La batalla de los siete yuanes
China se prepara para seguir plantando cara en una guerra econ¨®mica cada vez m¨¢s larga
El fren¨¦tico intercambio de golpes de los ¨²ltimos d¨ªas ha dejado la divisa china por debajo de la frontera de siete yuanes por d¨®lar por primera vez en 11 a?os y a China etiquetada por Estados Unidos como un pa¨ªs ¡°manipulador de divisas¡±. Estos movimientos representan una escalada significativa en la guerra comercial desatada hace ya m¨¢s de un a?o, justo en el momento en el que las negociaciones parec¨ªan haberse reconducido con la primera reuni¨®n tras tres meses de silencio. El conflicto se extendi¨® primero desde el terreno comercial al tecnol¨®gico ¨Ccon las sanciones a Huawei¨C y ahora al financiero, hundiendo a las dos potencias en un cada vez m¨¢s peligroso escenario de confrontaci¨®n.
La depreciaci¨®n del renminbi ¨Cnombre oficial de la divisa china¨C ha sido especialmente importante por cu¨¢ndo pero tambi¨¦n por cu¨¢nto: al superar los siete yuanes por d¨®lar, la divisa ha saltado al otro lado de una barrera psicol¨®gica que el Gobierno chino hab¨ªa defendido desde hace a?os. Su nuevo valor, de todas maneras, se aproxima m¨¢s a la realidad del mercado. ¡°No est¨¢ claro d¨®nde deber¨ªa fijarse la tasa de cambio, pero existe un consenso alrededor de la idea de que deber¨ªa ser a¨²n m¨¢s d¨¦bil, quiz¨¢ alrededor de los 8 yuanes¡±, apunta Julian Evans-Pritchard, economista s¨¦nior de Capital Economics, ¡°la ¨²nica raz¨®n que explica por qu¨¦ se ha mantenido m¨¢s cara de lo que le corresponder¨ªa es la acci¨®n del Gobierno¡±. Un Gobierno que, en vista de la nueva ronda de sanciones impuesta por Trump la semana pasada, decidi¨® coger aire y dar este pol¨¦mico paso.
La debilidad de su moneda nacional tiene, de momento, m¨¢s ventajas que costes para el gigante asi¨¢tico. En el lado de los contras se sit¨²an unas importaciones m¨¢s caras ¨Caunque est¨¢n en plena bajada y su econom¨ªa no depende de ellas¨C y una inflaci¨®n m¨¢s alta, lo que pesar¨¢ sobre el consumo. Evans-Pritchard calcula que ¡°un 10% de depreciaci¨®n [del renminb¨ª] puede suponer, como mucho, una subida del 0,5% en los precios al consumo, lo que resultar¨ªa en un retroceso del PIB de aproximadamente 0,1%¡±. La fuga de capitales que en cualquier sistema abierto seguir¨ªa a una depreciaci¨®n no es un problema en China: la legislaci¨®n mantiene cautivos una gran parte de los mismos.
La principal preocupaci¨®n matem¨¢tica aplicada al monedero chino siempre es la deuda. En el caso del endeudamiento en moneda extranjera, su 10% con respecto al PIB ¨Ca pesar de haber crecido en los ¨²ltimos a?os¨C sigue siendo un nivel bajo de acuerdo a los est¨¢ndares de pa¨ªses emergentes. Su composici¨®n, adem¨¢s, no es alarmante: la mayor¨ªa de las obligaciones recaen sobre el sector bancario, el cual cuenta con m¨¢s que suficientes activos, alrededor de un 120%. Esta ratio es a¨²n m¨¢s s¨®lida en el caso de empresas ¨C200%¨C y Gobierno ¨C600%¨C, aunque no est¨¢ repartida de manera igualitaria, por lo que algunas entidades sufrir¨¢n. De todas maneras, cualquier hipot¨¦tica inestabilidad tendr¨¢ muy poco impacto dada la disposici¨®n del Gobierno a inyectar divisas.
En el lado de los pros, un renminbi m¨¢s d¨¦bil dar¨¢ un descanso a los exportadores chinos. ¡°La subida en volumen ser¨¢ peque?a, en los ¨²ltimos a?os las empresas chinas tienden a absorber hasta el 80% de los movimientos en tipos de cambio¡±, apunta Evans-Pritchard, pero lo que no aflore en forma de beneficios lo har¨¢ como inversi¨®n o empleo. Las matem¨¢ticas juegan a favor de China: ¡°Un 10% de depreciaci¨®n favorecer¨ªa las exportaciones, lo que repercutir¨ªa en una subida del PIB del 0,2%¡±. Lo comido, dos veces lo servido. Aunque advierte de que no se trata de un juego lineal, por lo que ¡°mayores depreciaciones podr¨ªan romper este equilibrio¡±. Un informe publicado por su consultora esta semana apunta a que la depreciaci¨®n se agudizar¨¢: seg¨²n sus previsiones, el yuan terminar¨¢ el a?o cotizando a 7,3 por d¨®lar y a 7,5 en 2020.
Para evitar que la ca¨ªda se escape de su control, el banco central chino (BPC) anunci¨® el martes una venta de bonos por valor de 30.000 millones a trav¨¦s de Hong Kong. El BPC tradicionalmente ha empleado este recurso como una manera de frenar la ca¨ªda de la tasa de cambio por medio de la absorci¨®n de liquidez, ¡°un truco aprendido tras la devaluaci¨®n accidental de 2015¡±, se?ala Evans-Pritchard. China se prepara as¨ª para seguir plantando cara a Estados Unidos en la nueva batalla de una guerra econ¨®mica cada vez m¨¢s larga.
Aviso a Trump: "El pueblo est¨¢ dispuesto a luchar"
Este ¨²ltimo desarrollo ha sido recibido en China como una afrenta. En un comentario publicado el martes, la agencia p¨²blica ¨Cy portavoz oficioso del Gobierno¨C Xinhua calificaba la decisi¨®n como "una acusaci¨®n rid¨ªcula y sin fundamento", "una escalada grave y unilateral del conflicto" por parte de EE UU, que "politiza la cuesti¨®n de la tasa de cambio empleando t¨¢cticas de abus¨®n". El art¨ªculo tambi¨¦n argumentaba que su super¨¢vit comercial ¨Cun 0,4% del PIB- no supera los l¨ªmites establecidos por el Tesoro norteamericano, que su pol¨ªtica monetaria cuenta con el visto bueno del Fondo Monetario Internacional y que el renminbi ha sido una de las divisas m¨¢s apreciadas en los ¨²ltimos a?os: un 38% en su tipo nominal y un 47% en su real de 2005 a 2019. Y sentenciaba: "El pueblo chino ha puesto a un lado sus ilusiones y est¨¢ dispuesto a luchar".
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