Sistema financiero y productividad
No es un tema que aparezca en los titulares de los medios de comunicaci¨®n, y las tertulias y debates p¨²blicos suelen pasar sobrevolando la idea. La productividad se ha convertido en un arcano ¡ªla medida de nuestra ignorancia la llam¨® el premio Nobel Robert Solow¡ª cuyos determinantes son dif¨ªciles de medir y, por lo tanto de incidir en ellos. Y sin embargo, a largo plazo, pr¨¢cticamente todo se reduce al crecimiento de la productividad. Sin esa tendencia al alza, el crecimiento econ¨®mico termina por descansar en bases demasiado poco s¨®lidas, y tarde o temprano termina acumulando desequilibrios de los que luego son muy dolorosos de corregir en situaci¨®n de recesi¨®n econ¨®mica.
Espa?a tiene un desempe?o en materia de productividad muy poco halag¨¹e?o: de acuerdo con un estudio de la fundaci¨®n BBVA, la productividad total de los factores se ha reducido en un 10% desde 1995, mientras que la evoluci¨®n ha sido positiva para la Uni¨®n Europea y la Eurozona. Con una productividad menguante, deberemos invertir m¨¢s capital y trabajar m¨¢s para alcanzar mejores niveles de crecimiento econ¨®mico, nuestros productos ser¨¢n menos competitivos en el mercado internacional y el crecimiento econ¨®mico ser¨¢ m¨¢s fr¨¢gil en el medio y largo plazo.
El recurso al capital riesgo puede ser una importante palanca de transformaci¨®n en Espa?a
Los factores para este bajo crecimiento de la productividad son varios: aunque la inversi¨®n en capital material es robusta, Espa?a tiene serios problemas de inversi¨®n en intangibles, en innovaci¨®n tecnol¨®gica y sobre todo en capital corporativo y humano, no s¨®lo en el ¨¢mbito de los trabajadores, sino tambi¨¦n en las capacidades gestoras de los equipos que lideran las empresas. El resultado es que nuestras compa?¨ªas mantienen unos niveles de productividad muy bajos que no las ayudan a crecer. El porcentaje de firmas innovadoras en Espa?a se sit¨²a en el 13% del total empresarial, todav¨ªa siete puntos por debajo de la cifra alcanzada antes de la crisis, en 2009. De acuerdo con un informe del IVIE y la Fundaci¨®n Cotec, Espa?a mantiene un importante retraso en la inversi¨®n en activos intangibles, situ¨¢ndose por detr¨¢s de Francia, Alemania o Finlandia, y a un nivel muy similar al de Italia.
Una de las claves se sit¨²a en el sistema financiero: en la medida en que la financiaci¨®n empresarial sigue siendo el fundamentalmente bancaria, la exigencia de colaterales f¨ªsicos y la ausencia de una adecuada contabilizaci¨®n de los intangibles en las pol¨ªticas macroprudenciales a las que se someten las entidades, lleva a infrafinanciar las empresas basadas en intangibles y a sobrefinanciar las empresas con colaterales f¨ªsicos, como maquinaria o inmuebles. El resultado de este proceso es un c¨ªrculo vicioso en el que las empresas no encuentran la financiaci¨®n para invertir en los intangibles ¡ªformaci¨®n, innovaci¨®n, reorganizaciones internas¡ª, no pueden encontrar herramientas para mejorar su productividad, y no crecen.
Las soluciones financieras al reto de la productividad no son f¨¢ciles. Adem¨¢s de redise?ar el marco regulatorio, Espa?a debe promover mecanismos de financiaci¨®n empresarial que permitan la inversi¨®n en intangibles, la profesionalizaci¨®n de la gesti¨®n empresarial y la generaci¨®n de capital humano que permita a las peque?as empresas crecer en el mercado nacional y en los mercados de exportaci¨®n. Para ello, el recurso al capital riesgo puede ser una importante palanca de transformaci¨®n: de acuerdo con el estudio realizado en 2018 por la Asociaci¨®n de Capital Riesgo (ASCRI), a largo plazo las empresas participadas por el capital privado crean m¨¢s empleo, crecen m¨¢s r¨¢pidamente e invierten con m¨¢s intensidad que las compa?¨ªas no financiadas por este instrumento, incluso en fases recesivas del ciclo. En otras palabras, son empresas m¨¢s productivas y profesionalizadas,
El mercado de capital privado y de capital riesgo en Espa?a mantiene un fuerte ritmo de crecimiento, con unas inversiones equivalentes al 0,5% del PIB en 2018, pero lejos de los l¨ªderes europeos. La intervenci¨®n p¨²blica, a trav¨¦s del ICO, Cofides, Enisa y las Comunidades Aut¨®nomas, ha generado recursos p¨²blicos sobre los que apalancar inversiones privadas, pero el reto es la limitaci¨®n en el origen de los proyectos. Son pocas las pymes con los medios y capacidades suficientes para acceder a este tipo de financiaci¨®n, por lo que el objetivo de pol¨ªtica p¨²blica deber¨ªa ir preferentemente destinado a mejorar la capacidad de las pymes para recibir este tipo de financiaci¨®n.
Jos¨¦ Mois¨¦s Mart¨ªn es economista y consultor
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