El espa?ol que mueve los hilos de las ¡®start-ups¡¯ chinas
?scar Ramos es un ingeniero madrile?o que dirige desde Shangh¨¢i Chinaccelerator, una aceleradora que aporta capital y servicios a firmas emergentes a cambio de recibir el 6% de las compa?¨ªas
La decimoquinta hornada de empresas de Chinaccelerator va a presentar sus proyectos frente a un nutrido grupo de inversores en Shangh¨¢i y la tensi¨®n flota en el ambiente. Los responsables de las start-ups dan los ¨²ltimos retoques a sus presentaciones, ensayan los discursos frente al espejo, y corren de un lado para otro atando los ¨²ltimos cabos sueltos. Las estad¨ªsticas de anteriores promociones avanzan que el 80,6% lograr¨¢ ampliar su capital tras esta jornada introductoria, pero aflojar el bolsillo de los ¨¢ngeles inversores que llenan el sal¨®n de actos no es f¨¢cil. ?scar Ramos est¨¢ tranquilo y asiste al espect¨¢culo con una sonrisa. Aunque actuar¨¢ de maestro de ceremonias, el director de la primera aceleradora de empresas establecida en Asia, y la segunda por volumen de participadas, pasa hoy a un segundo plano.
Hace ya tres meses que Ramos hizo su apuesta, cuando Chinaccelerator eligi¨® a la docena de empresas que participan en esta edici¨®n del programa dise?ado para catapultar sus negocios. Las hay de sectores muy variados: desde la que ha creado una plataforma online para la compraventa de derechos audiovisuales (AllRites), hasta una que ofrece paquetes tur¨ªsticos a agencias de viajes chinas (Guiddoo), pasando por otras dedicadas a crear campa?as de marketing viral en Internet (Mark It) o a establecer tiendas virtuales en WeChat, la aplicaci¨®n m¨®vil china por excelencia (Yumi). Internet y China son sus denominadores comunes. ¡°Invertimos un tercio de nuestros recursos en start-ups chinas que buscan recursos internacionales. El resto va a empresas extranjeras que quieren entrar en China¡±, explica Ramos.
Este ingeniero madrile?o que se acerca a la cuarentena, subraya que la suya no es una empresa de consultor¨ªa: ¡°Nosotros participamos como socios en las empresas que acceden a nuestro programa, les proporcionamos asesoramiento y un espacio en nuestra sede. Pero no les cobramos, sino que compartimos sus riesgos¡±. El proceso es sencillo: Chinaccelerator hace una criba entre las empresas candidatas, invierte 150.000 d¨®lares (136.500 euros) en cada una de las elegidas y recibe el 6% de la empresa a cambio de los servicios intangibles que proporciona durante los seis meses del programa. ¡°En un pa¨ªs como este, la agenda de contactos y el acceso a una comunidad nutrida son fundamentales¡±, enfatiza.
¡°El proceso de selecci¨®n se basa en cuatro pilares: analizar las oportunidades que existen para cada empresa, valorar lo que proponen y lo que les diferencia de la competencia, ver qu¨¦ han conseguido hasta ahora, y, sobre todo, determinar si el equipo es el correcto. Porque eso ¨²ltimo es lo que no se puede cambiar¡±, explica. ¡°El objetivo no es solo que logren capital, sino que creen un negocio sostenible¡±, apostilla Ramos, que ayud¨® a un amigo suyo a fundar Chinaccelerator, pero que no se involucr¨® en el proyecto hasta hace un par de a?os.
Ahora, sin duda, ¨¦l es la persona adecuada para explicar lo dif¨ªcil que es sacar adelante un negocio en China. Lleg¨® en 2008 al gigante asi¨¢tico para zambullirse en la entonces incipiente econom¨ªa digital y abrir una incubadora de empresas, DAD Asia. De sus aciertos, pero sobre todo de los errores que llevaron al cierre de aquella compa?¨ªa aprendi¨® c¨®mo funciona ese mundo paralelo que es la Internet china. ¡°Lo primero que hay que tener en cuenta es que en este pa¨ªs todo se mueve a una velocidad mucho mayor. Y que, sobre todo en el sector de la econom¨ªa digital, es imprescindible adelantarse a las tendencias para tener ¨¦xito. Porque, en cuanto algo triunfa, aparecen copias por todos lados, el mercado se satura, y la competencia deja de ser sana para resultar letal¡±.
Ramos pone como ejemplo las bicicletas compartidas que inundaron las calles y que ahora forman gigantescas monta?as de colores en vertederos de todo el pa¨ªs. Hace un par de a?os, Ofo y Mobike abrieron un camino por el que han muerto docenas de empresas incapaces de competir por un servicio que se lleg¨® a ofrecer gratis. Se han evaporado cientos de millones de d¨®lares. ¡°Nosotros invertimos en ese sector hace ocho a?os. Ser el primero puede resultar muy peligroso, pero estar en el grupo de cabeza tiene muchas ventajas¡±, a?ade. No obstante, reconoce que, ahora, la eficiencia requerida para ser rentable con productos y servicios destinados al consumidor chino es tan alta que no recomienda correr el riesgo.
¡°China sigue siendo una gran oportunidad, pero no para el mismo tipo de empresas. Hace dos d¨¦cadas, el foco estaba en las manufacturas. Cuando llegu¨¦ yo despeg¨® el mercado interno y lo l¨®gico era vender productos a la poblaci¨®n china. Ahora nosotros nos centramos en el B2B [Los clientes son otras empresas], porque creemos que las oportunidades est¨¢n en acceder a la cadena de suministros de China, que busca herramientas para incrementar la eficiencia¡±, apunta.
?xito
Ramos tambi¨¦n se?ala que, si bien las peculiaridades de China complican el acceso de las empresas internacionales a su mercado, las grandes diferencias con el resto del mundo tambi¨¦n complican la expansi¨®n de las empresas chinas en el exterior. ¡°Por eso, nos centramos en los procesos de innovaci¨®n, de acceso al mercado chino y de internacionalizaci¨®n¡±.
De momento, los datos avalan su estrategia. Chinaccelerator es una de las siete aceleradoras de empresas que pertenecen al fondo de inversi¨®n estadounidense SOSV, que maneja unos 300 millones de d¨®lares y tiene una rentabilidad del 38%. Ramos calcula que el 70% de las 150 empresas que han participado en su programa de Shangh¨¢i tienen ¨¦xito, y, aunque el unicornio a¨²n se le resiste, se?ala que entre el 20% y el 30% de cada hornada logran venderse por m¨¢s de cien millones de d¨®lares.
Pero no ha logrado quitarse la espina que tiene clavada desde que lleg¨® a China: le duele que la presencia de empresas espa?olas en la aceleradora que dirige, ¡°y en el sector digital en general¡±, sea testimonial. ¡°Es l¨®gico que primero se mire a Europa y a Latinoam¨¦rica por cercan¨ªa geogr¨¢fica y cultural, y es cierto que China no es un mercado f¨¢cil y puede que no sea relevante en muchos casos. Aunque apreciamos una falta de confianza que lastra a empresas espa?olas que s¨ª podr¨ªan tener ¨¦xito. Hay mucho talento, pero se aprecia mucho m¨¢s desde fuera¡±.
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