Luis de Guindos: ¡°A veces hay m¨¢s pol¨ªtica en un banco central que en los Gobiernos¡±
El vicepresidente del BCE lleva a?o y medio en el organismo monetario y ya ha vivido peleas e intrigas en su seno. De Draghi destaca su capacidad para generar consensos
Luis de Guindos (Madrid, 59 a?os) ha pasado de un lado a otro de la barrera. De ser el ministro de una Espa?a en crisis a la que Europa exig¨ªa ajustes a vicepresidente de un organismo que reclama m¨¢s gasto a los pa¨ªses del norte. En su a?o y medio escaso como n¨²mero dos de Draghi, Guindos ya ha tenido la oportunidad de vivir en el Banco Central Europeo (BCE) peleas e intrigas dignas del Vaticano. Desde una sala del Banco de Espa?a, confiesa con una sonrisa haber encontrado ¡°a veces¡± m¨¢s pol¨ªtica en los bancos centrales que en los Gobiernos.
Pese a llevar poco tiempo como compa?eros de asiento, Draghi y Guindos son viejos conocidos. Coincidieron en las reuniones del Eurogrupo desde finales de 2011 hasta marzo de 2018, cuando el espa?ol dej¨® su cartera de ministro para preparar el salto a Fr¨¢ncfort. All¨ª se coci¨®, por ejemplo, el rescate europeo a la banca espa?ola en 2012. A pocos d¨ªas de su despedida, Guindos destaca dos aspectos fundamentales de Draghi: su capacidad de generar consensos para impulsar las decisiones que Europa necesitaba y la modernizaci¨®n del organismo que est¨¢ a punto de abandonar.
Pregunta. Los banqueros centrales han adquirido una relevancia in¨¦dita. ?Ser¨ªa deseable que volvieran a una cierta grisura?
Respuesta. Ha habido un exceso de protagonismo de la pol¨ªtica monetaria porque otras pol¨ªticas no han actuado. Eso no es bueno.
P. Mario Draghi est¨¢ a punto de abandonar la presidencia del BCE. ?C¨®mo se le recordar¨¢?
R. Su mandato estuvo marcado por la crisis de deuda, los rescates de tres pa¨ªses, la situaci¨®n l¨ªmite de Espa?a e Italia y la posibilidad real de expulsar a Grecia del euro. Con una frase, puso de manifiesto que mantendr¨ªa la moneda y marc¨® el comienzo de la recuperaci¨®n a partir de 2013. Su segundo gran momento es la compra masiva de activos. Pese a la dif¨ªcil toma de decisiones en el BCE, gener¨® un consenso para aplicar una pol¨ªtica que entonces era estrictamente necesaria. Y as¨ª moderniz¨® las herramientas del BCE, poni¨¦ndolo a la altura de la Reserva Federal o del Banco de Inglaterra.
P. Sus ¨²ltimas medidas han sido muy criticadas. El propio Draghi ha reconocido que los efectos secundarios son cada vez mayores. ?No es contradictorio decir que el BCE tiene margen para actuar y al mismo tiempo alertar de los efectos adversos de sus pol¨ªticas?
¡°No creo que Christine Lagarde vaya a dar un cambio brusco en absoluto¡±
R. Hay que buscar un equilibrio. Intentamos actuar y poner de nuestra parte, pero el tiempo va demostrando que los efectos colaterales son cada vez m¨¢s evidentes. Los banqueros centrales no somos todopoderosos. No podemos solucionar problemas como la guerra comercial o el Brexit. La pol¨ªtica fiscal, las reformas estructurales o la uni¨®n bancaria deben contribuir. Si no, los efectos laterales ser¨¢n m¨¢s grandes. Eso es lo que queremos evitar.
P. ?Son suficientes los planes fiscales anunciados por Gobiernos como el alem¨¢n o el holand¨¦s?
R. El entramado de las pol¨ªticas fiscales ¡ªlas pol¨ªticas nacionales y el Pacto de Estabilidad¡ª no bastan para hacer frente a una desaceleraci¨®n profunda. Con el marco actual, las posibilidades de complementar a la pol¨ªtica monetaria son muy muy reducidas. Por eso, estoy convencido de la necesidad de un instrumento fiscal centralizado e independiente. Ser¨ªa adem¨¢s una ayuda para las pol¨ªticas fiscales nacionales.
P. El BCE no cumple con su objetivo de inflaci¨®n desde 2013. ?Ha fracasado en su mandato de estabilidad de precios?
R. No olvidemos que se evit¨® el riesgo de deflaci¨®n, que era muy peligroso. Es cierto que la inflaci¨®n lleva tiempo por debajo del objetivo, pero eso se debe a cambios estructurales para los que a¨²n no tenemos todas las explicaciones.
¡°Las peleas internas
en el BCE no favorecen la efectividad
de sus pol¨ªticas¡±
P. ?Da?a esto a la credibilidad del organismo?
R. No. Habr¨ªamos tenido un problema de credibilidad si la deflaci¨®n se hubiera asentado. La cuesti¨®n es por qu¨¦ no se trasladan a la inflaci¨®n las subidas salariales. Ese es uno de los legados de la crisis de hace 10 a?os.
P. ?Cu¨¢l es el mayor reto de Lagarde?
R. Por una parte, la profundidad de la desaceleraci¨®n econ¨®mica. Prevemos un crecimiento ligeramente por encima del 1%, pero con riesgos a la baja. En el ¨¢mbito financiero, los mayores desaf¨ªos son la baj¨ªsima rentabilidad de la banca, los riesgos derivados de los tipos bajos y los activos bajo gesti¨®n de la industria de fondos, que han crecido much¨ªsimo.
P. Las pol¨ªticas del BCE han tenido un efecto indeseado de redistribuci¨®n de renta.
¡°Draghi marc¨® el comienzo de la recuperaci¨®n y moderniz¨® el BCE¡±
R. Han tenido un cierto efecto negativo sobre los ahorradores o una posible elevaci¨®n del precio de los activos, pero tambi¨¦n uno positivo gracias al crecimiento econ¨®mico, la generaci¨®n de empleo y la mejora de salarios. Seg¨²n nuestros c¨¢lculos, el efecto neto ha sido dos puntos m¨¢s de crecimiento. Gracias a lo que hizo el BCE, la situaci¨®n en Europa no tiene nada que ver con la de hace 10 a?os.
P. Se ha criticado el perfil m¨¢s pol¨ªtico y menos t¨¦cnico del BCE con Christine Lagarde y usted al frente, ambos exministros sin experiencia como banqueros centrales.
R. La pol¨ªtica monetaria ha de ser una pieza m¨¢s que encaje en la pol¨ªtica econ¨®mica. Tener experiencia en otros ¨¢mbitos es bueno. A veces, los banqueros centrales han estado en una torre de marfil. Por no hablar de m¨ª, Christine Lagarde conoce perfectamente los mecanismos de la zona euro. Los responsables del BCE deben entender la situaci¨®n, elegir correctamente las alternativas y comunicarlo de forma adecuada. Y esto Lagarde lo va a hacer clar¨ªsimamente.
P. Cr¨ªticas internas, dimisiones, filtraciones interesadas a la prensa¡ Las divisiones en el BCE parecen haber estallado en las ¨²ltimas semanas.
R. Es curioso que a veces hay m¨¢s pol¨ªtica en un banco central que en los Gobiernos. Ahora en serio: los 25 miembros del Consejo de Gobierno deben intentar generar un consenso. Y cuando se toma una decisi¨®n hay que defenderla.
P. Eso no est¨¢ ocurriendo ahora. ?Da?an al BCE estas peleas?
¡°El protagonismo de los banqueros centrales no es bueno. No somos todopoderosos¡±
R. No dir¨ªa que lo da?an, pero desde luego no facilitan la efectividad de las pol¨ªticas.
P. Las cr¨ªticas a Draghi suben de tono en el norte de Europa. ?Teme un distanciamiento del proyecto europeo en pa¨ªses como Alemania?
R. Hay que hacer un esfuerzo de comunicaci¨®n. El BCE ha proporcionado una inflaci¨®n reducida y un entorno favorable para que Alemania lleve 10 a?os con una expansi¨®n importante. A Alemania le ha ido mucho mejor con el euro.
P. En la ¨²ltima votaci¨®n, los votos cr¨ªticos ven¨ªan de pa¨ªses con m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n de la eurozona.
R. En el Comit¨¦ Ejecutivo yo no represento a Espa?a. Hay que actuar pensando en toda la eurozona. Un sistema de un pa¨ªs, un voto, como ocurre en el Consejo de Gobierno del BCE, es especialmente democr¨¢tico para evitar desequilibrios en la toma de decisiones. Pero es ?evidente que a Alemania hay que prestarle atenci¨®n. Si Alemania se para, nos afecta a todos. Todos estamos en el mismo barco.
P. ?La llegada de Lagarde podr¨ªa limar algunas de estas tensiones?
¡°Los efectos colaterales de la pol¨ªtica monetaria son cada vez m¨¢s evidentes¡±
R. No creo que vaya a haber un cambio brusco en absoluto. Estoy convencido de que todos en el Consejo de Gobierno van a colaborar con Christine Lagarde con absoluta lealtad desde el primer momento.
P. El BCE acaba de rebajar sus previsiones de crecimiento, pero algunos las consideran a¨²n demasiado optimistas.
R. La desaceleraci¨®n llega por el sector exterior, que afecta mucho a pa¨ªses como Alemania. Si entra en recesi¨®n, ser¨¢ una recesi¨®n t¨¦cnica, de la que rebotar¨¢ r¨¢pidamente. El riesgo no es tanto la recesi¨®n, sino entrar en un periodo prolongado de crecimiento muy moderado, por debajo del 1,5%. Por eso es necesario que otros actores adem¨¢s del Banco Central Europeo intervengan.
P. ?Est¨¢ la eurozona preparada para un Brexit sin acuerdo?
R. En el ¨¢mbito financiero, s¨ª. Pero el impacto fundamental no vendr¨ªa de ah¨ª, sino del impacto en el Reino Unido, la segunda econom¨ªa europea. Se han preparado planes de contingencia en el sector financiero, pero en otros no tanto.
P. La econom¨ªa espa?ola tambi¨¦n empieza a preocupar.
R. Espa?a ha crecido m¨¢s que la media desde 2013, pero nadie se escapa a la desaceleraci¨®n global. Pondr¨ªa una nota de cautela: la econom¨ªa espa?ola puede evitar una recesi¨®n si se evitan errores porque est¨¢ mucho mejor preparada que en el pasado. Es m¨¢s competitiva, su sector bancario est¨¢ m¨¢s saneado y tiene menos deuda privada.
P. Y una deuda p¨²blica cercana al 100%. ?Se desaprovecharon las vacas gordas para reducirla m¨¢s r¨¢pidamente?
R. Se ha hecho un esfuerzo important¨ªsimo. Espa?a lleg¨® a tener un d¨¦ficit del 11% y este a?o estar¨¢ en torno al 2%. Siempre se podr¨ªa haber hecho m¨¢s, pero tambi¨¦n menos.
P. ?Cu¨¢nto pesa sobre la econom¨ªa el actual bloqueo pol¨ªtico?
R. No comento sobre temas de pol¨ªtica interna de los pa¨ªses. Solo puedo decir que estuve casi un a?o de ministro en funciones. Y no es agradable. Viene una desaceleraci¨®n c¨ªclica, pero desde luego no una crisis como la de 2008.
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