de cereales ecol¨®gicos que vendemos a trav¨¦s de la cooperativa Dcoop, y adem¨¢s somos la primera cooperativa de azafr¨¢n¡±, apunta Y¨¦benes.
Las cooperativas, con el 70% de la producci¨®n en manos de sus socios, son pieza clave en la actividad y el empleo en el olivar. En Baeza, Ja¨¦n, Alejandro Campos, peque?o agricultor y socio de la cooperativa San Felipe Ap¨®stol, reconoce que esta instituci¨®n lo es todo. ¡°Gracias a la cooperativa hemos podido competir en el mercado, lograr una mejor rentabilidad, tener anticipos, ha contribuido a que no se abandonara el olivar y, a la vez, ha creado puestos de trabajo evitando que muchos se fueran del pueblo¡±. Sin embargo, tambi¨¦n hay cr¨ªticas. En el sector hay quien piensa que con esa producci¨®n en sus manos deber¨ªan lograr unos mayores precios en los mercados si operasen unidas y evitar, por ejemplo, el actual hundimiento de las cotizaciones en origen.
Carmen Rodr¨ªguez, ganadera de 48 a?os en el municipio gallego de Brion, es vicepresidenta de Feiraco y pertenece a la junta rectora del nuevo grupo cooperativo Clun. Para ella, esta forma de organizaci¨®n ganadera ha sido clave para llevar correctamente la explotaci¨®n, desde los suministros a las ventas y la formaci¨®n y tambi¨¦n para las 400 mujeres ganaderas que forman parte de la asociaci¨®n que impuls¨®, ¡°Mulleres de seu¡± para sentir orgullo de su trabajo.
En Valderrobles, Arag¨®n, Alberto Riva, de 42 a?os, tiene claro que su permanencia en el campo como ganadero se ha debido exclusivamente a la existencia de la cooperativa Pastores constituida hace m¨¢s de 40 a?os como Oviarag¨®n por unos cuantos ganaderos, entre ellos su padre, para defenderse de los intermediarios. Pastores tiene hoy 800 socios en 400 pueblos. Riva mantiene un reba?o de 700 ovejas y cuenta adem¨¢s con un cebadero donde comparte trabajo con su mujer. Entiende que la cooperativa ha permitido la supervivencia de los ganaderos ¡°comercializando con una mayor rentabilidad¡±.
Desde el grupo de origen navarro AN se destaca la figura cooperativa como generadora de empleo indirecto, desde el transporte a los suministros. En esa l¨ªnea, aprecian el papel que est¨¢n jugando las instalaciones del centro de procesamiento av¨ªcola en la localidad de M¨¦lida (Navarra), que da empleo a m¨¢s de 700 personas y ha cambiado la vida de la comarca. A sus 25 a?os, Ester Arias acaba de terminar estudios de marketing y cree que la cooperativa Baco, en Alc¨¢zar de San Juan, le ha dado la oportunidad ¡°de trabajar en mi pueblo¡±. Y satisfecha est¨¢ la alcaldesa de la localidad zamorana de Villaralbo, Bel¨¦n Gonz¨¢lez, de tener en su pueblo la Cooperativa del Bajo Duero, Cobadu, con m¨¢s de 200 empleos directos, a quien aplica una reducci¨®n impositiva para hacer nuevas instalaciones.
M¨¢s apoyo
En Cooperativas Agroalimentarias, la organizaci¨®n que agrupa a todo el sector, su director general, Agust¨ªn Herrero, entiende que desde la pol¨ªtica se habla mucho de apoyar al mundo cooperativo, pero que ese inter¨¦s no se concreta . Herrero estima que las peque?as cooperativas son claves para mantener el empleo y que es fundamental la integraci¨®n en estructuras m¨¢s grandes. Considera importante modificar las normas sobre fiscalidad, pero, sobre todo, la necesidad de apoyar la actividad de un sector que opera legalmente, frente a los operadores que lo hacen desde la econom¨ªa sumergida.
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