El negocio de la ropa que ya no usas
La compa?¨ªa espa?ola Micolet, que vende por internet prendas de segunda mano a cambio de una comisi¨®n, crece y est¨¢ presente ya en seis pa¨ªses
Un nutrido guardarropa, cierto af¨¢n medioambiental y algo de experiencia en el emprendimiento digital se mezclaron en 2015 para que naciese Micolet, una web de compra y venta de ropa de mujer de segunda mano que ya emplea a 50 personas y vende m¨¢s de un millar de prendas al d¨ªa. En cuatro a?os han conseguido que 35.000 vendedoras, entre ellas algunas celebrities, saquen algo de rendimiento a la parte del armario que ya no utilizan y esperan cerrar este a?o con ventas por 5 millones de euros, el doble que el a?o pasado, cuando ya multiplicaron por 2,5 sus ingresos.
Ubicada en Bilbao, Micolet naci¨® a principios de 2015, cuando Aritza Loro?o y su socio, Jos¨¦ Mar¨ªa del Moral, sacaron petr¨®leo del dilema de la pareja de este ¨²ltimo. Influencer de moda, la chica acumulaba ropa, pero venderla en alguna web de segunda mano no parec¨ªa una opci¨®n: demasiado farragoso poner cada prenda a la venta y gestionar cada venta por separado. Teniendo en cuenta que los promotores ya ten¨ªan experiencia en el mundo startup, una plataforma web parec¨ªa lo ideal. Al final, con las prendas de la chica y de otras conocidas, Micolet ech¨® a andar con un cat¨¢logo de unas 700, seg¨²n cuenta Loro?o.
El fundador hace hincapi¨¦ en la comodidad. "Micolet se basa en darle las m¨¢ximas facilidades a la vendedora", y explica el proceso para convertirse en una. Hay que rellenar e imprimir una hoja de recogida, preparar una caja con las prendas y Micolet la recoge por 4,99 euros. Luego verifican las prendas (se desecha un 15%, que se devuelve a la vendedora o se dona a ONGs) y las valoran con un software propio que tiene en cuenta variables como la talla, el color o la ¨¦poca del a?o (no cuesta lo mismo un bikini en invierno que en verano). El vendedor recibe un mail con el precio y, si est¨¢ de acuerdo, se fotograf¨ªa la prenda y se pone en venta. Cuando se vende, Micolet se queda con un fijo de 1,5 euros y un 25% del precio. Si la prenda pasa mucho tiempo en el almac¨¦n, se va rebajando, avisando siempre al vendedor. "Pero normalmente, vendemos m¨¢s de la mitad de las prendas en menos de 10 d¨ªas", afirma Loro?o.
Como en muchos otros casos, la tecnolog¨ªa sirvi¨® para conectar ¨¢gilmente demanda y oferta y Micolet despeg¨® pronto, impulsada, como otras iniciativas online, por el boca a boca, real o virtual. La oficina donde comenz¨® el negocio se transform¨® en un gran almac¨¦n tecnificado de 2.000 metros donde trabajaban unas 30 personas. Ese tambi¨¦n se ha quedado peque?o y el medio centenar de empleados va a estrenar una nave de 5.000 metros; la hoja de Excel para gestionar las prendas, en un software propio; los amigos de los amigos, en 35.000 vendedoras, 50.000 compradores (muchos repetidores) y 1,3 millones suscriptores -clientes potenciales- que reciben cada d¨ªa un correo con las novedades; y las 700 prendas iniciales, en un stock de m¨¢s de 150.000 prendas. Adem¨¢s de en Espa?a, de donde procede el 80% de las ventas, la empresa vende (no compra) en Portugal, Francia, Alemania, Italia e Inglaterra.
El almac¨¦n ya se les ha quedado peque?o y est¨¢n en proceso de mudarse a uno el doble de grande, cinco mil metros cuadrados, que les permita a los 50 empleados actuales gestionar siete veces m¨¢s prendas. "Al principio nadie nos enviaba ropa, pero ahora que tenemos nombre, que saben que funcionamos bien y se f¨ªan de nuestra valoraci¨®n y pagos, nos env¨ªan demasiada", afirma Loro?o. Cada domingo a las 23.59 abren el cupo semanal para recibir solicitudes de venta. El ¨²ltimo se agot¨® en 2 minutos, cuando entraron 10.000 prendas. Con el nuevo almac¨¦n, esperan doblar el cupo en un mes y multiplicarlo por cinco en unos meses.
"No damos abasto", reconoce, y prefiere cerrar ese cupo y recibir mails con quejas de decenas de vendedoras frustradas que dar un mal servicio. ?Miedo a morir de ¨¦xito? "Un poco, pero m¨¢s miedo me da no dar un buen servicio y por ello no crecer", escribe en una conversaci¨®n por mensajer¨ªa. Durante su desarrollo, tambi¨¦n se hicieron con el stock de la difunta Blanco o del Armario de la Tele. Y algunas marcas les han enviado inventario, como SkunkFunk. "Pero no queremos entrar en eso, para ello ya hay otros actores, como Privalia", explica Loro?o.
"Procuramos vender las mismas prendas que entran", explica, pero la venta no sigue el mismo ritmo. Son unas 1.200 al d¨ªa, aunque se animan en caso de campa?as especiales, como el Black Friday. El a?o pasado, ese d¨ªa despacharon unas 10.000 piezas, y este a?o esperan multiplicar por cinco la cifra ordinaria con una campa?a de rebajas. "El mercado de la ropa de segunda mano est¨¢ llegando", asegura, tanto por un cambio de h¨¢bitos del consumidor como por "una mayor concienciaci¨®n ambiental", afirma el fundador.
Y tambi¨¦n se han apoyado en un buen pu?ado de actrices, presentadoras y famosas de todo tipo que venden en Micolet piezas de su vestidor (propias o env¨ªos de marcas) movidas en algunos casos por un af¨¢n medioambiental o simplemente por dar una segunda vida a las prendas y sacarles algo de rendimiento, que en ocasiones destinan a causas ben¨¦ficas. Es el caso de modelos como Ariadne Artiles, actrices como Cayetana Guill¨¦n Cuervo, Kira Mir¨® o Cristina Casta?o, cantantes como Leire, voz de La oreja de Van Gogh o Soraya, concursante de Operaci¨®n Triunfo; o influencers como Laura Ordov¨¢s, alias Mypeeptoes.
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