Los importadores de productos espa?oles en EE UU, por los aranceles: ¡°Las consecuencias ser¨¢n devastadoras¡±
Los importadores y distribuidores intentan asumir el 25% de arancel que gravar¨¢ los bienes para no trasladar la subida a los clientes y mantener un mercado clave
Phil Marfuggi se define como una v¨ªctima del fuego cruzado en la guerra de los subsidios que desde hace m¨¢s de una d¨¦cada libran Boeing y Airbus. El empresario representa los intereses de los importadores de queso en Estados Unidos: ¡°No podemos ser el da?o colateral¡±, lamenta al hablar del arancel del 25% que se aplicar¨¢ a partir de este viernes al Manchego espa?ol o el Taleggio italiano. ¡°Las consecuencias ser¨¢n devastadoras¡±, prev¨¦.
Anticipando el golpe, la Asociaci¨®n Norteamericana de Aceite de Oliva se moviliz¨® al publicar la Oficina de Comercio Exterior la lista preliminar de productos afectados ¡ªque incluye tambi¨¦n el vino¡ª para solicitar que se excluyera destacando sus beneficios nutricionales. Cooper Sheehan, due?o de Anxo, un bar de pintxos en Washington, dejar¨¢ de comprar aceite de oliva si suben los precios, porque ¡°se puede conseguir de T¨²nez o Marruecos, pero el vino y el queso de Espa?a son dif¨ªciles de encontrar¡±.
La tienda de quesos y embutidos Butchers Alley, en Bethesda (Maryland), recibe a los clientes con un mostrador de productos espa?oles de calidad mundial en el pa¨ªs de Ronald McDonald. Manchego, de cabra, azul¡ adem¨¢s de otros italianos. El total de quesos europeos que aparecen en la lista de agroalimentos sujetos al impuesto aduanero est¨¢n valorados en 1.500 millones de d¨®lares anuales y generan ingresos por 3.500 millones. ¡°No estamos hablando solo de los importadores y los distribuidores¡±, aclara Marfuggi, ¡°hablamos de 20.000 empleados afectados¡±. F¨¢bricas como la suya, Ambriola, cortan y empaquetan el producto que llega a los restaurantes o los escaparates de las tiendas.
Pescadeli lleva 30 a?os haciendo lo propio desde la calle de enfrente de Butchers Alley. Ambos locales pertenecen a los mismos due?os. Adam Liechtner, uno de ellos, reconoce que ¡°por supuesto¡± que est¨¢ preocupado por los nuevos aranceles, cuatro d¨ªas despu¨¦s de abrir su tercera tienda y con planes de vender vino espa?ol a partir de noviembre. Pescadeli se especializa en platos espa?oles y ofrece desde ColaCao hasta una amplia gama de aceites de oliva.
La Asociaci¨®n Norteamericana de Aceite de Oliva lanz¨® ya en abril, cuando la Oficina de Comercio Exterior de EE UU public¨® la lista preliminar de los productos afectados por los aranceles, una petici¨®n para que el aceite de oliva espa?ol quedara excluido. El presidente de esta organizaci¨®n, Joseph Profaci, califica de ¡°locura¡± que se imponga un impuesto as¨ª ¡°a un producto que es importante para la salud". "El consumidor ser¨¢ el principal afectado¡±, alerta. Para Profaci, el arancel es una medida proteccionista que no ayudar¨¢ a los productores locales. ¡°Solo tienen capacidad para cubrir un 5% de la demanda interna¡±, advierte desde Espa?a, donde ha estado en conversaciones con representantes del sector: ¡°Los aranceles les van a dificultar las ventas en el mercado estadounidense. Hay mucha inquietud¡±. El pasado a?o se consumieron 315.000 toneladas de aceite de oliva en EE UU, de las que 200.000 se importaron desde pa¨ªses europeos.
El arancel se aplica en funci¨®n del origen del bien o del producto. En el caso del aceite suele ser mixto por el embotellado, por lo que se debe documentar a las autoridades aduaneras qu¨¦ cantidad exacta es de cada pa¨ªs, y as¨ª se pueda determinar el arancel final en la frontera. ¡°Eso crea un riesgo administrativo¡±, explica Profaci, ¡°porque si no se puede probar, las reglas dicen que se aplica el arancel m¨¢s alto a todo el producto¡±. Los importadores deben pagar por adelantado el arancel de la mercanc¨ªa que van a recibir, lo que puede a su vez afectar a las finanzas de negocios al anticipar fondos. El restaurante Boquer¨ªa tiene contratos con 25 proveedores para abastecer su men¨² espa?ol. Joseph Garc¨ªa, gerente de uno de los dos locales de Washington, plantea que ser¨¢n los distribuidores locales los que asumir¨¢n la subida del arancel. ¡°Llevo toda mi vida en esta industria, es lo que tienen que hacer si quieren que el negocio siga rodando¡±, defiende.
Ang¨¦lica Intriago, gerente de las tiendas Despa?a Brand Foods, en Nueva York, afirma que cuenta con un inventario suficiente para atender la demanda temporalmente. Si el litigio se prolonga m¨¢s de lo previsto, ¡°no tendr¨¢ m¨¢s remedio¡± que pasar parte del coste al cliente. Ya vivieron otras crisis en el pasado con la fortaleza del euro en 2004. La apreciaci¨®n reciente del d¨®lar les permite contener parte del golpe de los aranceles.
Los proveedores que integran el Meat Import Council of America podr¨ªan asumir temporalmente el coste del nuevo gravamen que afectar¨¢ al cerdo. Laurie Bryant, director ejecutivo de la organizaci¨®n, anticipa que deber¨¢n absorber el incremento del arancel para no perder ventas. Aunque Espa?a representa "una parte relativamente peque?a¡± de las importaciones de cerdo, aclara Bryant, reconoce que para los productores de jam¨®n y otros derivados del cerdo, la primera potencia mundial es ¡°un mercado importante que les interesa conservar¡±. Los pa¨ªses de Europa a los que se aplicar¨¢ el arancel representan menos del 10% del total de las importaciones de carne de cerdo que llegan desde el continente europeo a EE UU.
Los aranceles, que son en respuesta a los subsidios que concedieron los Gobiernos europeos a Airbus para el desarrollo del A350 y el A380, se mantendr¨ªan en principio como m¨ªnimo tres meses, hasta que se conozca el dictamen de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC) a las ayudas a Boeing. Aunque hay que tener en cuenta que 2020 es a?o electoral en EE UU y Trump puede querer prolongarlo para sacar r¨¦dito.
El arancel genera incertidumbre. La consejer¨ªa econ¨®mica y comercial del ICEX en Nueva York estima que la situaci¨®n es muy fluida y que todo puede cambiar en los pr¨®ximos meses. Eso exige, seg¨²n los t¨¦cnicos del ICEX, hacer un seguimiento de las medidas arancelarias que se van aplicando y, a partir del an¨¢lisis de sus efectos, definir ¡°las medidas de choque que se deben adoptar¡±. La escalada arancelaria, insisten, ¡°es una barrera que tambi¨¦n tiene efectos negativos internos en EE UU¡±. Los grav¨¢menes pueden convertirse, a su vez, en un catalizador para que la estrategia de internacionalizaci¨®n de los productos espa?oles se centre en apostar por el valor a?adido de los productos que se exportan. ¡°Se trata de intentar romper el v¨ªnculo con los precios¡±, explican desde el ICEX, ¡°que es una variable muy sujeta a acciones como estas. El precio no determina siempre la decisi¨®n de compra del consumidor¡±.
Los productos italianos en espera
Donald Trump calific¨® este mi¨¦rcoles a la Uni¨®n Europea de ser un negociador ¡°injusto¡± que lleva a?os ¡°aprovech¨¢ndose¡± de Estados Unidos. En una rueda de prensa en la Casa Blanca junto a su hom¨®logo italiano Sergio Mattarella, el republicano exigi¨® "reciprocidad"? y advirti¨® de que pod¨ªa subir los aranceles "de inmediato" contra el bloque comunitario para corregir el desequilibrio en la balanza comercial, "eso ser¨ªa muy duro". Pero al mismo tiempo hizo un gui?o a Italia y se comprometi¨® a revisar su listado de productos afectados por los aranceles en el conflicto con Airbus.
El divide y vencer¨¢s es un mantra de Trump. Despu¨¦s de examinar c¨®mo se distribuyen los aranceles en las distintas categor¨ªas, Phil Marfuggi, representante de los importadores de queso en EE UU, plantea que detr¨¢s de la medida proteccionista se esconde una intenci¨®n pol¨ªtica de Trump de crear ¡°confrontaci¨®n¡± entre los pa¨ªses europeos para forzar a que el aspecto agr¨ªcola forme parte de las negociaciones del tratado comercial y conseguir as¨ª que los productos estadounidenses tengan un mayor acceso a Europa.
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