Al filo de la ley del mercado
Las tensiones internacionales y el debilitamiento de la confianza lastran la inversi¨®n
La econom¨ªa espa?ola ha entrado en una fase de mayor incertidumbre, tanto por un nuevo empeoramiento del entorno internacional como por la cuasi par¨¢lisis de la pol¨ªtica econ¨®mica. A primera vista, los datos son todav¨ªa favorables, especialmente en comparaci¨®n con nuestros principales socios europeos. Seg¨²n las informaciones dadas a conocer esta semana, la econom¨ªa avanz¨® un 0,5% durante el segundo trimestre, que contrasta con el estancamiento de Italia y el crecimiento mediocre que se espera para Alemania y Francia. Adem¨¢s, el consumo de las familias parece estar aguantando el frenazo mejor de lo previsto, en consonancia con los incrementos de renta disponible que proceden de la creaci¨®n de empleo, que sigue tirando de la econom¨ªa, del alza de los salarios y de las pensiones.
No obstante, se multiplican las se?ales de debilitamiento y sobre todo de menor equilibrio en la expansi¨®n. Las exportaciones apenas progresan ¡ªpese a una ligera recuperaci¨®n en los ¨²ltimos meses¡ª un resultado l¨®gico habida cuenta de las crecientes tensiones comerciales. La industria manufacturera sigue desplom¨¢ndose, lastrada por el sombr¨ªo panorama internacional y a falta de reacci¨®n de las pol¨ªticas p¨²blicas.
Pero la primicia viene de la ca¨ªda de la inversi¨®n en equipamiento de las empresas y en bienes de equipo, uno de los principales pulmones de nuestra econom¨ªa hasta fechas recientes y tambi¨¦n la principal apuesta para impulsar la productividad. Es pronto para determinar si se trata de un fen¨®meno transitorio, que no es descartable dada la volatilidad del gasto en bienes de capital.
Sin embargo, otros indicadores apuntan en el mismo sentido, en especial el descenso de la inversi¨®n directa internacional (2.200 millones de euros menos durante el mes de mayo, ¨²ltimo disponible), que rompe el ciclo alcista, y el deterioro de los ¨ªndices de sentimiento empresarial y confianza econ¨®mica. La aceleraci¨®n de la inversi¨®n residencial, que crece casi el triple que el conjunto de la econom¨ªa, no compensa la contracci¨®n de la inversi¨®n en bienes de equipo, adem¨¢s de plantear dudas sobre su idoneidad por recordar la bonanza artificial que precedi¨® la crisis.
El horizonte es incierto. A corto plazo, loa conflictos comerciales deber¨ªan persistir, o incluso agudizarse. El presidente Trump ha anunciado una nueva ronda de recargos sobre las importaciones de productos chinos, y amenaza con imponer medidas de retorsi¨®n ante un eventual impuesto europeo a las empresas tecnol¨®gicas. Por otra parte, los tambaleos de la pol¨ªtica brit¨¢nica acercan la perspectiva de un Brexit ca¨®tico en menos de tres meses.
El BCE ha sido el primero en tomar plenamente conciencia de tal acumulaci¨®n de riesgos. El problema es que, como ya se ha apuntado en esta columna, su acci¨®n ha perdido eficacia. Prueba de ello, pese al anuncio de nuevas inyecciones de liquidez y de una bajada de tipos de inter¨¦s, Mario Draghi no logra animar el cr¨¦dito ni elevar la inflaci¨®n hasta niveles pr¨®ximos al objetivo del 2%, o lo que ser¨ªa deseable para la econom¨ªa.
Queda la pol¨ªtica fiscal, pero nuestro pa¨ªs dispone de escaso margen tras a?os de incumplimiento de los objetivos de d¨¦ficit. Sin duda un mayor esfuerzo de inversi¨®n en educaci¨®n y formaci¨®n, o en un nuevo modelo energ¨¦tico tendr¨ªa efectos positivos sobre la expansi¨®n y la reducci¨®n de las desigualdades, a condici¨®n de enmarcarlo en un plan cre¨ªble de correcci¨®n de los desequilibrios y de reformas. Pero nada de esto es posible en el actual impasse pol¨ªtico.
Con todo, si bien nuestra previsi¨®n de crecimiento se mantiene en el 2,2% para el conjunto del a?o, una pronta reacci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica generar¨ªa expectativas susceptibles de recuperar la senda expansiva. De lo contrario, podr¨ªamos estar ante un punto de inflexi¨®n, arriesg¨¢ndonos a que los vaivenes de los mercados acaben imponiendo su ley.
Raymond Torres es director de Coyuntura en Funcas. En Twitter: @RaymondTorres
Balanza externa
Hasta mayo, la balanza por cuenta corriente, que registra la diferencia entre ingresos y pagos frente al exterior, arroj¨® un d¨¦ficit de 3.300 millones de euros, que contrasta que el ligero super¨¢vit registrado durante el mismo periodo del 2018. Este resultado es consecuencia de un incremento de las exportaciones de bienes y servicios (a un ritmo anual del 1,8%) netamente inferior al de las importaciones (un 3,1%). La financiaci¨®n del d¨¦ficit depende sobre todo de la aportaciones financieras del exterior (operaciones en cartera, pr¨¦stamos, repos, etc), y en menor medida de la inversi¨®n directa extranjera en empresas espa?olas.
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