La gran mutaci¨®n industrial
El par¨®n de la producci¨®n es la punta visible de una triple transici¨®n que exige reformas
El desplome del comercio mundial sigue pasando factura a la industria, a la vez que el sector de servicios mantiene su dinamismo. La producci¨®n manufacturera crece un discreto 1,4%, como consecuencia de la ca¨ªda en el sector de bienes de consumo duradero (autom¨®viles, textil y confecci¨®n, etc¨¦tera). Por su parte, los bienes de consumo no duradero, como alimentaci¨®n y bebidas, as¨ª como los bienes de equipo, aguantan mejor el par¨®n global. Destaca la pujanza del sector de productos electr¨®nicos y ¨®pticos, que crece a un ritmo que roza el 10% anual. Pero su peso relativo es insuficiente para cambiar el panorama de conjunto.
Los principales pa¨ªses vecinos registran un resultado a¨²n peor, especialmente Alemania y Reino Unido. Sin embargo, todos comparten la misma dicotom¨ªa entre una industria que se desploma y un sector servicios todav¨ªa en fase ascendente, lo que posibilita que la econom¨ªa europea siga registrando un ligero avance.
Lo que hay detr¨¢s de esos datos es una triple transici¨®n. En primer lugar, el repliegue del multilateralismo, ejemplificado por los intentos fallidos del G20 de resolver la cuasi par¨¢lisis de la OMC y del surgimiento de tensiones proteccionistas. Las relaciones bilaterales toman el relevo, como lo muestra el alza exponencial del n¨²mero de acuerdos regionales o bilaterales ¡ªcerca de 300, el doble que hace diez a?os¡ª. El resultado es una dislocaci¨®n de las cadenas productivas y una recomposici¨®n en base a la nueva realidad, un proceso que llevar¨¢ cierto tiempo. Por otra parte, la industria est¨¢ en primera l¨ªnea de la revoluci¨®n digital y de la robotizaci¨®n. Si bien a corto plazo aparecen los costes de ajuste, con el tiempo cabr¨ªa esperar un efecto positivo, como en anteriores periodos de cambio tecnol¨®gico. En tercer lugar, y de manera similar, la transici¨®n hacia un modelo energ¨¦tico bajo en carbono plantea importantes desaf¨ªos, que ya se reflejan en el sector del autom¨®vil (con una ca¨ªda de matriculaciones del 8,3% en junio), aunque a largo plazo representa una oportunidad para nuestra econom¨ªa.
Por tanto, es probable que la industria todav¨ªa registre un deterioro de su posici¨®n relativa durante los pr¨®ximos meses. As¨ª parece indicarlo el principal ¨ªndice avanzado de actividad (indicador PMI de gestores de compras), que apunta a una posible contracci¨®n.
No obstante, los ¡°fundamentales¡± de la empresa espa?ola siguen siendo relativamente s¨®lidos. Prueba de ello, la inversi¨®n en bienes de equipo se expande a un ritmo anual superior al 5%, lo que la convierte en el componente m¨¢s din¨¢mico del crecimiento.
Adem¨¢s, el diagn¨®stico es positivo a largo plazo, siempre y cuando los problemas ligados a las transiciones se vayan suavizando y que los efectos ben¨¦ficos de los cambios tecnol¨®gicos se pongan de manifiesto. Para que este escenario favorable se realice, el papel de las pol¨ªticas p¨²blicas es crucial. Minimizar los costes requiere la puesta en marcha de pol¨ªticas activas de empleo como las ya se est¨¢n desplegando en Alemania para evitar despidos masivos e ineficientes en la industria. Y a falta de reformas del modelo industrial y energ¨¦tico, dando la espalda al actual sistema de ayudas que ha mostrado su ineficiencia (cerca de 4.900 millones gastados por el Ministerio de Industria a trav¨¦s del dispositivo de reindustrializaci¨®n y competitividad, con un impacto dudoso seg¨²n la Airef), ser¨¢ dif¨ªcil aprovechar los beneficios de las transformaciones en curso. La acuciante escasez de personal cualificado, desde instaladores de paneles solares hasta especialistas de ciberseguridad o sanidad, muestra el camino que queda por recorrer. Un mayor protagonismo de la pol¨ªtica comercial europea tambi¨¦n ayudar¨ªa a recomponer el tejido industrial afectado por los conflictos geopol¨ªticos.
En suma, si bien es prematuro tildar la actual situaci¨®n de crisis industrial, el futuro depender¨¢ de la puesta en marcha de una estrategia tecnol¨®gica y energ¨¦tica que responda a las mutaciones en marcha.
Raymond Torres es director de Coyuntura en Funcas. En Twitter: @RaymondTorres
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