El papel de la monarqu¨ªa ante el cambio clim¨¢tico
Una parte importante del futuro de la Corona en Espa?a estar¨¢ vinculado a su respuesta ante el calentamiento global, lo que implicar¨¢ un alto grado de empat¨ªa, ejemplaridad, compromiso y liderazgo

?Qu¨¦ opini¨®n tiene las hijas de Felipe de Borb¨®n, Leonor (13) y Sof¨ªa (12), sobre el movimiento Juventud por el Clima? ?Y el jefe del Estado, qu¨¦ cree que deber¨ªan pensar sobre esta cuesti¨®n las herederas al trono y c¨®mo cree que deber¨ªan responder ante la generaci¨®n a la que pertenecen? Del mismo modo, ?cu¨¢l deber¨ªa ser la actitud del Rey en el hipot¨¦tico caso de que llegara al Gobierno de Espa?a un perfil similar al de Bolsonaro en Brasil, con una activa posici¨®n negacionista ante el cambio clim¨¢tico?
Sirvan estos planteamientos iniciales para poner sobre la mesa diversas cuestiones relacionadas con el papel de la monarqu¨ªa espa?ola ante el cambio clim¨¢tico, considerando que, salvo grandes cambios en el futuro, la forma pol¨ªtica del Estado espa?ol seguir¨¢ siendo la monarqu¨ªa parlamentaria, y es a partir de este sistema pol¨ªtico desde donde habr¨¢ que hacer frente al problema.
No obstante, la necesidad de enfrentar el problema lo antes posible y considerando el actual sistema, no deber¨ªa ser un factor inhibidor para los principales responsables pol¨ªticos, sociales o econ¨®micos a la hora de reconocer su responsabilidad, capacidad de liderazgo y determinaci¨®n frente al cambio clim¨¢tico. En el caso de Espa?a, esta es una cuesti¨®n que debe afectar y repercutir directamente a la Corona, ya que implica asumir compromisos que en principio deber¨ªan ser ajenos a esa instituci¨®n.
Igualmente, y teniendo en cuenta la existencia de posicionamientos que pueden cuestionar su legitimidad, su blindaje legal, su inherente car¨¢cter inmovilista o su aparente falta de reflejos ante la realidad y los desaf¨ªos que enfrenta la ciudadan¨ªa y el pa¨ªs en general, parte importante del futuro de la instituci¨®n de la Corona se juega a partir de su respuesta ante el cambio clim¨¢tico.
Planteando esa posible respuesta, en primer lugar se considera la importancia de la figura del Rey frente a situaciones de alternancia pol¨ªtica, que pueden llegar a impedir delimitar una l¨ªnea de actuaci¨®n coherente frente a la emergencia clim¨¢tica. Un ejemplo reciente, aun a nivel local, es el de Madrid Central, en donde el nuevo gobierno de PP, Ciudadanos y Vox, con el apoyo de sus respectivas direcciones nacionales, propuso revertir esta medida. Sin embargo, el Gobierno municipal de Madrid tuvo que reconsiderar su decisi¨®n de seguido, tras ser la puntilla a la paciencia de la UE, que denunci¨® a Espa?a por incumplimiento de la directiva de calidad del aire, en especial en grandes ciudades como Madrid o Barcelona.
La capacidad de influencia del jefe del Estado, al igual que en otros ¨¢mbitos, deber¨ªa hacerse cada vez m¨¢s necesaria ante estas situaciones, que adem¨¢s de llegar a considerarse posibles atentados contra la salud de las personas y el clima, van contra las propias normas europeas. Conviene referirse en este sentido al art¨ªculo 62 de la Constituci¨®n, que define las funciones del Rey, y en donde seg¨²n la sinopsis del Letrado de las Cortes, Jos¨¦ Fernando Merino Merch¨¢n, el Rey puede considerase como ¡°una instancia persuasiva y de influencia¡±, considerando ¡°su car¨¢cter permanente frente a la contingencia del Parlamento y del Gobierno¡±.
Por tanto, y m¨¢s all¨¢ del periodo de tiempo que dura el mandato de los ¨®rganos legislativos y ejecutivos, teniendo en cuenta la situaci¨®n de emergencia clim¨¢tica que enfrentamos, y frente a posiciones negacionistas o indolentes, la permanencia en el tiempo de la Corona deber¨ªa implicar un compromiso decidido por parte de esta instituci¨®n a la hora de preocuparse por definir la l¨ªnea de actuaci¨®n del Estado en materia clim¨¢tica. No obstante, y a pesar que en palabras de Merino, al monarca se le ¡°otorga una concepci¨®n de invariable neutralidad sobre la que descansa la funci¨®n arbitral y moderadora que se despliega al margen de los restantes poderes del Estado¡±, llegados a este punto, ?puede ser la Jefatura del Estado neutral ante los impactos del cambio clim¨¢tico, ante la degradaci¨®n medioambiental, ante los incendios, ante la destrucci¨®n de nuestro h¨¢bitat, ante la sequ¨ªa y la falta de agua, o ante el empobrecimiento de nuestros campos y sus consecuentes impactos negativos sobre la sociedad espa?ola?
La monarqu¨ªa es una de las herramientas y catalizadores del Estado para movilizar a la sociedad ante el calentamiento global
En el discurso que, de forma extraordinaria, Felipe VI dirigi¨® a la ciudadan¨ªa espa?ola el d¨ªa 3 de octubre de 2017, con motivo del desaf¨ªo soberanista en Catalu?a, el soberano expres¨®: ¡°¡ante esta situaci¨®n de extrema gravedad, que requiere el firme compromiso de todos con los intereses generales, es responsabilidad de los leg¨ªtimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones, la vigencia del Estado de Derecho y el autogobierno de Catalu?a¡¡±.
Trasladar estos comentarios a la situaci¨®n de emergencia clim¨¢tica actual lleva a preguntar sobre cu¨¢l es la medida que permite considerar una situaci¨®n (Catalu?a) y no otra (emergencia clim¨¢tica) como de extrema gravedad, requiriendo la intervenci¨®n del jefe del Estado ante la ciudadan¨ªa. Del mismo modo, y tomando algunas de las frases de la intervenci¨®n del Rey en el caso de Catalu?a, habr¨ªa que preguntarse sobre cu¨¢l es la responsabilidad de los leg¨ªtimos poderes del Estado ante el desaf¨ªo del cambio clim¨¢tico, y si est¨¢n asegurados el orden constitucional, las instituciones y el Estado de Derecho ante una crisis clim¨¢tica como la que enfrentamos.
?Y qu¨¦ ocurre cuando son esos poderes leg¨ªtimos del Estado, en su inacci¨®n o respuesta pasiva ante el cambio clim¨¢tico, los que no son capaces de asegurar el normal funcionamiento de los poderes constitucionales, o incluso lo ponen en riesgo de quiebra?
Que no quede ninguna duda de que el cambio clim¨¢tico tendr¨¢ una capacidad cada vez mayor de amenazar, socavar, desestabilizar y derribar los sistemas pol¨ªticos, sociales o econ¨®micos que nos rigen. Esta situaci¨®n ya se ha observado en pa¨ªses como Siria, pero los Estados desarrollados no deben ser ajenos a estos procesos. Ante unos impactos clim¨¢ticos cada vez m¨¢s extremos e in¨¦ditos, ser¨¢ necesario implementar unos cambios sociales cada vez m¨¢s dr¨¢sticos, disruptivos y traum¨¢ticos. Igualmente, la ciudadan¨ªa estar¨¢ en disposici¨®n de exigir un alto nivel de responsabilidad y rendici¨®n de cuentas a unas instituciones, organizaciones y dirigentes pol¨ªticos, entre los que se debe considerar a la Corona, como responsables directos de d¨¦cadas de inacci¨®n.
Pero del mismo modo que la exigencia de un alto nivel de responsabilidad y rendici¨®n de cuentas es necesario para con los m¨¢ximos responsables institucionales, tambi¨¦n es importante considerar la necesidad para la ciudadan¨ªa de encontrar referentes pol¨ªticos y sociales. En este caso, el Rey, como instituci¨®n, es una de las herramientas y catalizadores de las que dispone el Estado para movilizar a la sociedad en general, as¨ª como a los poderes pol¨ªticos, sociales y econ¨®micos ante esos procesos de cambio tan necesarios ante el impacto del calentamiento global. No obstante, esto va a requerir por parte de la Corona un alto grado de empat¨ªa, ejemplaridad, compromiso y liderazgo, as¨ª como la necesidad inmediata de ser un actor visible y decidido en la respuesta ante la emergencia ambiental por parte del Estado y la propia ciudadan¨ªa.
* Jes¨²s Gamero es investigador de la Fundaci¨®n Alternativas y miembro del Grupo de Investigaci¨®n en Sociolog¨ªa del Cambio Clim¨¢tico y Desarrollo Sostenible de la Universidad Carlos III de Madrid
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