Tirar los dados
Los mercados no reaccionaron a las elecciones muy a la baja porque ya descontaban un escenario sin mayor¨ªas ni coaliciones claras
Tras el resultado de los comicios (y la posibilidad de una nueva ronda) me invadi¨® la sensaci¨®n de que en Espa?a lo que estamos haciendo es ¡°tirar los dados¡±, el t¨ªtulo del famoso poema de Charles Bukowski. No obstante, no est¨¢ el patio para recurrir a escritores malditos aunque resulta sugerente eso de ¡°si vas a intentarlo, ve hasta el final, de lo contrario no empieces siquiera¡±.
No sabemos cu¨¢l va a ser ese final y la econom¨ªa no debe ser un juego de azar sino, m¨¢s bien, una necesidad. Tras cada reedici¨®n de voto hay un desequilibrio m¨¢s endemoniado. El crecimiento va perdiendo la inercia c¨ªclica, sin motores estructurales que la orienten a largo plazo.
Algo parecido debieron sentir el lunes en la Bolsa, donde el tono fue entre negativo y plano. La din¨¢mica err¨¢tica de los ¨ªndices parece que est¨¢ para quedarse. La interpretaci¨®n financiera del 10-N es que va a ser muy dif¨ªcil marcar un rumbo.
Poner propuestas sobre la mesa para superar la l¨ªnea roja del veto al contrario ser¨ªa lo m¨¢s conveniente para la econom¨ªa, pero ese espacio de posible intersecci¨®n y entendimiento se ha reducido tras estas elecciones. Y tiende a reducirse con cada nueva convocatoria.
Pesa m¨¢s el temor por el potencial castigo que pueda suponer en intenci¨®n de voto una alianza que el sentido pr¨¢ctico. Hasta qu¨¦ punto el votante medio valora una coalici¨®n en aspectos econ¨®micos b¨¢sicos sigue siendo una inc¨®gnita que invita a la econom¨ªa pol¨ªtica. Tal vez el primero que sorprenda tendiendo la mano (con sus condiciones, no iba a ser menos) pueda ganar el doble r¨¦dito de la responsabilidad econ¨®mica y social y de la comprensi¨®n del votante, aunque esta llegue m¨¢s tarde. Que los mercados no reaccionaran negativamente en mayor medida se debe a que ya descontaban un escenario pol¨ªtico sin mayor¨ªas ni coaliciones claras.
Muchos sectores sometidos a cierta volatilidad en su valor de mercado precisan de un Gobierno con una pol¨ªtica m¨¢s o menos definida, para ajustar sus expectativas y salir del limbo de los rumores. Se espera la definici¨®n de cuestiones como la estrategia impositiva, el modelo de innovaci¨®n o las modificaciones que puedan hacerse en materia laboral. A la espera est¨¢n energ¨¦ticas, constructoras y banca, entre otras.
El escenario central es que todo sigue igual. Pero los dados son caprichosos y, de no producirse una reacci¨®n pol¨ªtica, en otra ronda pueden dar un resultado a¨²n peor. Uno en el que no haya espacio para integrar las pol¨ªticas que en otras ocasiones han mostrado que existe convergencia en algunos aspectos. No en todos los necesarios ni en la medida que ser¨ªa deseable, pero s¨ª para mover a este pa¨ªs hacia un terreno m¨¢s responsable y estable de condiciones institucionales y econ¨®micas.
Lo que s¨ª se observa en cada tirada de los dados es m¨¢s polarizaci¨®n, se?al de desesperaci¨®n y hartazgo. Puede que estemos ante un momento de responsabilidad hist¨®rica o ante la continuaci¨®n de un deterioro peligroso y da?ino en lo econ¨®mico y social.
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