Respuestas ante una crisis

Podr¨ªa aplicarse a muchas transiciones econ¨®micas. Pa¨ªses que, durante un trasunto penoso aprovechan para analizar debilidades, corregirlas y emprender un nuevo rumbo. Resultar¨ªa conveniente que las reformas se realizasen cuando la econom¨ªa crece. Sin embargo, lo habitual es que la casa solo se ponga en orden cuando la necesidad y el lastre de los errores aprietan demasiado. La econom¨ªa global se enfrenta al riesgo de recesi¨®n, que pone negro sobre blanco el despabile reformista de cada cual. Sucede, adem¨¢s, en un momento de intenso debate sobre la sostenibilidad ambiental y de tensi¨®n geoestrat¨¦gica alrededor de la energ¨ªa. Esta situaci¨®n parece coger a Espa?a en medio de ning¨²n sitio. No se atisban recesi¨®n ni los riesgos habituales de los que suele adolecer nuestro pa¨ªs c¨ªclicamente como desajustes inmobiliarios o riesgos crediticios (los ¨²ltimos datos de morosidad publicados ayer siguen indicando una reducci¨®n del riesgo de los pr¨¦stamos). Podemos transitar sin pena (tampoco gloria) por esta situaci¨®n global, pero son muchos a?os sin reformas. Lo que hoy parece una inercia aceptable puede ser el preludio de un fuera de juego recurrente en las pr¨®ximas d¨¦cadas.

Se esperaban ayer los datos del ¨ªndice de compras de los directivos (PMI) para la eurozona y confirmaron los temores. La nota suger¨ªa una ¡°paralizaci¨®n de la zona euro¡± en septiembre por la desaceleraci¨®n manufacturera. Los servicios tambi¨¦n caen respecto a agosto. Las expectativas de los empresarios para los pr¨®ximos meses y el n¨²mero de pedidos son los m¨¢s bajos desde 2012. Se prev¨¦ un p¨ªrrico PIB del 0,1% en el tercer trimestre del a?o. El problema va m¨¢s all¨¢ del Brexit o el proteccionismo comercial, hay una ca¨ªda c¨ªclica inquietante.

Las reacciones son diversas. Francia presenta los peores datos en cuatro meses, pero ya ha anunciado medidas para favorecer la innovaci¨®n y la inversi¨®n en tecnolog¨ªa. En Alemania ya hay una debilidad clara, pero varios sectores (como el automovil¨ªstico) asumen que deben transformarse para sobrevivir. La industria pesada cambiar¨¢ su configuraci¨®n y tendr¨¢ sus costes¡­, pero tambi¨¦n puede tener importantes r¨¦ditos a largo plazo. Ser¨¢ tambi¨¦n el momento de exhibir la musculatura para expansiones fiscales. En Alemania, ya anunciadas. En Espa?a, complicadas porque hay escaso margen de gasto ¡ªy menos sin presupuesto ni Gobierno¡ª, y urge una reordenaci¨®n m¨¢s eficiente del mismo. Las pol¨ªticas de innovaci¨®n son marginales y el cambio necesario en la productividad a largo plazo es imposible por ese camino. Con la estructura actual del mercado de trabajo poco se puede mejorar, sobre todo por una estructura salarial y contractual que sigue siendo disfuncional y que da lugar a fuertes desigualdades. Hacerlo m¨¢s r¨ªgido y paternalista con sectores en declive tampoco ser¨¢ positivo a largo plazo. La soluci¨®n tampoco parece pasar por fre¨ªr a impuestos a las empresas. El panorama impositivo es incierto, y con ¨¦l, los incentivos a invertir. No sabemos cu¨¢l es el modelo de innovaci¨®n de nuestro pa¨ªs, ni el debate est¨¢ sobre la mesa. Prima la confusi¨®n y la falta de luces largas.